A TIRO DE PIEDRA: EN NOVIEMBRE, CANDIDATO QUINTANARROENSE

La política es el arte de servirse de los hombres

 haciéndoles creer que se les sirve a ellos

Louis Dumur

Aunque la formalidad del proceso electoral de Quintana Roo indica que hasta marzo de 2016 se conocerán a los candidatos de los diferentes partidos para la gubernatura, la dinámica y formas políticas locales indican que no se irá más allá de noviembre del presente año sin que, en los hechos. se conozca quién será el rival a vencer en las elecciones del 05 de junio del año próximo, y para eso faltan menos de dos meses.

Las razones son simples, y tienen que ver con dos factores básicos: las “señales” que se envíen a los actores locales desde la Presidencia de la República para la definición del candidato, y la aprobación de la reforma política para el estado en el Congreso de Quintana Roo, pues esta última definirá las reglas con las que los partidos competirán por el poder local en los próximos años.

Las “señales” del centro no se enviarán solamente a Quintana Roo, pues debe recordarse que once entidades más elegirán su gobernador, y cuya la característica en común es que los actuales mandatarios fueron elegidos para periodos menores a seis años; Aguascalientes, Carlos Lozano; Zacatecas, Miguel Alonso; Sinaloa, Mario López Valdés; Tlaxcala, Mariano González; Puebla, Rafael Moreno Valle; Hidalgo, Francisco Olvera; Oaxaca, Gabino Cué; Quintana Roo, Roberto Borge; Tamaulipas, Egidio Torre Cantú; Chihuahua, César Duarte, Veracruz y Durango, Jorge Herrera.

Las entidades tienen sin embargo también diferencias fundamentales al interior, que tiene que ver con su dinámica política; por ejemplo son harto conocidos los conflictos en Veracruz, Puebla, Oaxaca o Tamaulipas, que anticipa rispideces al interior de partidos como el Revolucionario Institucional (PRI) para la definición de candidatos, y con partidos de oposición fuerte que pudieran arrebatar el poder, o mantenerlo en el caso poblano, de Oaxaca y hasta de Sinaloa, en donde pudiera contender el diputado federal independiente Manuel Clouthier, emulando el caso del ahora gobernador neoleonés Jaime “El Bronco” Rodríguez.

Ahora bien, Quintana Roo es la última entidad que realizará su reforma política, de acuerdo a la aprobada en mayo de 2014 a nivel federal, y de acuerdo a los plazos legales establecidos la fecha límite para ello es el 15 de noviembre próximo, pues se pretende adelantar el calendario escolar, para que las elecciones se realicen en junio y no en julio, siendo el primer domingo de ese mes el día 05, en 2016.

La normatividad es fundamental para la definición de los candidatos no sólo por ser las leyes con que competirán por la gubernatura, sino por otros temas incluidos en la misma como las coaliciones, la paridad (vertical y horizontal) de género en las elecciones municipales, y por supuesto las candidaturas independientes, tanto para gobernador, como presidentes municipales y diputados. Habrá que ver entonces hasta esa fecha quiénes permanecerán en sus partidos y quienes se decidirán por contender por otra vía para los diferentes cargos públicos.

Así que hasta ahora pueden ser lógicos los “aceleres” de algunos por buscar el banderín tricolor, pues no se observa hasta ahora una oposición capaz de competir con posibilidades reales de ganar la gubernatura; como válidos son también los llamados al orden, aunque no necesariamente si se es parte de los actores en competencia, pues en ese caso pareciera que sólo se pretende frenar a los contendientes, mientras el “tranquilizador” acelera sobre su propia búsqueda.

Parece hasta ahora los ánimos se van asentando, Eduardo Espinosa ya adelantó que su intención real no es la gubernatura, sino la senaduría; Mauricio Góngora Escalante, José Luis Toledo Medina y Carlos Joaquín González seguirían en la contienda, pero sería este último el más interesado en que la reforma política local se concrete, pues no forma parte del grupo local que busca conservar el poder, y su única alternativa parece el “favor” presidencial –si acaso-, o el establecimiento de normas que le permitan ir, por ejemplo, de manera independiente, sin que ello implique perder sus derechos priístas.

Así, dos factores separan a los quintanarroenses de conocer a los contendientes finales por la gubernatura, y esos mismos generan esperanza a algunos y ansiedad a otros; pero a todos los tiene pendientes de las menores señales del “centro” y tendencias en la reforma política. Será sin duda el proceso electoral quintanarroense más competido de su historia, ojalá sea también para beneficio de sus habitantes; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.