Es más fácil culpar a los demás
Por Guillermo Robles Ramírez
El Social Security, es un sistema de retiro, es decir, jubilación, asistencia por discapacidad y prestaciones de supervivencia, en los Estados Unidos; que desde los años treinta fue motivada en gran medida después de los acontecimientos de la Gran Depresión que vivieron los estadounidenses sin trabajo y el retiro de muchas personas de la tercera edad quedando en un estado de pobreza siendo un nuevo sector de la sociedad con vulnerabilidad. Su creación, al igual que la del país, se financió con impuestos de la nómina.
El Medicare también es un programa estadounidense de seguro de salud para las personas mayores de 65 años de edad, y gente que tiene una incapacidad, como un problema renal o una enfermedad conocida Lou Gehrig, consistiendo en un padecimiento neuromuscular en la que las células nerviosas, las motoneuronas que controlan el movimiento de la musculatura voluntaria.
Este programa de salud ayuda con los gastos de cuidado de salud, cubriendo todos los gastos médicos, siendo financiado de igual manera sostenida por los impuestos de la nómina de los trabajadores.
Al igual que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), son financiadas con el impuesto de todos los trabajadores con la diferencia que el de nosotros es demasiado paternalista, corrupto, y «pasalona», en donde ningún gobierno federal del pasado, ni actual y probablemente algo que tampoco sucederá en un futuro seguirá igual.
En varias ocasiones se trató de hacer algún convenio con EU, pero nada más fueron puras llamaradas de petate porque nunca se ha visto tal beneficio quedando meramente en el escritorio o en un papel firmado quedando en el olvido.
Uno de los economistas más reconocidos estadounidenses, Ben Bernanke, hace tiempo ya había anunciado el futuro, como si fuese el mismísimo Nostradamus, sobre la posibilidad de la quiebra del Seguro Social y el Medicare, en el caso de no adoptarse reformas urgentes estructurales.
Todas estas instituciones de salud mencionadas, al igual que otras existentes en todo el mundo, tienen el mismo pronóstico y fatalidades de posible quiebre.
En el caso del país, tenemos ya hace más de veinte años que se ha venido diciendo lo mismo con diferentes voceros, unos especializados como los economistas, autoridades del IMSS, y otras declaraciones hechas por expresidentes de México.
Las declaraciones infundadas de estar bajo presión y la consecuente de revisión estructural para garantizar su sostenibilidad financiera son la falacia de la retórica para infundir la preocupación entre los derechohabientes.
Muy a pesar de los robos de medicamentos, así también con la desaparición de los contenidos de camiones con cargamentos de medicamentos o equipamiento que salen llenos, pero cuando llegan a su último centro de salud, estos medios de transporte pesado aparecen saqueados, es decir, siempre con faltantes.
La desaparición de equipos quirúrgicos que a la mera hora nadie sabe dónde quedó, como si fuera tan fácil de esconder por sus dimensiones, nunca son revelados ante la vista pública guardándose la información en el departamento jurídico o todo mundo se hace de la vista gorda, aplicando el dicho popular, “la ropa sucia se lava en casa”; pero un sinnúmero de equipos nuevos regados, mal resguardados y perdidos que desaparecen misteriosamente quedan guardados y archivados en los secretos entre los muros del IMSS.
No olvidemos tampoco los bailongos que hacen los sindicalizados de la salud pública, para desaparecer o terminar los problemas para que los trabajadores no rajen sobre todas las anomalías que existen dentro de las dos instituciones públicas de salud.
Todos los que están adentro del IMSS, e ISSSTE; se quejan de que son los derechohabientes quienes están acabando con estas instituciones gubernamentales de salud.
Pero se les olvida cada una de las historias que hay dentro del mismo instituto y también sufren de amnesia que de todos los millones que están inscritos, no todos hacen uso de las instalaciones porque quienes tienen el poder adquisitivo para pagar un particular se atienden fuera del IMSS, o ISSSTE; al igual que las operaciones quirúrgicas que en ocasiones son pagadas por seguros médicos de particulares, ahorrándoles los gastos dentro de los centros de salud, pero también hay quienes nunca han pisado las instalaciones del Seguro Social por azares del destino, pero tampoco han dejado de pagar la prestación a que son derechohabientes.
Pero para todos aquellos que culpan a los derechohabientes, asegurados, beneficiarios o pensionados, en lugar de señalarlos a ellos, deberían de comenzar limpiando la casa, es decir, con todo el personal que labora dentro de las mismas instituciones gubernamentales de salud. Así como exigir la transparencia en sus procesos administrativos, estados financieros, inventarios, etc. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023).www.intersip.org
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