Veneno Puro: Submarinos y Aviones
*De Hoguera a Cerillo
*Submarinos y Aviones
*Todas las “Familias”
En marzo de 2001 conversé con el ex presidente josé lópez portillo. Fue la última vez que le visité en su casa de Cuajimalpa, en la célebre “colina del perro”, porque semanas después se mudó a la residencia de su hermana Margarita, en las Lomas de Chapultepec, y su esposa, Sasha Montenegro, quedó en posesión de la regia mansión que desató, en su momento, una tremenda escalada de escándalos, sobre todo porque el inmueble se erigió a la vista de una ciudadanía afrentada por los saqueos de divisas y las devaluaciones incesantes del peso.
En ese ámbito, incómodo por sus antecedentes, pregunté al ex mandatario su opinión acerca del periplo del subcomandante “Marcos” y otros miembros del Ejército Zapatista por toda la República y con las Fuerzas Armadas haciendo el papel de custodios y protectores de quienes lanzaron una declaración de guerra contra las instituciones nacionales y enfrentaron a las mismas durante once días de 1994. Nunca se había llegado a este extremo de franca simulación, exaltado por la presencia de la única “guerrilla pacifista” sobre la tierra.
El señor lópez prtillo, se arrellanó en uno de los amplios sofás del salón principal, rematado por cierto con sendos óleos de sus antepasados, tal y como suelen exhibirlos quienes se precian de su sangre aristocrática, y respondió:
–La verdad: yo hubiera apagado el cerillo antes de que se hubiera convertido en hoguera.
Fue una frase grandilocuente, sin duda, que señalaba hacia la torpeza operativa de un gobierno incapaz de hacerse respetar y al que le jugaban el dedo en la boca. Pero, además, planteaba la vulnerabilidad del mismo al haber asumido el papel de conciliador sin otra respuesta que las provocaciones. Cuando se abre un diálogo, lo único indispensable es que sean dos los protagonistas del mismo, cuando menos, porque de otra manera se abriría únicamente un monólogo sin el menor compromiso de la contraparte.
No estoy muy seguro si, en su momento, el ex presidente hubiera actuado con la energía que propuso a toro pasado. De hecho, su frivolidad lo mantuvo atado a su mundo femenino –su madre, sus hermanas, sus amantes, su esposa, sus hijas-, exaltado como la mayor de sus debilidades. Y el tiempo de su mandato lo consumió, en buena medida, tratando de poner orden entre ellas sin lograrlo en lo más mínimo. De lo que sí estoy convencido es que no se pueden dejar crecer los males por negligencia gubernamental o, peor aún, temor a enfrentar las consecuencias de las determinaciones ineludibles y definitorias.
Llevamos muchos años de vacíos de poder. Desde 1994 cuando el neoliberalismo hizo crisis y carlos salinas acabó envuelto por la barbarie y las descalificaciones pese a su fama de economista notable y su desesperada cruzada por legitimarse tras los fraudulentos comicios de 1988 y una asunción avalada, frente a la protesta colectiva, por una izquierda convenenciera del exterior. No olvidemos la presencia del presidente cubano Fidel Castro Ruz –lo era en esos días- como garante de una inexistente legalidad, exaltada por los usos diplomáticos, en la transmisión del Ejecutivo federal.
La crecida de la descomposición fue inmediata aun cuando ya se arrastraba desde la década de los ochenta por efecto del “boom” del narcotráfico y la evidente contaminación de las estructuras gubernamentales por parte de los cárteles en auge. Ésta, sin duda, fue la puerta de acceso a la violencia generalizada de la mano con el lavado de dinero y la triunfante especulación. Si no se conoce la historia es imposible intentar superar los desafíos del presente.
No se olvide, asimismo, que la emergencia en el Distrito Federal inició bajo la última regencia, la de Óscar Espinosa Villarreal, entre 1994 y 1997, cuando los asaltos bancarios se volvieron cotidianos sin que nadie fuera capaz de detener a los facinerosos. En esos días, dialogué con Manuel Camacho Solís, concentrado entonces en su empeño de fundar el Partido del Centro Democrático al que también perteneció, en calidad de mancuerna, el ex jefe del gobierno defeño, Marcelo Ebrard Casaubón, y me confirmó que durante el periodo en el que se mantuvo al frente de la administración del Distrito Federal, a lo largo del periodo salinista salvo el último año del sexenio, sólo se habían producido dos robos a instituciones bancarias por ciclo anual. Y arrojaba la estadística al rostro del funcionario zedillista con mayor propensión a la corrupción, el regente Espinosa. (No por otra cosa fue extraditado y procesado aun cuando los mecanismos estuvieran amañados para posibilitar la desvergüenza de su excarcelación).
Hay que ir a los orígenes, insisto, para entender la conflictiva actual y tratar de corregir algunas rutas seriamente infectadas. Sobre todo porque muchos de posprotagonistas principales de entonces siguen teniendo foros, escenarios, y en algunos casos fuero constitucional, apostando a la amnesia colectiva, el gran recurso de los grandes manipuladores transexenales –no transexuales, por favor, aunque también los hay-.
Lo anterior no significa que lancemos culpabilidades sin ton ni son para ver a quien se llevan por delante los organismos judiciales. Las indagatorias sirven para determinarlas y son estas las que deben iniciarse con miras, siquiera, a conocer cómo evolucionó el mal y se prendieron las tantas hogueras de la violencia a partir de los cerillos que nadie se animó a apagar aun cuando se quemaran los dedos de la autocracia otrora insondable.
