Guillermo Robles

Sin deberla ni temerla

Por Guillermo Robles Ramírez

Debido a las triquiñuelas y corruptelas que hubo en la construcción directa de casas por parte del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores, INFONAVIT, hace ya bastantes años, éste dejó de ser el constructor y encargado de asignar el sector y casa asignada a los beneficiarios.

Los programas habitacionales del INFONAVIT enriquecieron no solo en Coahuila, sino en el resto de entidades federativas del pais, a infinidad de cercanos a las máximas autoridades estatales y nacionales del citado Instituto, a quienes les asignaban los súper millonarios contratos de los fraccionamientos que iba creando.

Toda esa marabunta de enriquecimiento inexplicable, producto de favores que se pagaban a muy buen y alto precio, fue provocando muchos problemas para INFONAVIT; pues siendo a la vez constructor y “vendedor” en la asignación de las viviendas, automáticamente se convertía en responsable directo de todo lo que sucediera en determinado tiempo a las casas llamadas de interés social en aquel entonces.

INFONAVIT tomó la decisión de dejar en el pasado el ser constructor y “vendedor” directamente de las viviendas para los trabajadores que cotizan y cambió radicalmente su sistema en la asignación de la y las viviendas en cualquiera de sus niveles o costo.

Esta Institución desde hace años, a dejado a libre decisión a cada derechohabiente a escoger el sector, constructora particular y tipo de casa de acuerdo a sus cotizaciones y puntos obtenidos por permanencia laboral.

Esta medida definitivamente fue la mejor que implementó hace años INFONAVIT, pues no solo dejó ser una cueva de más de cuarenta ladrones, sino dejó al libre arbitrio a sus derechohabientes a escoger en todos los aspectos, cuando que en el pasado la queja constante es que el fraccionamiento y vivienda que le había asignada, estaba muy lejos y retirada de su actual fuente de trabajo.

Otra de los beneficios que trajo esta acertada decisión y medida del Instituto es que cada quien escoge no solo la ubicación, sino constructora y la casa que quiere como su patrimonio familiar.

Esto deja al margen de INFONAVIT, reclamos de que la casa está mal construida, pues la o las empresas quienes las hicieron fueron escogidos por el derechohabiente, independientemente de que la cercanía o lejanía del sector, también lo escoge este último.

INFONAVIT es como el Seguro Social, podrán tener muchas fallas y los derechohabientes no paramos en quejarnos de sus servicios y beneficios, pero a final de cuentas, qué bueno que existen estas instituciones, las que en tiempos de nuestros abuelos eran inimaginables, por más que nos quejemos cuando por una u otra razón nos fallen.

Lo anterior, es una simple y sencilla apreciación por el problema que ha surgido en estos últimos años, en donde existen familias a quienes después de años se les ha dañado estructuralmente su casa que fueron construidas encima de un antiguo arrollo, o bien por la utilización de materiales chafas.

Se ha visto en diferentes partes del país como ciudadanos han realizado protestas callejeras, así como frente las altas instituciones de gobierno e incluso en las diferentes delegaciones estatales del INFONAVIT.

Me pregunto: ¿Quién o quienes tienen la culpa del vía crucis que sufren las familias? Y sin olvidar que existe en esas asignaciones para las constructoras particulares que hacen la vivienda con el recurso del INFONAVIT, la garantía y fianza que debió haber entregado la empresa constructora.

En dónde queda la supervisión de las autoridades del INFONAVIT, para que someta a las constructoras para que edifiquen casas con mayor calidad o no se estén desmoronando como mazapán a los pocos años. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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