Veneno Puro: La Guerra o la Paz

*La Guerra o la Paz
*300 mil ASESINADOS
Por Rafael Loret de Mola


Hemos padecido una larga guerra sin armisticio desde 2008 cuando, al ser asesinado –lo del accidente fue un cuento de Luis Téllez Kuenzler, entonces secretario de Comunicaciones-, el “delfín” de calderón, Juan Camilo Mouriño, en funciones de titular de Gobernación, fueron canceladas todas las vías de diálogo posible entre la administración “espuria”, a estas alturas sólo los necios creen otra cosa, y los grandes “capos”, especialmente, como ya se ha corroborado, Joaquín Guzmán “El Chapo”, líder del cártel de Sinaloa.

Fue un punto de tremenda inflexión: el mandatario perdió su escasa capacidad negociadora y el célebre “El Chapo” su condición de cabeza de su grupo criminal trasladando tal “honor” a la figura de Ismael “El Mayo” Zambada, quien dio rienda a su egolatría retratándose para la portada de Proceso con el maestro Julio Scherer García, muy alejado en principios de su descendencia –uno de sus hijos fue lacayo del asesino Bartlett y ahora sirve como asesor jurídico del gobierno federal-. Después de eso sólo la fama recaló en “El Chapo” volviéndose la zorra central de la cacería hasta su captura, su segundo escape y su prisión definitiva que ahora cursa en una prisión inexpugnable en USA. Ahora su hijo Ovidio está más que protegido por AMLO con la bendición de su madre (la del narco).

En este momento, dos cárteles anuncian su guerra a muerte: el de Sinaloa y el llamado Jalisco Nueva Generación, bajo el liderazgo de Ismael “El Mayo” Zambada y Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, Nemesio Oseguera Cervantes, respectivamente; además de los “Zetas” cuya expansión parece interminable gracias a la vendimia de gobernadores como Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, quien les ha puesto la mesa servida a cambio de muchos millones de dólares de por medio; y claro, el supuesto panista, será el mejor blindado, económica y políticamente al dejar su encargo del cual sus predecesores volaron sin suerte a excepción del descastado Egidio Torre Cantú quien supo mercantilizar la sangre de su hermano Rodolfo.

Mientras ello ocurre, todas las organizaciones criminales se están armando hasta los dientes acaso adelantándose a los operativos programados para evitar el contrabando desde las mil 500 tiendas de pistolas, rifles de todos los calibres incluyendo lanzagranadas y hasta misiles, con un poco más de cuidado.

De allí es que se han desatado los tremendos incidentes contra aviones y helicópteros oficiales extendiéndose, con mayores amenazas, los riesgos.

Total, estamos en el paraíso del crimen y el presidente, por ello, ya se adelantó a declarar que no declarará la guerra a los delincuentes. ¡Arriba las manos!

Por las Alcobas

En esto de los armisticios velados, la gran perdedora es la sociedad que no puede defenderse. Entre Calderón y Peña se cumularon 350 mil víctimas de la guerra infausta, con no pocos mandos militares infiltrados a costa de las vidas de sus soldados, y no ha habido la menor justicia para las víctimas inocentes. Por este punto debería comenzar la acción del gobierno antes de que los hijos de tantos muertos, o los hermanos, decidan tomar venganza y ampliar la brutal cascada de la sangre. Y AMLO ya suma casi 70 mil en diecinueve meses.

No, señor presidente; una vez más se equivoca: no es con un armisticio a priori como podrá poner fin a la “guerra”. No entiendo, entonces, para qué crear más organizaciones con poder de fuego, como la Guardia Nacional, si se les va a maniatar.


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