El agujero negro de la iglesia

En lo que ha sido en ésta administración del gobierno federal encabezada por Enrique Peña Nieto, se ha distinguido en puras reformas en donde en la práctica no se ven resultados.

Se le ha apostado en su totalidad a dos principales reformas que son la hacendaria y energética como detonadores del empleo en nuestro país, sin embargo, ni aumenta los trabajos formales sino sucede todo lo contrario al provocar una tendencia a la informalidad.

Tampoco existen nuevas inversiones extranjeras por muchos viajes que haga el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, a otras naciones dizque en busca de empresarios o promocionar al país, siempre regresa con las manos vacías por la sencilla razón de que los empresarios extranjeros si no ven las condiciones para invertir aunque les ofrezcan las perlas de la virgen nunca harán una inversión, pero de algo si es seguro que cuando ellos ven una buena oportunidad en algún lugar siempre serán los primeros en tocar primero la puerta y no a la inversa.

La urgencia del gobierno federal de reactivar la economía del país sigue miope con la terquedad de que las reformas hacendarias será el único camino para poderlo hacer en donde cada vez es mayor la cacería de brujas para buscar hasta por debajo de las piedras a contribuyentes nuevos y también aquellos que por durante años se les ha considerado como un tabú e intocables.

Durante años se le ha señalado a la Iglesia de evadir el pago de impuestos. Hay políticos quienes aseguran que desde siglo XIX no pagan ni un solo peso siendo sus ingresos como un agujero negro en donde todo desaparece para ir a dar al Vaticano.

Existen representantes de la Iglesia en nuestro país quienes opinan lo contrario asegurando que como cualquier ciudadano común, no están exentos de éstos en donde los servicios religiosos que ofrecen reportan el dinero a Secretaría de Hacienda ya que tienen una personalidad jurídica como asociación religiosa y al igual pagan predial, luz, agua, teléfono, etc.

En pocas palabras aseguran que todo lo que entra se hace un recibo y si hay algo que pagar simplemente cumplen con lo estipulado por la ley. Hay sacerdotes que incluso aseguran los recursos obtenidos sirven para cubrir sueldos, seguros médicos de los empleados, mantenimiento de templos, manutención de sacerdotes y además se tiene a Cáritas como un organismo de apoyo social en donde también ayudan a parroquias que tienen pocos ingresos, el mantenimiento de Seminarios, Obispado, edificios históricos entre otros más.

En apariencia suena como todo un buen negocio próspero pero sin lucro en donde el poder de la Iglesia puede crecer a lado de su mejor aliado que es el servir y la caridad.

Lo que sí es cierto que hay de todo en el rebaño del Señor. La mayoría de las iglesias no se encuentran registradas ante el SAT o bien no cuentan con su cédula de identificación fiscal impidiendo hacer un reporte anual de cómo se manejaron sus donaciones e ingresos por concepto de limosnas o cualquier otro tipo de servicio religioso.

Es una lástima que la misma Iglesia no ponga en práctica lo que pregona a sus feligreses como es la honestidad, trasparencia y ser buen cristiano o católico en responsabilizarnos dentro de las normas de una sociedad.

Y es muy fácil poder señalar aquellas iglesias que no cumplen con sus obligaciones fiscales. Si no pregúntese cuándo la capilla, parroquia o iglesia a la que acude le ha entregado alguna factura por el concepto de un bautizo, confirmación, clases de catecismo, quince años o simplemente para una boda. Y qué hay con respecto a la recolecta de dinero por concepto de limosna que se hace cada vez que oficializan una misa. Acaso le entregan un ticket o un recibo por los diez pesos o veinte. Probablemente la Iglesia dirá que en cada caso exceptuando la recolecta de dinero durante la ceremonia de una misa normal, entregan recibos, pero éstos carecen de valor fiscal en donde en ninguno de los casos no reúne ni el mínimo de los requisitos fiscales.

Si bien es cierto en el supuesto que algunas iglesias cumplen con sus obligaciones fiscales simplemente declaran a la buena voluntad de Dios y el resto es un  Benito que te necesito y no precisamente refiriéndose al Santo.

Pero el Servicio de Administración Tributaria anda suelto como el demonio en busca de todo aquel pecador que no paga impuestos se dice y se contradice al tener ubicado a las más de ocho mil asociaciones religiosas en México en donde aseguran que no están obligadas a pagar impuestos pero sí en llevar una contabilidad electrónica como cualquier contribuyente en el 2015 para ya no dejar a la Iglesia en manos de Lutero en donde las nuevas disposiciones de hacienda regula todas aquellas comunidades religiosas sin ánimo de lucro de pagar algún tipo de impuesto, pues no son consideradas como una actividad mercantil, estarán obligadas a registrarse todas al mes siguiente al día en que realice las actividades y aquellas que no lo estén tendrán que regularizarse al igual que sus obligaciones fiscales.

Entre varios puntos uno de los que a manera personal resalta más es el que a su letra dice: “El tratamiento fiscal para las limosnas, dádivas u óbolos de los fieles, se consideran ingresos propios para la Asociación Religiosa, obtenidos en la realización de su objeto, por los cuales no pagan el impuesto sobre la renta. Sin embargo, lo anterior, con independencia del cumplimiento de las obligaciones a las que se hace referencia en la Ley Federal para la prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita. Asimismo, tratándose de las ofrendas, diezmos, primicias y donativos que reciban durante celebraciones de culto público en donde no sea posible identificar al otorgante o bien que sea depositados en alcancías, canastillas, o bien que sea depositados en alcancías, canastillas o alfolíes, se deberán incluir en el comprobante fiscal digital por Internet (CFDI) global que se elabore.”

Existen otros puntos interesantes en donde al final del día ahora sí que con la nuevas reformas hacendarias y la moda de entrar al mundo electrónico fiscal ni Dios se escapó de pagar impuestos en donde posiblemente para algunos lo ven como justicia y quienes estén en contra lo verán con ojos de envidia.

A la iglesia cuando les conviene siempre pone a Dios por delante y cuando no lo manejan como una entidad ajena a lo material, pues todo ese dinero que se cobra no le sirve porque él está en otra dimensión, más no obstante, las entidades religiosas del Vaticano se manejan como grandes corporaciones y multinacionales siempre auspiciados por la palabra de Dios, por lo tanto también debe de pagar impuestos. Dicho al trecho hay mucho trecho en donde la Secretaría de Hacienda está muy preocupada por cuidar los centavos en lugar de los pesos no hay manera de saber el cómo implementarán un sistema de control más que a la buena fe, honestidad y transparencia en la que siempre se ha manejado la Iglesia. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013)www.intersip.org

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