Guatemala: ¿por qué colapsaron linajes mayas?

Guatemala, (PL) Guerras, factores ecológicos, políticos y económicos causaron el colapso del linaje maya, aseguraron especialistas consultados por Prensa Latina durante la VII Convención Mundial de Arqueología celebrada en Antigua Guatemala, aunque aclararon que esa cultura sobrevivió el paso del tiempo.
Arqueólogos, epigrafistas y antropólogos de este país centroamericano, Estados Unidos y Francia, que investigaron durante años sobre el tema desde universidades y en convivencia con comunidades indígenas, expusieron sus argumentos respecto a una de las civilizaciones que más aportó al desarrollo de la humanidad.
Entre los conferencistas que participaron en el evento del 13 al 15 de este mes destacan Alejandro Morales, Sergio Romero, Romelia Mó Isém, Matilde Ivic, Rudd Van Akkeren, Richard Hansen, Arthur Demarest, Mark Van Stone y Marcello Canuto.
Los expertos aludieron, entre otros tópicos, las rutas del comercio del jade durante tres mil años, el impacto del colapso sobre los idiomas mayas en las tierras bajas y la guerra en el postclásico tardío.
Los catedráticos de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Miguel Orrego y Christa Schieber, comentaron sobre el colapso versus renacimiento en la historia de TakÂalik AbÂaj, yacimiento arqueológico de la cultura maya prehispánica ubicado en la actualidad en el suroccidental municipio de El Asintal, en Retalhuleu.

CAUSAS E IMPACTO DEL COLAPSO
Para el doctor en Lingüística de la Universidad de Pennsylvania, el guatemalteco Sergio Romero, el colapso se derivó de fenómenos políticos, ecológicos y guerras que ocurrieron a finales del periodo clásico (del año 300 al 900 de nuestra era) en diferentes partes de las tierras bajas, inclusive en la costa sur.
Una confluencia de factores distintos llevaron a que en algunos sitios ocurrieran esas interrupciones en la producción de la arquitectura monumental y que cayeran ciertos linajes, explicó a Prensa Latina.
Al referirse al impacto desde el punto de vista demográfico, indicó que los choles se movieron hacia el sur y las lenguas yucatecanas también lo hicieron en esa dirección y desplazándolos.
«Por ejemplo, Tikal (ubicado en el departamento de Petén, fronterizo con México) fue habitado por los choles durante todo el clásico», manifestó quien también es profesor de la Universidad de Texas, en Austin.
Pero ya para el postclásico (del siglo X al XVI de nuestra era), apuntó, parece que el sitio fue abandonado, y posteriormente habitado por yucatecos que vinieron del norte de Yucatán.
El licenciado en antropología por la Universidad del Valle de Guatemala, realizó trabajo de campo en varios departamentos de esta nación y en México, y sus aportes incluyen varias publicaciones sobre el náhuatl, k’iche’ y q’eqchi’.
De su lado, la lingüista guatemalteca Romelia Mó Isém, del Centro de Investigaciones y Estudios de Epigrafía Maya Sak Chuwen, expresó a esta agencia que el colapso es una descripción arqueológica, basada en argumentos a partir de los restos hallados en el campo.
A su juicio, hay que considerar factores económicos y políticos de la época clásica.
Si hacemos una revisión de lo que sucedió en la época clásica, precisó la licenciada en Lingüística por la academia guatemalteca Rafael Landívar, notamos el inicio de las guerras, lo cual queda atestiguado en textos epigráficos.
«Las guerras traen consigo desestabilización. Tanto el sistema económico como político de ese entonces deja de funcionar, lo cual trae como consecuencia pobreza e incremento en la tasa de mortalidad, y por supuesto la migración desde las tierras bajas hacia las altas», sostuvo la especialista.
La también máster en Arte por la casa de altos estudios de Bonn, Alemania, afirmó que los reinados en las tierras altas de Guatemala se fortalecieron en aquel entonces.
Acotó que una de las características de las sociedades del altiplano, como Iximché y Chichicastenango, es que se encuentran en lugares defensivos, rodeados de hondos barrancos.
«Fundaban sus urbes entre barrancos porque esa era una forma de defenderse de los españoles y de otros pueblos que querían apoderarse de su territorio», aseveró.
Los mayas no desaparecieron, sino los sistemas de gobierno y las masas que trabajaban por fortalecer el reino, como los comerciantes, por ejemplo, sintetizó Mó Isém.

