El loroco, una flor de la mesa salvadoreña
San Salvador, 3 ago (PL) Para los salvadoreños las pupusas son un plato cotidiano y un signo de su cultura que lleva en sí una ceremonia, que va desde la preparación de la masa hasta la peculiar manera de consumir.
Hay muchas variedades: de queso con frijoles, de chicharrones, revueltas, de pollo y hasta innovaciones con camarones, pero son las de queso con loroco una de las más representativas del arte culinario de El Salvador y de las que más gusta.
El loroco, cuyo nombre científico es fernaldia pandurata, es una especie botánica conocida como quilite en algunas zonas de habla náhualt. Significa «cohollo» o «hierba comestible» que se consume además en Guatemala y parte del sur de México.
Se trata de una planta cuya flor es uno de los principales condimentos en la cocina salvadoreña para acompañar sopas, salsas para carne y a la tradicional pupusa, por lo que ha sido por muchos años cultivada en los patios de las casas y por pequeños agricultores.
Sin embargo, dado su uso, su valor nutritivo y comercial, la planta ya se siembra a mayor escala y se le puede encontrar en áreas llanas hasta alturas de mil 200 metros sobre el nivel del mar, sobre todo en la zona central y oriental del país.
Se dice que la flor de loroco contiene vitaminas A, B Y C, además de calcio y hierro, es baja en calorías y tiene un alto contenido de fibra. Se considera que posee propiedades espasmódicas por lo que actúa como un componente relajante.
A partir de su admisibilidad en el año 2003 para ser exportado como un producto fresco a Estados Unidos, donde viven unos 2,3 millones de salvadoreños, tomó una importancia tal que representa un gran potencial de mercado y ha despertado un gran interés de su cultivo en mayores áreas.
Se reproduce tanto por semilla como por rizoma y esqueje, y es una planta trepadora de singular belleza.
Es tan popular esta flor en el país que el municipio San Lorenzo, en el departamento de Ahuachapán, ha organizado por segundo año consecutivo el «Festival del Loroco» que busca posicionarse entre los favoritos de los salvadoreños.
El centro de esta fiesta, y cuya segunda edición será el próximo 31 de este mes, es la gastronomía a base de loroco donde se muestran los más disímiles platos que en su elaboración llevan la flor, tales como lasaña, quesadilla, pasteles, postres, minutas, entre otros, según la imaginación de quienes los preparan.
Una de las actividades que más público atrae hasta el momento es el concurso del comelón de pupusas de queso con loroco y el del mejor platillo a base de a flor.
Se ha extendido tanto su uso que se le añade a productos de confección más industrial como algunos tipos de queso.
Para algunas culturas consumir esta flor puede parecer raro, lo cierto es que es muy sabrosa y cada vez más imprescindible en la gastronomía de este país centroamericano.
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