Víctor Sánchez Baños

Poder y dinero: El síndrome de Salvador Allende

* Presidente de izquierda y militares * Fue rebasado con poder y dinero * Civiles incompetentes y corruptos * ¿Qué camino toman en México? * Espejo negro de Tezcatlipoca * El PRI apoyará la militarización hasta el 2028 * Cummins se alía a Wather.com

Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual.

Martin Luther King (1929-1968) Religioso estadounidense.

Por Víctor Sánchez Baños

Antes de iniciar este artículo, dejó en claro que los militares mexicanos son de excepción por su lealtad y servicio para el pueblo, lo que me ha movido mi reconocimiento a lo largo de mi vida periodística. Los he visto salvar vidas e incluso, sacrificar las propias por la de sus compatriotas.

A diferencia de los políticos, han sabido ejercer la disciplina, respeto y un alto grado de honestidad las funciones que le designa la autoridad civil; el Presidente de la República.

Sin embargo, los presidentes convirtieron a esas Fuerzas Armadas, en rehenes de sus caprichos de poder. Primero los envían a zonas de sastre sin las herramientas suficientes para poder ayudar a mexicanos en desgracia por el paso de cualquier fuerza devastadora de la naturaleza.

Luego, en los sexenios de Felipe Calderón, Enrique Peña y Andrés López Obrador, los usan para enfrentarse a determinados grupos de criminales y son humillados por grupos sociales, que son el capital electoral de la izquierda mexicana.

Los pecados del pasado no los quieren repetir en sus gobiernos. Los casos de Acteal, los zapatistas, a guerra sucia de la guerrilla de los setentas, el movimiento del 68 y muchas más movilizaciones, como la de los 43 de Ayotzinapa, que dejaron cientos de muertos en las conciencias de muchos políticos, son huellas de la cobardía, incompetencia y falta de tacto político y social de los civiles.

Sin embargo, por la lealtad de las Fuerzas Armadas, no llegaron a golpes de Estado como los que se vivieron en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Guatemala y muchos países latinoamericanos. No se sufrió la masacre cotidiana, como las ocurridas en aquellas naciones.

Todo esto te lo platico, debido a que, en lo personal, dudo que nuestro ejército y marina, puedan ser tentados por el poder y regresar a los tiempos anteriores a Manuel Ávila Camacho, donde el presidente era un militar en activo, desde que concluyeron las refriegas de la Revolución Mexicana.

Desde el gobierno de Miguel Alemán, terminaron los militares en activo, en la política mexicana. Tenían que renunciar a la milicia para aspirar a puestos de elección popular o, cuando menos, a formar parte de los partidos políticos. En el PRI, los militares tenían un sector que mantuvieron hasta finales de los setentas y después se mantuvo como una organización política llamada Leandro Valle. La izquierda, ni pensarlo.

Pero, a todo esto, estimado lector, es relevante ver a la Cuarta Transformación con el gobierno de López Obrador o, en caso de que gane las elecciones, con el siguiente guardián del capital político y económico de la izquierda en el poder.

Hay que ver a Venezuela y a Chile. Con Venezuela, desde Chávez, se hundió un país en un socialismo que no avanzó y se convirtió en una cueva de ladrones a mano armada, donde los militares son los dueños auténticamente, del país. Saquean todo y se acabaron todo.

Pero el caso de Chile, es para reflexionar aún más sobre la militarización del país. A la llegada en 1970 de Salvador Allende, un izquierdista de “pura cepa”, no de caricatura como los de Morena, llegó a la presidencia de la República.

Inició como después lo hizo Chávez en Venezuela, a expropiar a empresas a su paso como la minera Anaconda, productora de cobre. De ahí pasó a afectar intereses de Estados Unidos, como el intento de expropiar la ITT (International Telephone and Telagraph) que provocó la movilización de todas las agencias de seguridad nacional estadounidenses como la CIA.

Con un gobierno débil y repleto de corruptos, hizo a Allende a darle más concesiones a los militares, encabezados por augusto Pinochet, quienes empezaron a tener más poder y dinero. En 1973, el 11 de septiembre, la fuerza aérea chilena, al medio día, destruyó una parte del Palacio La Moneda, donde despachaba el Presidente chileno. Minutos más tarde la tropa encontró a Allende muerte. Aparentemente se suicidó. Después, el horror y muerte contra la izquierda y la disidencia.

No dudo en la lealtad de las fuerzas armadas, pero para qué tentar a quienes tienen la mejor fama pública del país, incluso superior a la de AMLO.

Ojalá y México no se vea en el espejo negro de Tezcatlipoca.

PODEROSOS CABALLEROS

LO ADELANTAMOS: PASARÁ LA MILITARIZACIÓN

Con cambios pasará la reforma constitucional para mantener en las calles a la tropa hasta el 2028. En el Senado, se harán modificaciones, como el de establecer metas y protocolos para la presencia de las tropas en las calles para combatir a la delincuencia. Esto lo promueve el PRI y algunos legisladores del PAN, con lo que lograría Morena mayoría calificada.

RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: CUMMINS

Cummins, empresa de energía y potencia motriz, bajo el liderazo en materia de responsabilidad social, por Bibiana Rodríguez, y Water.org, organización sin fines de lucro que busca facilitar el acceso al agua potable, impulsarán el programa WaterCredit, en México. WaterCredit es un microfinanciamiento con impacto socioambiental que tiene por objetivo brindar asistencia técnica a instituciones financieras de todo el país, para que puedan otorgar préstamos a personas en situación vulnerable y les sea posible adquirir la infraestructura para contar con agua segura y saneamiento en sus hogares.

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