También los hay piratas

Ante una situación económica difícil por la que pasa el país, cada mexicano le hace su luchita para salir adelante cualquier tipo de negocio informal y dadas las nuevas propuestas hacendarias, la ciudadanía menos ganas tiene de formalizar.

La creatividad ha sido muy variada desde negocios informales que trabajan de manera honesta con la creación de la venta de hamburguesas, tacos, gorditas y todo aquello que sea comestible.

Pero también los hay a quienes les gusta ganarse el dinero de manera fácil sin hacer el mínimo esfuerzo en donde han surgido nuevos grupos de delincuentes “organizados” marca “patito”.

Estas personas por lo general son empleados de confianza que después de organizarse con amistades realizan auto-robos, secuestros y otras fechorías montando todo un escenario de drama para hacer pasar los delitos como si fueran auténticos.

Para quienes han tenido la cultura de la denuncia en la mayoría de los casos, por no decir todos, éstos han tenido como resultado que la autoridad determina que se trata de un delito donde participan los mismos empleados, debido a la inexperiencia que vienen dejando cabos sueltos y una vez sometidos a interrogatorios, a los trabajadores donde se cometió el delito les gana el nerviosismo “cantando” es decir, confesando con lujo y detalles de quienes participaron y cómo lo hicieron.

La falta de nuevas reformas de procedimientos penales y civiles, hacen más lento que se dicte una orden de aprensión a los culpables, provocando que éstos mismos se confían de que la ley no les hizo nada; incentivándolos a realizar otros actos ilícitos usurpando el nombre de la compañía de la última letra para atemorizar a sus víctimas para pedir dinero.

Desde la llegada de los verdaderos criminales organizados o capos del narcotráfico éstos delincuentes “patito” o también conocidos como “similares”, han proliferado, aumentando su modus operandis por medio de llamadas telefónicas, en la que participan por lo general grupos de tres o cuatro personas que se encuentran observando los movimientos desde las afueras de los negocios y domicilios para intimidar a la gente dando una descripción de todos los movimientos que se hacen al interior de éstos, narrándolo todo con la persona que establecieron comunicación; que la única función es sacar información a base del temor o de lo contrario: “sabemos dónde vive y te vamos a levantar si las cosas salen mal”.

Pero si esto no lo considera nuevo, siempre existirá el ingenio de los mexicanos que nunca perdonan la oportunidad, pues empieza a surgir un nuevo grupo criminal que secuestra amas de casas para pedirles un rescate por montos de cinco o diez mil pesos.

A diferencia de otros secuestradores, éstos liberan a sus víctimas cuando no es cubierto el rescate por parte de sus esposos o familiares, dándoles crédito de dos o tres meses para que junten el dinero o caso contrario secuestraran a otro miembro de la familia, es decir, nace así la modalidad del crédito.

El tiempo del secuestro depende de la rapidez con la que actúen las autoridades para ver el caso, pero si interviene los soldados ésta es liberada en uno o dos días. Cuando menos eso es lo que sucedió con un ama de casa que remetió enojada en contra de su marido por no haber pagado a los secuestradores los cinco mil de pesos y que tampoco se acogió a la facilidad de pago a crédito la historia terminó con una separación segura.

Estos nuevos estilos de auto-secuestros, no serán los primeros ni los últimos que se empezarán a dar ante la impotencia de aquellas mujeres que prefieren convertirse en un “patito”, que recurrir a un divorcio en donde saben que la cantidad por una pensión de alimentos es una “baba” de perico que no quieren terminar con una mano adelante y la otra atrás.

Lo peor del caso es que las autoridades se creyeron el cuento y comprenden que la situación económica del país es dura y que ahora los nuevos delincuentes son tan compresivos que dan línea de crédito a sus víctimas y para no generar gastos en alimentos y hospedaje prefieren liberarlos para que en la comodidad de sus hogares junten el dinerito. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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