
Muchas están sucias
Por Guillermo Robles Ramírez
No hay un padrón actualizado de las plantas purificadoras de agua que operan en la ciudad Torreón, Coahuila. Pero en el caso de que exista alguno, la pregunta correcta sería: ¿cuántas cumplen con la normalidad sanitaria?
Seguramente la respuesta a ello es un total silencio. Y la verdad no es nada de extrañar ya que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgo Sanitario, siguen durmiendo el sueño de los justos y con los brazos cruzados sin poner costo y un alto definitivo a la venta de agua dizque purificada.
Hablar de un total de 150 “plantas purificadoras de agua en la Perla de La Laguna, a muchos ciudadanos se les hacen pocas. Y la verdad es justificable ya que al igual que muchos consideran que no se están tomando en cuenta a las “plantas purificadoras”, piratas o clandestinas que trabajan en casas particulares y que el agua que envasan y venden como purificada consiste en agua normal de la llave, tomada de una manguera pasándola por un cedazo para que no lleve algunas pequeñísimas partículas.
Y aun esos casos son los más “limpio puercos”, porque hay en otros casos que rellenan los garrafones en las orillas de los ríos o lo que escurre en la orilla de una carretera, como lo hacen algunas personas en el municipio de Arteaga, un poquito antes de llegar al Parque Ecoturístico Los Chorros.
Independientemente de la violación a las normas sanitarias, las dizque “purificadoras de agua”, envasada representan una competencia desleal para las que cumplen con todas las de la ley y que lo hacen salvaguardando y protegiendo la salud de sus clientes vendiendo y entregando agua realmente tratada de impurezas del líquido.
Lo que acontece en Torreón sobre las irregularidades y anomalías de los negocios que venden agua dizque purificada, es tan solo un fiel reflejo de lo que acontece a nivel estatal en cuyos 38 municipios se calcula que trabajan u operan más de 500 “plantas purificadas”, y de ellas menos del 10 porciento cumplen con los requisitos de la COFEPRIS; que por falta de suficiente personal que inspeccione esos establecimientos, permite que más del 90 porciento de esos negocios engañen a sus clientes y los expongan a enfermedades por las impurezas y falta de calidad, pero particularmente de sanidad del agua que venden.
Dentro de las 500 o más “purificadoras” existentes en Coahuila, predominan las clandestinas o sea casas particulares en donde tan ni siquiera son bien lavados los garrafones antes de llenarlos de agua normal tomada de una llave casera.
Existen dueños de esos establecimientos clandestinos que se atreven a poner etiqueta a los envases de los garrafones con los que engañan a los consumidores y para orientación de la clientela, deben de verificar que esos envases lleven una etiqueta que indique el contenido y el grado alimenticio, código de barras, especificación de la ubicación de la elaboración del producto o bien, acudir ante las autoridades como PROFECO y Salubridad, para que se encarguen de dar el visto bueno si es o no agua realmente purificada. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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