Es un problemón

Por Guillermo Robles Ramírez

Se ha perdido la cuenta de cuántas veces se ha puesto sobre la mesa las discusiones, el problema que representa el transporte público urbano de Saltillo y por más opciones y salidas que se le pretenda dar, la verdad es que como siempre, yo diría que, desde hace más de 70 años, no cambia nada pese a las medidas disciplinarias que anuncian las autoridades municipales.

Y si en este caso mencionamos el problema camionero de Saltillo, es meramente como referencia, una situación en la que también es justo decirlo que se trata de herencia de muchas Administraciones municipales del pasado que vienen a repercutir en la medida que la ciudad tiene crecimiento. Un problema de congestionamientos de tráfico, e impacto ambiental, que se produce con el transporte público cuando existe una gran demanda de empleo, estudios, oferta de expansión en cualquier rubro, en donde se requiere una alta movilidad, quedando por consiguiente una baja calidad en su transporte y rutas obsoletas.

En estos días esa es el conflicto que presenta el servicio que prestan los concesionarios de la ciudad capital coahuilense, pero en más o menor gravedad existe esta inconformidad en el resto de Coahuila, pues los de Torreón, Monclova, Piedras Negras, Ramos Arizpe, Acuña, etc., por mencionar algunos, no son diferentes a Saltillo.

De antemano hay que reconocer que se trata de todo un problemón porque después de 70 o, más años, se pretende y quiere acabar con vicios que están más arraigados que las raíces de un roble. Por consecuencia, la o las mejorías en el transporte público urbano de los diferentes municipios de Coahuila, no se verán ni siquiera a mediano plazo, sino a largo plazo.

Puedo asegurar que antes del término de cualquier administración municipal de Coahuila, nada bueno veremos más que el hecho de que se metan unas cuantas unidades nuevas al servicio, pero seguirán en pie las múltiples irregularidades como la irresponsabilidad de muchos de sus choferes, el exceso de velocidad, las carreras entre los mismos choferes, los radios a todo volumen, la falta de respeto y consideraciones a los usuarios y sobre todo, los acostumbrados y conocidos abusos de siempre.

Las autoridades locales siempre toman la misma medida ante el incumplimiento de la primera, segunda o tercera fase de los concesionarios del transporte público, y en donde siempre se les advierte, por parte de los municipios, que serán más duros con los choferes, empero, no se trata de decir y pregonar que habrá dureza, sino que realmente esa dureza se ejecute, pues existe la convicción de que lamentablemente los vicios, abusos y arbitrariedades se corrigen solo con la macana, es decir, con hacer efectiva la ley y el reglamento y que las sanciones económicas que se apliquen, efectivamente y de hecho se hagan efectivas, valga la redundancia.

Si las autoridades municipales en Coahuila, desean ver pronto o a mediano plazo buenos resultados en el mejoramiento del transporte público de pasajeros, persistimos, tendrán que sancionar y hacer buenas las multas porque de otra manera no habrá nada.

Existe, de hecho y eso lo vemos todos los días los usuarios, cierta convivencia o complicidad entre las autoridades viales y sus agentes, frente a quienes los choferes del transporte público local hacen lo que quieren y no se les llama la atención.

La prueba lo tenemos con los trágicos atropellos y choques con particulares son razón suficiente para ello, pero mientras las autoridades municipales no tomen el toro por los cuernos y se dejen de “mejoralitos”, insistimos, todo continuará igual y como hace 70 años porque se trata de todo un problemón. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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