Seguimos cayendo en lo mismo

Por Guillermo Robles Ramírez

Actualmente no hay mexicano que no piense sobre la inseguridad en la que está viviendo, y no me refiero solamente al 70 por ciento de las entidades federativas en donde el crimen organizado es el que tiene aterrorizado a la población, obviamente con la complacencia de la Cuarta Transformación.

La percepción de seguridad y tranquilidad, es tema del pasado, un sueño cada vez más lejano y nostálgico para quienes pudieron vivirlo. En un tiempo el tema de seguridad estaba controlado y muy detectado en donde no salían de los mismos, es decir, el carterista que por sus habilidades para no usar arma recurría a sus habilidades como el mejor de los magos para despojarte de tu billetera sin que te dieras cuenta. El asaltante que con malas palabras y un arma blanca amedrentaba a cualquiera para cometer su acto ilícito. Y la rata de dos patas que hurgaba en los domicilios cuando sabía que estaba deshabitada.

Tiempos entrañables, comparados a los que se vive en la actualidad y en comparación a lo que se vive al día de hoy; se puede decir que antes sí existía la seguridad y tranquilidad entre la población.

Ahora es una locura en donde cada vez la sociedad empieza asimilar la inseguridad como parte de la vida cotidiana, con la que se tiene que vivir sin dejar de trabajar, y continuar buscando un ingreso extra para hacerle frente a la vida encarecida en la que se vive en México o, bien en un país en donde su moneda cada vez está más devaluada y vive una economía ficticia en donde le han quitado tres ceros a nuestra moneda para dizque poder hacer transacciones más operables en un mundo globalizado en la comercialización o bien pudiera ser una medida inventada dentro de la sicología social. Como tampoco han servido los incrementos al salario mínimo, porque no van a la par a la desproporción del crecimiento del Producto Interno Bruto, esfumándose en nada dichos incrementos; algo que no se puede esconder al momento de comprar el mandado mínimo para comer, rindiendo menos el dinero.

Quién iba a pensar que de un problema social como es el tema de inseguridad nacional fuera a ser un negocio lucrativo tanto para quienes cometen el delito, al igual que para muchas empresas de la iniciativa privada.

Problema que ocupa el número uno dentro de cualquier encuesta cuando se le pregunta a los mexicanos, ¿cuáles son sus prioridades en la vida?, llevando la batuta el tema de seguridad antes que la laboral y la salud.

Mientras el crimen organizado, el narcotráfico y los robos con violencia se ganan la vida de una manera fácil, en contra parte, hay quienes le han sacado jugo a la situación proliferando empresas de seguridad privada, negocios que venden desde el equipo más sencillo de seguridad hasta los más sofisticados como las cámaras de vigilancia, maya ciclónica, protectores de acero y cercos eléctricos.

La misma desesperación de la sociedad para tener la sensación de seguridad y poder sentirse más protegido lo lleva a confiarse lo que hay en el mercado, es decir, todo aquel negocio dedicado a vender productos y servicios de seguridad son rentables aunque para los dueños que la mayoría de ellos no trabajan con honestidad y lo ven simplemente como eso: un negocio.

Los más deshonestos son aquellos dedicados a la vigilancia privada en donde se ha visto un incremento impresionante de este tipo de negocios porque sabe que existe un nicho en la sociedad y sin importarles las normativas simplemente ofrecen sus servicios a quien tenga la necesidad de contratarlos.

Pero la necesidad es tan grande que los mexicanos seguimos cayendo en la misma trampa de muchos de estas empresas de seguridad privada que al igual que todos te ofrecen una gran experiencia en el tema, personal uniformados y con el equipo necesario para neutralizar una situación crítica y que toda la gente que labora en esa empresa cuenta con las prestaciones de la ley para que el contratante no tenga problemas con el Seguro Social.

Es muy fácil vender un servicio de seguridad privada hoy en día, pues a la falta de la garantía que supuestamente debe de hacer obligatoriamente nuestras autoridades y que nada más no dan el ancho; es fácil caer engañados igual que se le engaña a un niño con un dulce.

Aquí no caben las recomendaciones porque son habilidosas para engañar estas empresas de seguridad privada ya que se supone que cada una de ellas deben de estar registradas ante las diferentes corporaciones de seguridad estatal y municipal en donde deben de otorgarles un documento de registro extendido por Seguridad Pública, y otro estatal; mismo que es muy fácil de falsificar o aquellos que los tienen no completan el requisito que marca las normativas como el registro de cada empresa, negocio o fraccionamiento a quien le brinda servicio.

También engañan a los clientes en cuanto a la capacitación de quienes van a vigilar y el voto de confianza de que todos han pasado por las pruebas más altas de confiabilidad en donde han sido sometidos a las pruebas del  C4 de la Secretaría de Seguridad Pública que es el centro de control de confiabilidad para las empresas de seguridad privada, pero al igual nunca te muestran una constancia.

Y el último de los requisitos de los cuales cumplen a medias porque no lo hacen extensivo a todo el personal, es el registro de cada uno de su personal incluyendo a todos los que hacen la función de vigilantes en el Seguro Social y del cual están obligados a proporcionar una copia de registro de quienes laboren con el contratante.

Estas empresas son tan ingeniosas que burlan a los grandes corporativos a quienes les venden servicios, siendo muy común la contratación de las empresas privadas en los diferentes centros comerciales del país.

Pero contrario a lo que venden en su mayoría son empresas utilizadas por el crimen organizado para poder perpetuar con plena libertad sus fechorías como el secuestro, la entrega de dinero pedido como rescate y lo que es peor son quienes informan cada uno de los movimientos de sus víctimas, así como los puntos de vulnerabilidad de las plazas comerciales.

Y es aquí donde me cuestiono y también hago la misma pregunta a mis lectores: ¿Acaso ha sabido usted de alguna empresa privada en el país dedicada a la seguridad y que logre neutralizar alguna situación de un hecho ilícito? Y sino ahí está el caso del robo de la casa del canta autor Miguel Bosé. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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