Pueblito Paisa, atractiva réplica en serranías colombianas

Medellín, Colombia 16 abr (PL) De calles adoquinadas y edificaciones construidas a la usanza de la época colonial, el pintoresco Pueblito Paisa añade atractivos a esta ciudad colombiana, conocida como la capital de la montaña.
En la cima del cerro Nutibara, el asentamiento-museo fue levantado en 1977 para evocar un poblado típico de la región antioqueña, que resulta casi intransitable por lo concurrido de sus estrechos pasajes.
Lugareños y viajeros ascienden en auto o caminando hasta el pico de la montaña, situada en el Valle de Aburrá, con el deseo de admirar las viviendas, la iglesia y otros inmuebles del lugar, cuyo encuentro supone un acercamiento a las tradiciones de este paraje serrano.
Aunque se trata de una imitación para reverenciar la vida de los habitantes de la zona, conocidos como paisas, en la conformación de cada espacio sus artífices utilizaron elementos auténticos, que datan del siglo XIX y principios del XX.
Puertas, ventanas y enseres pertenecientes a antiguas familias de la región, fueron adquiridos con esos fines.
De modo que caminar por el turístico poblado permite tocar y respirar el pasado de Antioquia a través de sus callejuelas, su colegio, restaurantes y un pequeño altar, donde los visitantes hacen votos por la salud, la seguridad de sus seres queridos y la prosperidad.
Como toda localidad que se respete, tiene también plaza central, fuente y un monumento a un personaje célebre, dedicado al máximo exponente de la literatura antioqueña: Tomás Carrasquilla.
Antes o al finalizar el recorrido por el pueblito, los paseantes se asoman al mirador, desde donde es posible apreciar deslumbrantes panorámicas de Medellín, una ciudad surcada por caminos zigzagueantes que bordean las elevaciones.
El vocablo paisa, derivado de paisano, identifica a los residentes en Antioquia, Caldas, Risaralda, Tolima y Quindío, tierras de cafetales donde experimentados labriegos cultivan la variedad suave o arábiga.
Aunque nadie vive en la réplica del asentamiento rural, sus calles, portales y exteriores permanecen ocupados por los recién llegados, quienes arriban tanto de día como de noche, en su mayoría a bordo de las emblemáticas «chivas» o autobuses, distinguidos por su amplitud y colorido.

Deja un comentario