El regreso de los “milagros”

Por Guillermo Robles Ramírez

Desde marzo del 2012 entró en vigor la reforma de la Ley General de Salud la prohibición de la publicidad de los productos “milagro”.  El propósito de esta ley implementada hace 10 años a cumplir en el presente, fue para proteger a los ciudadanos y que fuera por medio de la Secretaría de Salud quien autorizada qué productos podían publicitarse, asegurando que dichos productos tengan propiedades curativas, y cuenten con un registro o aviso sanitario.

            A su vez los medios de comunicación están obligados por ley a exigir estos registros o avisos antes de publicitarlos, así como lo indica el Reglamento. Así que todo aquel producto que cumplan con las normativas de los medicamentos o en su defecto con la regulación legal para los suplementos alimenticios no tuvieran problema en transmitir su publicación.

            El objetivo principal de dichas medidas se hizo para salvaguardar la salud de la población ante infinidad de productos “milagros” que estaban saliendo al mercado en diferentes canales nacionales transmitidos en televisión abierta y que generalmente su horario era en la noche y madrugada.

            Pero actualmente esa ley del 2012 ha quedado obsoleta al grado que por hoy han perdido la batalla las autoridades de la Secretaría de Salud, así como el órgano de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, mejor conocido como la COFEPRIS. La Internet ha sido la herramienta de alojamiento para todo tipo de producto “milagro”, siendo más en redes sociales como el Facebook, solo por mencionar el más popular, en donde se encuentra una gran variedad de productos que no cumplen con las normativas de la COFEPRIS, y Secretaria de Salud.

            Muchos de estos productos fueron incentivados por la “medicina alternativa”, es decir, todo aquello que está fuera del método científico se encapsuló bajo ese nombre, ocasionando que la gente dejara muchos de sus tratamientos médicos, y por consiguiente dejaron de asistir a citas médicas, por confiar en un nuevo estilo de vida de productos “milagro” que todo lo cura y aprovechándose de la economía de éstos fue otro factor para que se incrementaran los estafadores.

            Con respecto al tema de las estafas en redes sociales, en México no existe un órgano, ni ley que pueda ejecutar o darle seguimiento a quienes lucran por medio de Facebook, por mencionar y aunque esta red social tiene dentro de sus diferentes categorías para reportar alguna página que comete algún tipo de estafa, sus políticas para que se cumpla el bloqueo de una cuenta, en verdad nadie las comprende o son muy subjetivas, así hasta cualquiera puede vender animales en peligro de extinción, siempre y cuando esté dentro de la categoría de producto de religión o esoterismo.

           Aunque en España sí existe organismo y leyes para proteger a los consumidores de los fraudes cometidos en la Internet y redes sociales; México está muy lejos para que pueda regularse en este tema.

            Así que sin tratar de alentar al comercio ilegal de productos “milagro”, es una batalla perdida, por la cual las autoridades nunca podrán encontrar esos domicilios en donde se venden dichos artículos, aunque la verdad son casi nulos aquellos que proporcionan alguna dirección, ya que la mayoría se manejan con entrega a domicilio. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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