El gatopardismo y el CENHCH
En diversas ocasiones, en el transcurso de sus conferencias mañaneras, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado que lo que vive el país no es un cambio de gobierno sino un cambio de régimen. Que cambiar a las personas en los cargos gubernamentales sin cambiar las formas de gobernar no sería sino una manera de gatopardismo en el que se simula que todo cambia… para que todo siga igual.
En los sucesos que se han generado recientemente en el Centro Escolar “Niños Héroes de Chapultepec” resulta claramente aplicable esa expresión: Después de que su última directora general, la profesora Irene López Aguilar, fue destituida en días pasados a causa de su ineptitud y corrupción, no faltan quienes se apuntan para para ocupar el cargo que quedó vacante. Sin embargo, la directora saliente es identificada como uno de los resabios del morenovallismo y quienes se apuntan a sucederla, con el apoyo de diversos grupos del CNTE, son integrantes de la misma vertiente política.
En pocas palabras, desean un cambio de personas en la dirección y sus puestos satélites pero lo que campea de fondo es el deseo de conservar para el morenovallismo la conducción del centro más importante del estado en materia de educación preuniversitaria… Que todo cambie, para que todo siga igual, con sus secuelas de corrupción, incompetencia, abatimiento de la calidad educativa y deterioro de la infraestructura arquitectónica y equipamiento.
El CENHCH como botín
Lo que nadie ha dicho es qué es lo hoy se requiere en el Centro Escolar, esto es, cuáles son las acciones que se deben llevar a cabo para reencauzar la actividad del CENHCH. Tal parece que lo único que está en la mesa de discusiones son los nombres de quienes pasarían a ocupar los cargos directivos… y nada más. El gatopardismo en plenitud de expresión.
No se mira al CENHCH como lo que debiera ser: el centro educativo más importante del estado, sino como un botín de guerra de grupos políticos, al seno de los resabios del morenovallismo.
El asunto no es menor. El problema educativo, junto con la seguridad, la salud y la recomposición de la economía, son los temas que más han sido señalados por la ciudadanía como motivo de atención y corrección de rumbo, a fin de colocarla en sintonía con la Cuarta Transformación de nuestra Patria.
Hoy, ante el inminente triunfo de MORENA en las próximas elecciones y el ingreso de Puebla en el concierto de cambios nacionales iniciados en diciembre de 2018, es de esperar que el próximo gobernador tenga la visión, agallas y capacidad de nombrar directivos capaces de reencontrar el rumbo del CENHCH, renacer su mística y desarrollar lo educativo en consonancia con la formación humana integral de los estudiantes, venciendo las resistencias de quienes se aferrarán a los intereses creados.
Pretender que la sucesión planteada se lleve a cabo bajo las premisas de la Sección 51 es condenar a la institución a mantener la ruta en declive que le ha caracterizado en los últimos años. Lo que hace falta es una cirugía de fondo, un cambio radical en las maneras de dirigir a este centro educativo. Ceder en este punto a las presiones del morenovallismo sentaría un funesto precedente para la gobernanza estatal.
Si, por el contrario, el nuevo gobernador coloca al frente del CENHCH a directivos de reconocida calidad académica, comprometidos con la transformación educativa de nuestro estado la comunidad del Centro Escolar, Puebla y la Patria se lo reconocerán y agradecerán.
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