CONVENCIûN MUNDIAL DE ARQUEOLOGÍA MAYA
Consultado sobre por qué ha impulsado la iniciativa de este tipo de convenciones durante siete años, Rosendo Morales explicó que se debe a que en otros países no se habla mucho de la civilización maya.
«Escuchamos hablar de otras culturas como los griegos y egipcios, pero no tanto de los mayas, que es una de las cinco culturas fundacionales del mundo».
El creador de estas convenciones, manifestó que regresó a Guatemala después de vivir 15 años en Estados Unidos, y decidió realizar estos encuentros para promover la cultura maya y dar a conocer los nuevos hallazgos arqueológicos.
«Nos interesa conservar la cultura maya y promover a Guatemala como destino para que las personas se interesen en saber que esta civilización fue una de las más potentes a nivel internacional», precisó Morales, oriundo de Antigua Guatemala.
En la más reciente edición un total de 80 niños de escasos recursos recibieron talleres sobre conservación del patrimonio cultural y natural de Guatemala, medio ambiente e historia de la civilización maya, manualidades y escritura de esa adelantada civilización.

RIQUEZA ARQUELOLûGICA DE GUATEMALA
Guatemala cuenta con al menos cinco mil sitios arqueológicos. Sin embargo, tanto Mó Isém como Romero consideran que puede haber muchos más soterrados, aún sin descubrir.
Tikal, ubicada a 555 kilómetros al norte de la capital guatemalteca, es uno de esos espacios testigos del tiempo, que sobresale por su arquitectura monumental, que data del siglo IV antes de Cristo y que alcanzó su máximo esplendor durante el período clásico.
Esa urbe es una de las evidencias históricas sobre el aporte al urbanismo en Mesoamérica de la adelantada civilización de los mayas.
Considerada la mayor ciudad de esa antigua cultura, sus más de cuatro mil edificaciones están sumergidas en la tupida Reserva de la Biosfera Maya, que con 21 mil 602 kilómetros cuadrados ocupa la mitad del norteño departamento de Petén.
En ese lapso, la metrópoli dominó gran parte de la región maya en el ámbito político, económico y militar.
Respecto al origen del nombre de Tikal, se cuenta que en idioma maya yucateco significa «en el pozo de agua», mientras en maya itzá la definición es «lugar de las voces» o «lugar de las lenguas».
El Parque Nacional Tikal, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979 por la Unesco, es uno de los espacios de más alto valor histórico conservados en esta nación, donde el 38 por ciento de sus 15 millones y medio de habitantes son indígenas, de ellos la inmensa mayoría mayas, según datos oficiales.
Otro de los sitios arqueológico de gran interés en este país es la ciudad de Iximché (árbol de maíz), erigida por los kaqchiqueles en 1478.
Los españoles fundaron Santiago de Guatemala el 25 de julio de 1524 como el primer asentamiento formal de la Corona en ese lugar, ubicado a 91 kilómetros al noroeste de la capital guatemalteca.
Tras la conquista de Pedro de Alvarado (1485-1541) sobre Utatlán, los españoles crearon alianzas con los kaqchiqueles para someter a los kichés, tzutuiles y pipiles.
Sin embargo, como suele suceder en la relación dominadores-dominados, los españoles abusaron de la confianza y le exigieron oro a los kaqchiqueles, ante lo cual estos decidieron abandonar su propia capital el 28 de agosto de 1524, situación que derivó en una guerra.
Pese a la opresión a la que son sometidos los pueblos originarios de Guatemala durante siglos, ellos mantienen su manera de vestir, de comer y pensar.
También hacen ceremonias alrededor del fuego y con danzas peculiares para agradecer a sus abuelos por la sabiduría transmitida, mientras abogan por la armonía entre los seres humanos y la naturaleza.

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