Desafío: Los Jijos de AMLO
- Los Jijos de AMLO
- Traiciones Íntimas
Por Rafael Loret de Mola
No son solo los de sangre; los jijos de AMLO se desenvuelven, como los fantasmas de su hermano por él asesinado en 1968 y el niño de die años dejado parapléjico por el propio sujeto mandante en 1963, por Palacio Nacional y todas las sedes del Ejecutivo. Para ellos son todas las canonjías, en especial la de la impunidad que corroe el alma bajo el falso supuesto de sentirse superiores por intocables –condición que aseguró Andrés que finalizaría-, mientras medran con la manipulación, el cinismo y, sobre todo, la mayor corrupción jamás vista en México, peor a la de los predecesores de la TTTT.
Nadie puede entender por qué no se inician las indagatorias sobre el proceder inhumano, indigno, contrario a la ética y la civilidad, del doctor muerte, Hugo López-Gatell quien desde luego no podrá sortear el escollo de las rejas cuando termine la protección del “factor moral” que según dijo es el presidente para insistir en su estúpida hipótesis sobre la imposibilidad de un contagio del mandante; y ya lleva dos por cierto y sin siquiera cubrirse el rostro para evitar extender infecciones con quienes se sienten obligados a ser disciplinados durante las ceremonias oficiosas; la precandidata Claudia Sheinbaum, pese al riesgo de incomodar al hombre del nuevo dedazo, sí se coloca el cubrebocas con cierta resistencia.
Ni qué hablar de los funcionarios hondamente corruptos del régimen que aseguró habría de combatir la inmoralidad pública: ya salió del gabinete Irma Eréndira Sandoval, sustituida por Roberto Salcedo en la Secretaría de la Función Pública, tan inútil como la refinería de Dos Bocas –la primera submarina de la historia gracias a la “proeza” de los constructores uniformados-, y solo entonces su marido, el extranjero Jack Ackerman, alzó la voz contra Andrés hablando de los pleitos internos. Un revoltijo sin huevos.
¿Y qué decir de los secretarios de Gobernación Olga Sánchez Cordero –quien tiene a una decena de familiares cobrando en el erario incluso ahora desde el Senado- y Adán Augusto López Hernández, quien debe su cercanía a AMLO por los servicios que le prestó su padre, Payambé López Falconi –es en serio-, en los turbulentos tiempos del asesinato del joven José Ramón López Obrador en el año de la tragedia de Tlatelolco? El occiso tenía catorce años y la familia, entonces, también fue protegido por Leandro Rovirosa Wade quien luego sería gobernador de Tabasco. Un extraño círculo íntimo.
Han fallado igualmente, el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval quien ya se declaró morenista para tratar de que los militares vuelvan a la Presidencia; Alfonso Durazo, ahora gobernador de Sonora para asegurar la inviolabilidad del acuerdo con el narcotráfico que él propugnó como secretario de Seguridad Pública; el ex secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, a quien dejaron en la banca… pero no en el Banco de México; la ex secretaria del Bienestar, María Luisa Álvarez, trasladada a la SEMARNAT donde acaso podría hacer menos daño; la engañada Tatiana Clouthier, enredada en Economía desde su plaza académica en Lengua Extranjera; Javier Jiménez Espiriú, ex secretario de Comunicaciones quien prefirió alejarse ante el cúmulo de irregularidades atestiguadas siendo sustituido por Jorge Arganiz Díaz en una especie de jubilación porque las obras están en manos del ejército; Miguel Torruco, de Turismo y consuegro de Slim, quien sigue navegando con bandera de… tonto; Julio Scherer Ibarra, ahora enfrentado en una batalla con el favorito del mandante Epigmenio Ibarra; desde luego Alfonso Romo Garza quien hizo desaparecer el cargo de jefe de la oficina presidencial para dedicarse a los negocios y a sus cómplices; el fiscal de la bata de seda, Alejandro Gertz Manero; el pobre diablo de Octavio Romero Oropeza, facilitador de la crecida del sindicato bajo el dominio del mismo cacicazgo ahora con Ricardo Aldana Prieto; y, por encima de todos, el gran INTOCABLE, Manuel Bartlett, cuya sola presencia en la CFE es suficiente para restar toda autoridad moral a la TTTT. ¿Les parecen pocos?
Tengo clarísimo que la corrupción NUNCA se ha combatido de arriba hacia abajo. Qué va. Los ex presidentes salvaron el cuello bajo el pretexto de una consulta boicoteada por quienes dijeron no estar de acuerdo con proceder contra ellos, entre ellos el principal, López Obrador; y los grandes trofeos siguen siendo la mancillada Rosario Robles Berlanga, quien no se dejó seducir por Andrés cuando éste perdió a su mujer, y Emilio Lozoya Austin, el junior priista que es tapadera, hasta hoy, del peñismo más inmoral. ¿Cuál combate, presidente?
Y por si fuera poco toda la parentela del presidente se ha ensuciado el alma, no solo las manos, con pretextos baladíes para sortear los escándalos de sus conductas amorales. José Ramón alega que es persona partículas; ¿y entonces qué es el periodista a quien Andrés atribuyó ganar millones de pesos al año –inflados y sin sustento alguno-, con toda la caballería de una administración sin guía, perspectiva ni moral.
¡Váyase al demonio Andrés!
La Anécdota
Pronto caen las caretas. Durante años defendí, con muleta y espada, a “El Mañana” de Nuevo Laredo encabezado por su directora, quien fue muy guapa en su madurez, Ninfa D´Andar, cuando fue objeto de persecuciones por parte de varios gobernadores de Tamaulipas, sobre todo Manuel Cavazos Lerma y Tomás Yárrington Ruvalcaba, plantándome ante los secretarios de Gobernación y los presidentes acosadores.
Mi presencia en ese cotidiano fue evidente y cercana siempre; pero ahora, por desgracia, se ha alineado a AMLO por las ambiciones políticas de Heriberto, “Tico”, hijo de Ninfa y hermano de la preciosa Ninfita a quien tanto admiré. Las traiciones de los amigos son las peores: en estos días se han lanzado contra mi hijo Carlos sin el más mínimo pudor profesional para ejercer más como aspirantes a cargos públicos que como periodistas.
En el infierno se verán las caras quienes escupen sobre su estirpe y se unen a quienes agreden a su gremio.
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