Egipto hierve

La Habana (PL) Egipto sigue sorprendiendo al mundo, esta vez no por descubrimientos de tesoros bajo el subsuelo de su territorio, sino porque «hirvió» con temperaturas estables que llegaron a alcanzar los 48 grados Celsius (°C) durante varios días.
Esa alta cota de la columna de mercurio en los termómetros egipcios durante agosto, muy superior al registro normal de cualquier microprocesador de CPU y similar a la que sentimos cuando nos bañamos bajo una ducha eléctrica doméstica en posición «caliente», causó unas 120 personas muertas.
Otros cientos fueron ingresados en hospitales y clínicas de las provincias de El Cairo, Giza, Qalioubiya, Suez, Sinaí del sur, Asuán, Qena, Assiut, Luxor, Sohag y Minya regiones de la tragedia que afecta principalmente a ancianos y ancianas con enfermedades cerebro vasculares crónicas.
Los termómetros marcaron 47 grados Celsius con una humedad relativa del 90 por ciento en el también sureño Asuán y en el balneario de Sharm El Sheikh, en el Mar Rojo.
Esta ola de calor también puso a bullir el cerebro del mediático orangután Bongó, de 23 años de edad que murió en el zoológico de la capital egipcia, según autoridades sanitarias.
El portavoz de la Autoridad de Meteorología egipcia, Wahid Soudi, explicó que el país está bajo los efectos de una masa de aire proveniente de la India, que al cruzar por la península Arábiga se calienta con el vapor del agua. No se prevé un descenso inmediato de las temperaturas, acotó Soudi.
Esta nación «hierve» porque durante el presente verano se registran cinco grados celsius de temperatura por encima del promedio normal, confirmó el sitio web de la Universidad de Alejandría.
Egipto bulle pero la mayor temperatura del país en un día es de 50,3 °C y está marcada desde hace cinco años en la sureña y desértica zona de Kharga, en la ribera del Nilo.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) considera que de todos los desastres naturales, el calor extremo expresado en oleadas de elevadas temperaturas, es enormemente letal y registra desde la creación del planeta más muertes que inundaciones, terremotos y otros fenómenos.
Debido a tales criterios, las autoridades y los medios de comunicación egipcios sugirieron refrescarse la cabeza o bañarse varias veces al día con agua tibia, no aumentar el consumo de líquidos para mantener una hidratación adecuada.
Recomendaron a las personas que sufren de epilepsia o enfermedades relacionadas con el corazón, hígado o riñones y estén bajo restricción médica o tengan retención de fluido, que consulten a sus galenos antes de incrementar el consumo de líquidos.
También invitaron a reducir la actividad física, abanicarse el torso y la cabeza más que otras partes del cuerpo y no exponerse al sol.
En cuanto a alimentación, los especialistas sugirieron comer ensaladas, frutas, verduras, y jugos que ayudan a reponer las sales perdidas por el sudor, pero no ingerir otros alimentos de manera abundante.
Aconsejaron usar ropa ligera, holgada y de colores claros, sombrero, anteojos oscuros y tratar de permanecer en locales ventilados o con aire acondicionado para reducir artificialmente la temperatura corporal.
Contra un golpe de calor no existe medicamento, ese mal solo se atenúa, previene y contrarresta con métodos tradicionales como los aludidos.
EL CALOR Los hombres y mujeres de la tercera edad, niños menores de cinco años, mujeres en estado de gestación y aquellos individuos con enfermedades cardíacas o respiratorias son los más susceptibles a sufrie el elevado calor.
El cuerpo humano no debe llegar a la temperatura de 35 grados Celsius en ambiente de alta humedad relativa, porque la sensación térmica que registra el cerebro bajo esas condiciones pone en riesgo a la salud.
La vida de una persona puede empezar a peligrar, incluso, con temperatura de 40 °C con niveles bajos de humedad relativa.
Cuando las temperaturas son elevadas, todos los animales liberan el calor principalmente a través del sudor, aunque la respiración y el incremento en el ritmo cardíaco también pueden cumplir esa función, alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre los 39 y 40 grados Celsius el cerebro ordena al organismo disminuir el trabajo y se inicia la etapa de fatiga humana, como resultado de las contracciones involuntarias a menudo dolorosas, que endurecen o abultan la masa muscular y puede generar daños permanentes en órganos vitales y posteriormente la muerte.
A partir de los 41 grados se produce el agotamiento por calor y el cuerpo comienza a dejar de funcionar, y el tejido subcutáneo empieza a carecer de la debida transpiración porque se detiene el flujo de la sangre hacia la piel que se pone fría y húmeda.
LOS EGIPCIOS ANTE EL CALOR
Ante dolores de cabeza, vértigos, náuseas, confusión, convulsiones, pérdida de conciencia, piel enrojecida, caliente o seca, deficiente respiración, pulso débil, y elevada temperatura corporal (entre 41 y 42 °C), la milenaria sapiencia egipcia actúa de la siguiente manera:
· Trasladar a la víctima a la sombra, a un lugar fresco y tranquilo y ponerle la cabeza en posición más alta que los pies.
· Intentar refrescar a la víctima mojándole la ropa, aplicarle hielo en la cabeza, darle de beber agua fresca o un poco salada, y solicitar ayuda especializada.
Egipto está sofocante y por ese motivo el gobierno estudia dar vacaciones extraordinarias a algunos trabajadores estatales e incluso al sector privado, como por ejemplo los obreros de la construcción, aseguró el asesor de Información del Ministerio del Trabajo, Haizam Zaadedin.
CALOR EN OTRAS REGIONES DE ÁFRICA
Otras regiones de África bullen no solo por las guerras intestinas o adversidades sanitarias, hierven también durante el octavo mes del año por el singular calor que las afecta, Sudán es una de ellas.
Jartum reportó este mes de agosto una veintena de decesos a causa de la intensa ola de calor en la provincia de Halfa, en el norte de Sudán, refirió la directora de Asuntos Sanitarios en ese país Saida Abdelwahab.
En ese país las altas temperaturas ascendieron a casi 50 °C y las autoridades ordenaron el cierre de la escuelas por una semana y redujeron la jornada laboral matutina a solo dos horas.
Las temperaturas extremas afectan los rendimientos de los cultivos del África subsahariana y conllevan a la escasez de alimentos, mal que desencadena la migración transfronteriza y diversos conflictos.
Egipto «hierve» y el África no se queda detrás.

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