NOTAS DE DERECHO: EL HIPERPRESIDENCIALISMO  MEXICANO

Por Yoab Cazales

México se encuentra ante una etapa más de Hipresidencialismo. Este ya esta presente en nuestro país, y ha estado presente en otras épocas, pero con partidos diferentes; con líneas políticas propias de los fenómenos sociales, económicos, y jurídicos de su tiempo. Que han influenciado para que nuestro sistema constitucional sea el reflejo de ese momento, algunas ideas se han quedado en la constitución y otras se han ido.

Actualmente surgió un  pensamiento constitucional que aparece en 2018 y que ha sido continuado, a través de las múltiples reformas constitucionales, diferente a todos los demás, producto de la época partidista que se vive y que le dieron un espíritu popular, social y multicultural totalmente diferente a la constitución y constitucionalismo mexicano. Es el constitucionalismo popular. Pero apareció acompañado de un Hiperpresidencialismo.

El problema es que este Hiperpresidencialismo, está cambiando la autonomía de algunas instituciones en los tres poderes que conforman nuestro sistema de gobierno; a través de reformas constitucionales. Y también mediante decisiones directas entre los funcionarios que sirven y los que no sirven a las decisiones del ejecutivo federal, y ejecutivo en los estados de la federación.    

Se ha desatendido la parte de que el constitucionalismo lo es todo para ser una nación, y que somos una federación, que los poderes necesitan ser independientes, así como que el control constitucional requiere de independencia al igual que los demás poderes para que pueda existir un equilibrio.  

Los ciudadanos necesitan estar preparados para entender que llevar las decisiones de elegir representantes de los poderes a una elección popular debe ser a través de mecanismos idóneos, sin imposiciones de ningún poder, y que las reformas sociales no sirven de nada si no se mantienen en continuidad y sin excesos.

Ninguna dictadura es una forma de gobierno. Pero las dictaduras surgen de los excesos de los gobernantes elegidos democráticamente,  que manipulan un sistema de forma que sirva a los intereses personales y de algunos. Es necesario que nuestros gobernantes no destruyan el constitucionalismo moderno de derechos humanos, y no caigan en los excesos del pasado, con un partido institucionalizado que dure décadas. Con sistemas de elección controlados y con un control constitucional judicial en beneficio de un poder ejecutivo.

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