Guillermo Robles

Se vale tener el sueño guajiro

 Por Guillermo Robles Ramírez

Por años se han escuchados frases como, “el campo se muere de hambre”, “la CFE nos cobran mucho de luz”, “no hay créditos accesibles para los ejidatarios”, eran las principales expresiones más socorridas por los campesinos, o al menos eso en Coahuila.

            Cuando el entonces candidato a la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, había tenido mucha identificación con la gente del campo, y su popularidad había subido como espuma del mar, cuando hiso público la intención de aumentar el consumismo de lo hecho en nuestro país.

            Aun más firmó públicamente ese acuerdo de compromiso con el campo cuyo documento estaba resguardado en el 2018 por Yeidckol Polevnsky, y lo más destacable de ese pacto fue: “ya no comprar en el extranjero lo que consumimos; vamos a producir en México todo lo que consumimos”. “…que el mexicano pueda trabajar, ser feliz donde nació, donde están sus familiares, sus costumbres”.

            Los años siguientes sobre todo en el 2019 esa promesa, ese compromiso, nunca llegó para los campesinos, haciendo manifestaciones y marchas que no se habían visto décadas atrás.

            Desde bloques en carreteras federales, autopistas, así como la toma de sus cacetas para evitar el cobro y movimientos masivos a las pocas instituciones gubernamentales del campo que hay, así como a las cámaras de diputados tanto locales, federales y senadores para hacerse escuchar el total abandono han sido los principales titulares de periódicos locales, y nacionales durante la administración de López Obrador.

            En Coahuila,  algunas de las frases más socorridas han sido como, “este presidente de México nos mintió, hizo muchas promesas de apoyar  la producción alimentaria…”, “tiene Gobierno Federal en abandono al campo”, “nos equivocamos con Obrador”,  y el líder de la Confederación Nacional Campesina en julio del año anterior expresó, “hemos estado haciendo un análisis de las políticas del campo, básicamente estábamos trabajando con los recursos del estado, ya que el Gobierno Federal nos quitó los seguros de cobertura, nos quitó Procampo, nos quitó el Proagro, nos quitó Progan, las tasas de intereses del 6%,7%, nos las sube al 16%”

            Este mismo gobierno lopezobradorista que ha abandonado al campo, o al menos ese es el sentir de miles de campesinos mexicanos, ha orillado a los ejidatarios a tener que migrar a las zonas urbanas y los pocos que se arraigaron de la tierra que los vio nacer, prácticamente han dejado el arado para rentar sus parcelas ahora en manos de particulares.

            Estoy de acuerdo y acepto de alguna manera que las familias que siguen actualmente viviendo en el campo, aunque ya son pocas, sueñen y se hagan ilusiones de que algún día se les haga el milagro de que vuelva a “florecer” el medio rural con todo el apoyo gubernamental. Aunque personalmente y con todo el respeto lo veo como todo un sueño, algo que es también muy válido.

            En la vida todo tiene su tiempo y momento, factores que ya tuvo el campo mexicano refiriéndome concretamente a los verdaderos y legítimos ejidatarios o campesinos y no a particulares con recursos económicos propios o financiados por bancos particulares que invierten y arriesgan, lo que es de reconocérsele en uno de los medios más impredecibles como es la tierra que no se sabe cuando llueve, escasea el agua, invaden las plagas, etc.

            No siendo suficiente con ello la prohibición del uso de herbicida conocido como glifosato y la semilla transgénica, decreto del Gobierno Federal para que el descontinuo total debe de ser para el 2023. Lo anterior no favorece en nada a los productores privados de Coahuila, en la producción de algodón de la Comarca Lagunera.

            Sin el uso del insecticida mencionado anteriormente además de las grandes pérdidas de ganancia que obtendrán, implica además la eliminación de ciertas plagas de manera manual, teniendo que contratar a más personas terminando en casi nula la ganancia, recuperando únicamente el costo de la inversión.

            El gobierno lopezobradorista pensó haber tenido la fórmula para rescatar los más de 30 años de rezago en el campo poniéndole un fin al abandono. Aunque los números, reportes y estadísticas que tiene López Obrador pueden decir todo marcha bien, los titulares de diferentes medios locales, y nacionales dicen lo contrario y manifiestan el sentir de la gente del campo.

            Con todo el respeto de los soñadores y me refiero tanto a la gente del campo que son los que más sufren, y el sueño guajiro del gobierno de López Obrador, es duro decirlo, pero el campo mexicano solo ha servido de “carne de cañón” para líderes y funcionarios bancarios sinvergüenzas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

Deja un comentario