El presidente estadounidense Donald Trump, se le ha pasado la mayor parte de su administración despotricando en contra de los inmigrantes, la problemática sobre el crimen organizado en México, así como también el recuperar la fuerza de lo que antes se le conocía a EE.UU. la primera potencia mundial.

Sus acciones no se ven reflejado al igual que su boca, pues ni acabado con la inmigración, sus ciudadanos siguen drogándose, el desempleo en los Estados Unidos continua y ha hecho de su gobierno la continuidad de una campaña política muy al estilo americano en donde solamente gritan y blofean.

Lo que antes se consideraba como la nación mundial más segura del mundo, ahora es solo recordado como eso, es decir, algo del pasado.

No se han percatado los Estados Unidos que la mayor o principal problemática de inseguridad que viven actualmente en ese país es originado por ellos mismos.

Esas mismas armas que venden ilegalmente, en su mayoría, son las que ya pasaron de moda para el “ejército de la salvación”. Porque así se denominan ellos cuando existe algún conflicto entre países, teniendo una oportunidad para meterse a él “ejército de la paz”, para después darse golpes de pecho ante el mundo.

Pero se les olvida que a quienes les están combatiendo son enemigos a que alguna vez les vendieron armamento estadounidense, o sea, se están dando un tiro por la culata porque son los mismos proveedores de grupos terroristas como, Al Qaeda, y proveyendo también armamento a los narcotraficantes y crimen organizado de México.

Esta práctica ilegal de armas nunca lo ha negado, pero tampoco lo han afirmado. Pero programas implementados en aquel país como uno de los más escuchados como fue la “Operación Rápido y Furioso”; para dizque desmantelar a los responsables que se beneficiaban de la compra de armas.

Entre esa operación se vio involucrado nuestro país para la autorización ilícita de pasar parte de la mercancía a la frontera de México, para entregárselo a las organizaciones criminales de nuestro país.

El fin justifica los medios, ya que el mejor negocio del mundo aparte del narcotráfico, son las guerras y la venta de armas, siendo éstos las bases de la economía norteamericana, y sin importarle las consecuencias.

Todavía para hacer alarde de su inmunidad e irresponsabilidad de las ventas ilícitas de armas, simplemente hay que echar un vistazo a películas hollywoodenses, para reafirmarlo, tales como “La Guerra de Charlie Wilson” donde habla de una historia real de cómo un congresista, y un agente de la CIA, unieron fuerzas para encabezar la mayor operación encubierta de la caída de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría donde se ve claramente tráfico de armas entre los gobiernos.

Otra de las películas que deja mejor el panorama es “El señor de la Guerra”, donde relata la historia de dos hermanos que se unen para la trata de armas entre Estados Unidos y otros países del occidente. Entre otras bajo la misma temática se encuentra “Juego de Armas”, “600 millas”, “El caso Sloane”, y así puede continuar la lista.

Es decir, si los Estados Unidos son los principales proveedores de armamento ilegal en el mundo; también son los consumidores de drogas más alto a nivel mundial, el problema que nos genera en nuestro país con el crimen organizado es porque estamos de paso para su principal cliente.

Lo mismo sucede con la inseguridad e incertidumbre desde los atentados terroristas sobre las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, es porque mismo Estados Unidos ha sido responsable como consecuencia de la ilegalidad de la venta de armas en todo el mundo, siendo cada vez más común que cualquier estudiante tenga un arma en su mano y haga una masacre para posteriormente se quiten la vida.

Por mucho que grite el presidente Donald Trump, el resto de su administración pretendiendo señalar al resto del mundo como los culpables de porque han dejado de ser la nación de antes, la verdad es que los mismos Estados Unidos se ha encargado de boicotearse ellos mismos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org