Galeano y Prensa Latina: narrando una Latinoamérica silenciada
La Habana, 29 abr (PL) Defensor consecuente del periodismo como arma de la verdad, era inevitable el paso del uruguayo Eduardo Galeano por Prensa Latina, agencia que consideró un ejemplo de dignidad.
La reciente muerte del escritor uruguayo conmocionó a quienes lo conocían por su obra, pero también a quienes bregaron con él en lo que García Márquez definió como el «mejor oficio del mundo».
El tiempo y otros demonios esfumaron muchas de aquellas notas que Galeano escribió para Prensa Latina como entusiasta corresponsal en Venezuela, ávido por relatar las historias que otros callaban.
Cuentan que, para no extrañar las costas montevideanas, se alojó en el desvencijado Hotel La Alemania de Macuto, a unos 40 kilómetros de Caracas, donde años después regresaría, ya consagrado.
Ángel Ruocco, excorresponsal de Prensa Latina en varias plazas y viejo colega de Galeano, estima que los orígenes de esta relación se remontan a finales de los años 1950, cuando muchos jóvenes uruguayos leían los grandes reportajes de Carlos María Gutiérrez.
Por entonces Galeano era un adolescente aprendiz de periodista en Marcha, publicación dirigida por Carlos Quijano, donde escribía el propio Gutiérrez, primer reportero latinoamericano que subió a la Sierra Maestra para entrevistar a los rebeldes cubanos.
«Según me contó el propio Galeano, sus conversaciones con Carlos María a la postre lo marcaron definitivamente y resultó lógico que pronto se incorporara a Prensa Latina», evoca Ruocco.
Su vínculo con la agencia fundada en 1959 le mostró al uruguayo una realidad latinoamericana con matices diferentes a la de su país, y esa vivencia resultó medular para la concepción de su gran obra, Las Venas Abiertas de América Latina.
El nexo perduró incluso tras la consagración literaria del ya reconocido escritor, quien colaboró con artículos e incluso presidió en 1988 el jurado del Premio Latinoamericano de Periodismo, auspiciado por esta agencia de noticias.
De aquella gesta salió el libro Periodismo Urgente, cuyo texto de presentación corrió a cargo del propio Galeano, y permanece en los archivos de la Casa de las Américas, en La Habana.
Dicha institución cultural también atesora varios artículos que el charrúa escribió especialmente para Prensa Latina, como ¿Qué bandera flamea sobre las máquinas?; La Huella Viva del Che y El Diablo entre los Marginados, entre otros.
También el portal Visiones Alternativas replicó textos suyos sobre el acontecer internacional, caracterizados siempre por su estilo impecable, incisivo y de eterna invitación a reflexionar.
Además, siempre estuvo disponible para darle una declaración a la agencia a la que dedicó años de su juventud, y de la que se alimentó también como testigo y relator excepcional.
El pasado año, a propósito del 55 aniversario de Prensa Latina, Galeano dejó constancia de su admiración por una agencia que «ha sabido vivir y decir lo que era un deber de honestidad y coraje en los tiempos que hemos vivido condenados a callar o a mentir».
«Prensa Latina es un ejemplo de dignidad que nos sigue señalando el recto camino que debemos y queremos recorrer», sentenció el autor, cuya muerte el pasado 13 de abril vistió de luto a la literatura y al periodismo latinoamericano y mundial.
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