Sencillamente, hay que intentar que las hogueras vuelvan a ser cerillos antes de que la devastación sea tal que sólo colectemos cenizas. ¿Y ustedes, siquiera, saben quien es, en realidad, el subcomandante “Marcos”? Ya les platicaré.
Mirador
Recién iniciado el cogobierno foxista, ella y él naturalmente, hablé con el flamante procurador general, Rafael Macedo de la Concha, general que había sido responsable de la Procuraduría Militar durante el lapso anterior –esto es cuando crecieron las sospechas sobre las infiltraciones del narco entre los mandos del ejército-, sobre los lastres heredados por él y la angustiosa crecida de los “cárteles” que vulneraban la estabilidad nacional. El funcionario, con gesto de concentración –quizá porque no tenía cerca en ese momento a sus “barbies” inspiradoras, las muy conocidas edecanes reclutadas para hacerle más llevadera la carga-, y el ceño fruncido, replicó:
–Tenemos que estar muy pendientes porque los narcos se renuevan a cada momento. La geografía de las rutas ya es distinta. Antes apostaban por el aire –de allí la relevancia del mítico muerte viviente, “el señor de los cielos” Amado Carrillo Fuentes-, y ahora lo hacen por el mar. Este es nuestro gran desafío.
Mientras tanto, las jerarquías militares –algunas de ellas rebasadas por las que ya están contaminadas-, mantuvieron sus retenes sobre carreteras y rúas que, por lo general, vadean los grandes cargamentos de drogas con la mayor naturalidad. Sólo sirven, en no pocos casos, para extender las presiones a la ciudadanía y extender hacia ellas la consabida publicidad. Y con ello, claro, se mantiene distraídas a las tropas dejándoles libres los nuevos itinerarios. El único cambio desde la asunción de peña nieto ha sido inventarse la Gendarmería Nacional para vitalizar al desfile del 16 de septiembre con hombres verdes –como los soldaditos de “Toy Storie”-, y el rostro maquillado y pintado, a la manera de los apaches, con el perfil de la República. ¡Qué avance!
Pues bien, cada vez es más frecuente que se descubra, por acá y por allá, algún “narcosubmarino” cargado hasta los topes, como parte de las estrategias para demostrar la eficacia del combate contra los zares del vicio, mejor pertrechados y con mayores coberturas, que los equipos de nuestra Armada limitados hasta para perseguir a los pescadores piratas del oriente que saquean el mar territorial mexicano. Vamos ni siquiera han podido garantizar la soberanía nacional en las 200 millas marinas, desde nuestras costas, que son parte del patrimonio nacional. Pero eso sí, ¡qué bien lucen en Polanco cuando realizan operativos… cerca del Lago de Chapultepec! Acabos siempre perdiendo porque no cubrimos ni controlamos lo nuestro.
Y con todo eso, caramba, descubren uno que otro submarino de vez en vez. Por supuesto, es impresionante. Pero por cada uno localizado, ¿cuántos pasan las aduanas invisibles mientras se dilapidan recursos para sostener a militares y agentes policiales lejos de los sitios claves? Esta es la cuestión central que debieran afrontar quienes tantos golpes de pecho se dan, visitando a las víctimas de atentados y desastres –si bien nunca visitan a los panteones rebosantes de ejecutados, sea por obra de secuestros infames o por ajustes de cuentas-, y no son capaces siquiera de intentar un saneamiento a fondo de las instancias oficiales corroídas.
Es necesario, claro, despojarse de los miedos y las ansiedades para gobernar.
Por las Alcobas
¿Mejoramos en el ejercicio de la democracia? Planteo a los lectores una cuestión esencial: antes de que existiera el TRIFE, cuyas decisiones son “inatacables”, los propios legisladores “electos” se erigían en Colegio Electoral –es decir quinientos diputados y ciento veintiocho senadores serían ahora de acuerdo al consenso último-, para conocer cada caso y votar en consecuencia. Predominaba, sí, el “mayoriteo” priísta y, por supuesto, se daba ocasión a que los opositores ganaran los debates y perdieran las votaciones por consigna superior. De allí se optó por construir el andamiaje del Tribunal Electoral basado en el criterio de “siete sabios” cuyas determinaciones son irrefutables, sin ninguna instancia posterior ni posibilidad alguna de apelación; esto es, ni siquiera la Suprema Corte de Justicia tiene injerencia en ello.
¿Mejoramos o empeoramos por corregir un expediente favorable a quienes ejercían gobierno?
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Web: www.trincehra.mx
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
LOS MAYORES ÉXITOS, EN CUANTO A LA CAPTURA DE CAPOS RELEVANTES, HAN SIDO POR OBRA DE LA MARINA. ¿ENTONCES EL EJÉRCITO SÓLO OFRECE A SUS PROPIOS MUERTOS? DE ESTA INTERROGANTE NACE LA QUERELLA, MUY PELIGROSA, QUE REQUIERE SUPERAR EL MANDATARIO peña nieto Y CONDENA IRREMISIBLEMENTE A calderón. SÓLO QUE LOS EX PRESIDENTES SIGUEN SIENDO, COMO LOS VEREDICTOS DEL TRIFE, “INATACABLES”
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