La CIA, los drones y las ejecuciones extrajudiciales
La Habana (PL) Los operaciones de la CIA para aniquilar a supuestos líderes terroristas extrajudicialmente en ultramar con el uso de drones, provocaron un nuevo escándalo tras la muerte de dos rehenes de Al Qaeda en un ataque de esos artefactos.
El presidente estadounidense, Barack Obama, confirmó el 23 de abril que una incursión de este tipo en enero pasado causó la muerte a un norteamericano y un italiano, a quienes los extremistas mantenían retenidos en una zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán.
Como presidente y comandante en jefe de las fuerzas armadas asumo la total responsabilidad por todas las acciones antiterroristas, incluyendo esta en la que de forma no intencional murieron ciudadanos inocentes, señaló el mandatario, quien además pidió excusas y extendió sus condolencias a los familiares de las víctimas.
Obama defendió la legalidad de este ataque realizado con un dron, y dijo que no existían evidencias de que los dos hombres estuvieran en el lugar, identificado por la inteligencia como un campamento de los fundamentalistas.
Es una verdad cruel y amarga que en medio de la guerra generalmente pueden ocurrir errores mortales, en particular en incursiones de este tipo contra elementos extremistas, señaló el gobernante en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
En el ataque murieron el estadounidense Warren Weinstein, capturado por Al Qaeda en 2011, y el italiano Giovanni Lo Porto -rehén desde 2012- en un operativo destinado a destruir un complejo de esa organización. Además resultó occiso otro norteamericano, Ahmed Farouq, uno de los líderes del grupo terrorista.
En otro golpe separado perdió la vida el también estadounidense Adam Gadahn, portavoz de la entidad extremista en la zona, en enero de este año, pero una nota emitida por la Casa Blanca aclaró que Farouq y Gadhan no eran blancos específicos del bombardeo.
Por su parte, las autoridades paquistaníes señalaron en un comunicado que comprenden muy bien esta trágica pérdida, porque la muerte de Weinstein y Lo Porto en un ataque de dron demuestra «el riesgo y las consecuencias del uso de esta tecnología, lo que Pakistán advirtió desde hace mucho tiempo».
Los republicanos, como parte de su adelantada campaña contra el mandatario con vista a las presidenciales de 2016, tardaron muy poco en tomar el asunto y lanzaron sus dardos, aprovechando esta oportunidad que les brindaba el nuevo error de la CIA en el uso de las aeronaves teledirigidas.
En ese sentido, el excandidato presidencial del partido rojo para las elecciones de noviembre de 2012, Ron Paul, señaló el mismo día del anuncio de Obama que este está literalmente asesinando a sus compatriotas en el exterior.
«Ser un ciudadano norteamericano no significa nada en esta era en la que no existe la ley y el orden, este fue un asesinato dirigido, incluso en el caso de los dos que pertenecían a Al Qaeda, los eliminamos porque hacían algo que no queríamos que hicieran», añadió Paul.
Este exmiembro del Congreso por el estado de Texas es el padre del senador Rand Paul, quien anunció recientemente su deseo de postularse como candidato republicano a los comicios presidenciales de 2016.
Paul padre es un notable enemigo de las intervenciones de Washington en ultramar y un crítico frecuente del empleo de los drones para las llamadas ejecuciones selectivas (extrajudiciales) de elementos terroristas.
Durante la campaña para los comicios de noviembre de 2012, argumentó que las ventajas estratégicas que Obama obtenía con este tipo de incursiones no justificaban la animosidad que estas creaban respecto al Gobierno norteamericano, debido a las muertes de civiles que ocurrían durante su realización.
Entretanto, el senador estadounidense John McCain sugirió el 26 de abril, en una entrevista con la cadena televisiva CNN, que el programa de drones a cargo de la CIA debería cambiar de manos, y prometió discutir el tema con la Administración y el Congreso, en particular sobre quién debería operar estas aeronaves.
McCain, quien preside el Comité de Servicios Armados del Senado, reconoció que existe una especie de lucha interna en Washington sobre este tema y consideró que este no debe ser trabajo de la CIA, cuyas funciones, según la ley, están en la búsqueda de información, no en realizar incursiones con este tipo de aeronaves.
Sobre la temática de las operaciones con los drones, un artículo publicado en el diario The New York Times, a raíz de la muerte de los dos rehenes, señaló que los errores cometidos durante los ataques con estos artefactos proporcionan a estos una reputación siniestra y estimulan el sentimiento antinorteamericano.
Parte del daño colateral de sus golpes es la afectación al sueño de Obama de restaurar el prestigio de Estados Unidos en las naciones musulmanas, añade el artículo firmado por el periodista Scott Shanes.
De acuerdo con el Times, el jefe de la Casa Blanca heredó las guerras de Iraq y Afganistán al llegar a la presidencia en 2009, pero inició una tercera contienda con operaciones encubiertas mediante la escalada en el uso de drones en Pakistán, Yemen y Somalia.
Resulta evidente que centenares de militantes peligrosos fueron eliminados, incluyendo algunas figuras de alto rango de la organización extremista Al Qaeda, pero al cabo de seis años los resultados de algunos de estos golpes se convirtieron en un problema muy serio, agrega.
De acuerdo con estadísticas de varias instituciones académicas estadounidenses, desde 2004 unos 522 bombardeos con drones mataron a tres mil 852 personas, 476 de ellas civiles, aunque expertos reconocen que estos estimados son imprecisos.
Según cifras oficiales, desde 2002 al menos ocho estadounidenses resultaron muertos por ataques con drones en Pakistán y Yemen, acciones que quitaron la vida a varios centenares de civiles inocentes.
Por su parte, el diario The Washington Post señaló en un comentario el 24 de abril que la muerte de estos rehenes por parte de la CIA pone en entredicho la precisión de los golpes con estos artefactos y facilita nuevos argumentos a quienes denuncian los daños que provocan a la población civil.
Pero en los últimos años hubo circunstancias similares en que murieron ciudadanos extranjeros en manos de entidades terroristas, debido a errores cometidos por los militares que intentaron rescatarlas.
En 2010, un grupo de los llamados Seals, unidades de operaciones especiales de la Marina estadounidense, intentó rescatar a la cooperante escocesa Linda Norgrove de manos de los talibanes en Afganistán.
Ella falleció por una granada que lanzó con demasiada antelación uno de los militares norteamericanos que participaban en el operativo.
Activistas de derechos humanos critican a la Casa Blanca por reconocer las muertes de Weinstein y Lo Porto, uno de Estados Unidos y el otro de Italia, mientras mantienen en secreto los datos sobre los daños a la población civil local, que son mucho más aterradores y frecuentes.
Así piensa el abogado Alka Pradhan, de la organización Reprieve U.S., que representa a pobladores víctimas de ataques con drones, para quien «inconsistencias como estas son calificadas de hipócritas en todo el mundo y hacen un daño real a la imagen de Estados Unidos».
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