Destapes presidenciales en resaca electoral

México (PL) Cuando aún no termina la resaca política por las elecciones del 7 de junio en México, algunos destapes anuncian aspiraciones adelantadas para las presidenciales en 2018, así como recambios en los principales partidos del país.
Oficialmente concluyó el cómputo de los votos por los que se eligieron diputados federales, gobernadores de nueve estados, presidentes de ayuntamientos, jefes distritales y de delegaciones, como en el caso del Distrito Federal , pero el proceso de impugnaciones apenas comienza.
Militantes y simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, uno de los que mejor resultado tuvo en sus primeros comicios), protagonizan manifestaciones de protesta frente al Gobierno del  Distrito Federal, alegando fraude en la jornada del 7 de junio.
En medio de la efervescencia provocada por la consulta en las urnas, y la repetición de prácticas que la reforma político-electoral adoptada hace más de dos años no pudo impedir, ya se perfilan contendientes a la silla presidencial, que estará en disputa en 2018.
Para la analista política y directora de la revista Siempre, Beatriz Pagés, «se trata de una ola imparable».
Ni el Instituto Nacional Electoral ni el Congreso podrán impedir que los dos partidos inmersos en la mayor crisis de su historia, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido de Acción Nacional (PAN) sigan ganando los tiempos para enfrentar sus respectivas guerras internas, aseveró.
Pagés, quien es además dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el gobierno, se refiere al anuncio de Margarita Zavala, esposa del expresidente panista Felipe Calderón, de aspirar a la presidencia de la República por esa agrupación opositora.
¿Es suficiente haber sido «primera dama» para aspirar al más alto cargo de representación popular?, se pregunta sobre el destape de Zavala dado a conocer en las redes sociales.
Zavala no la tiene fácil y no solo por la inexperiencia en la función pública. Su propio partido, dividido en corrientes, le negó la candidatura para diputada federal.
Sin embargo, la nueva ley electoral contiene la figura del candidato independiente con la cual el expriista Jaime Rodríguez, «El Bronco», alcanzó la gobernación de Nuevo León, donde se asienta la capital Monterrey, el centro industrial más importante del país.
Una candidatura independiente de Zavala le daría un espacio de negociación frente a Gustavo Madero, que hoy dirige el PAN, pero quien también está en la lista de los presidenciables en medio de críticas por el desempeño electoral de la agrupación.
Ella también tendría que deslindarse de políticas públicas asumidas durante el sexenio calderonista (2006-2012) con énfasis en el neoliberalismo y una sangrienta guerra contra el crimen organizado que dejó miles de muertos, desaparecidos y huérfanos.
Otro destapado de última hora es el senador del PAN, Javier Corrales, quien también lo hizo en las redes sociales para la candidatura a la presidencia nacional de su partido.
«Al PAN nunca lo ha debilitado la competencia interna, lo ha debilitado la corrupción, el compadrazgo, la ineptitud, la onda grupera. Nos tiene el silencio cómplice y el atroz individualismo», suscribió.
El mensaje de las urnas hay que leerlo bien, la autocomplacencia no nos sirve, el autoengaño sólo nos va a llevar a otra derrota electoral, la confianza al partido ha ido cayendo en la ciudadanía, dijo.
La porfía en el PAN va a ser dura. El sector calderonista tendrá que demostrar que aún controla parcelas y Madero tendrá que hacer otro tanto, con el estigma de ser la cabeza visible de que, aunque su agrupación sigue siendo la segunda más votada en el país, los números muestran una tendencia decreciente.
Otro tanto ocurre en el PRD, el más castigado por los votantes el 7 de junio e inmerso en una crisis de credibilidad y llamados entre sectores internos a una transformación radical.
Así lo expresa Miguel Barbosa, presidente del Senado de la República, quien se ha propuesto junto a otros senadores y militantes dar la batalla por la recuperación del llamado partido del sol azteca, cuya cúpula se resiste a aceptar el descalabro en las urnas.
Como están las cosas, dice Barbosa, el PRD no le sirve a ningún candidato presidencial. No obstante, el hábil político se reunió con el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, quien fue apoyado para el cargo por los perredistas, aunque se ha distanciado de las trifulcas internas.
Mancera es otro que ha dejado entrever sus aspiraciones presidenciales con la esperanza de que su ejecutoria en la capital lo catapulte a nivel nacional. Para ello necesitará maquinaria política, que el PRD tiene, aunque no es descartable, otra vez, la opción de candidato independiente.
No hay que olvidar la figura de Manuel Andrés López Obrador, dos veces excandidato presidencial, exjefe del Gobierno capitalino y ahora líder de Morena, «la esperanza de México», como rezó el slogan del movimiento en la última campaña presidencial.
Morena tiene fuerza en el Distrito Federal, no así en otras regiones y estados del país, y aunque la batalla por la presidencia está fuera de los tiempos electorales legales, de hecho ya se dio el disparo de arrancada.
Estos disparos ponen en  una coyuntura al PRI, del presidente Enrique Peña Nieto, cuya opinión de seguro será importante para nominar un candidato que los mantenga en la casa presidencial de Los Pinos.
César Camacho, presidente nacional del PRI, alega que en las filas priistas no hay apuro, «no es tiempo para eso». Pero muchas veces  el que da primero en política puede llevarse la liebre, una verdad de Perogrullo que el partido que ha dominado la vida nacional durante décadas sabe al dedillo.
Como se cuestiona Pagés en su editorial de la última edición de la revista Siempre:  La pregunta obvia y consecuente es ¿qué va a hacer el PRI?

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