AMLO con mamá Chapo

Por Arturo Ríos Ruiz  

*¿Qué me quita? Preguntó 

*Nada, le suma y mucho 

El presidente Andrés Manuel López Obrador recordó el saludo que le hizo en marzo de 2020 a María Consuelo Loera Pérez, madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en una gira por Sinaloa. Lo dr gira, fue una pantalla para estar en la celebración del cumpleaños de Ovidio. 

En su conferencia mañanera de ayer, López Obrador recordó cuando se bajó de su vehículo para saludar a María Consuelo Loera, en “un acto público”. La explicación fue que se trataba de una anciana, omitió que señora está metida hasta cuello en la actividad familiar.  

Preguntó el presidente: “¿Qué me quita saludar a la madre de El Chapo?” Nada le quita, al contrario, le suma: dudas, percepción, sospecha, desconfianza, recelo suspicacia, incredulidad, asomo entre otros epítetos descalificables. 

Sospecha: Dio la orden de liberar a Ovidio al ser detenido por una orden de extradición de los Estados Unidos, que, aunque aún está vigente no se sabe nada aun de la misma. Lo soltaron por órdenes del presidente. 

De ese tema ni lo toca, no ha explicado cuál fue la razón de peso para ordenar que un delincuente público, con orden extraditoria, él la echara abajo con su inmenso poder presidencial. “Fue para evitar una masacre” dijo. Entonces con ello, podrá dejar en libertad a todo malhechor con esa disculpa,  

¿Las fuerzas armadas no están capacitadas para operativos profesionales que no expongan a la población? ¿O se trata de proteger a la delincuencia? 

Desconfianza, con la visita y la deferencia a la señora y la actitud del abogado del clan José González, con toda confianza lo tomó del brazo y le dijo algo al oído, se notó confianza entre ellos, trato y afabilidad. Luego la taquiza a la salud del festejado, lo que nos lleva a la parte central de la mencionada “gira”.  

La suspicacia, llega solita, basta concentrar los hechos del caso y se llega con facilidad a que existe un trato más allá de la cortesía y cercano que asoman los sucesos de un compromiso que la malicia conduce que es comprometedor. 

El recelo es implícito, la investidura presidencial se hizo a un lado al visitar los dominios de una familia, en apariencia perseguida, fuera de ña ley y reconocida públicamente en México y en el extranjero que hasta el propio presente puede llegar solo donde están y todo mundo ya lo conoce.  

Una pregunta ¿Los cargos imputados a la familia, son un invento? Todo mundo sabe el nombre del famoso grupo, quiénes son sus enemigos, sus amigos y trabajan en lo suyo con toda beligerancia. Así, todo parece un cuento de mal gusto. Aquí no encaja que nos engañan con la mentira. Es una verdad. 

Era un tema del pasado, pero al presidente le encanta el ojo del huracán y el mismo lo saca ¿Será porque por en el momento no hay motivos que le sirvan para llamar la atención? De todos modos, sigue viéndose mal. 

rrrart2000@hotamil.com y Facebook 

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