DE UN “PLUMAZO”, MANCERA DEBE RESOLVER EL CONFLICTO DE LA EX RUTA-100

Al considerar que los agremiados de la ex Ruta-100 “no se equivocaron” al apoyar al PRD en los pasados comicios federales del 7 de junio, “ahora solo queda que el Gobierno de Miguel Ángel Mancera Espinosa, resuelva de un plumazo el conflicto laboral, problema que estalló hace 20 años y que hasta el momento no nos han hecho justicia”.

Jorge Cuellar Valdez, líder moral de la extinta Ruta 100, entrevistado en la Plaza de la Constitución, explicó que en la víspera de la pasada jornada electoral, los ex ruteros de la 100 determinaron “no apoyar” al partido llamado MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional), “porque todo tiene una explicación”.

Es decir, dijo, en el año 2003 cuando Andrés Manuel López Obrador fungía como Jefe del Gobierno de la Ciudad de México, “nos atacó de forma inusual para proteger a dos sujetos corruptos y sanguinarios con los Trabajadores en el Caso Ruta 100.

Nos despojó de las empresas que teníamos tomadas por ordenamiento de la Asamblea General del Sutaur-100, para exigir que los administradores rindieran cuentas y nos consignó penalmente por un delito inexistente “DAÑO EN PROPIEDAD PROPIA” por haber tomado nuestros camiones y nuestros módulos y estuvimos firmando tres años en el Reclusorio Oriente, hasta que la sentencia definitiva fue que no había delito que perseguir.

Acusó que el político tabasqueño “hace 12 años nos despojó de nuestros bienes que forman parte del patrimonio del SUTAUR-100, entregándoselos sospechosamente a dos sujetos de dudosa reputación, señalados como Ricardo Barco López y Gabino Camacho Barrera, quienes al fungir como líderes de la R-100,  al vaivén de acciones turbias y corruptas, se adueñaron de la riqueza de los trabajadores bajo el típico delito de despojo en contra de 12 mil trabajadores, apoyados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador

“Tarde o temprano se cobran las facturas de la vida política, nosotros somos trabajadores y luchadores sociales de una sola pieza, los grupúsculos que aglutinan a esa cofradía de cleptómanos encabezados por López Obrador, tiende a sufrir el fracaso porque carece de una estructura institucional, soslaya el estado del Derecho y las leyes; con estos antecedentes, en el tabasqueño lógicamente no se inspira ni confianza, ni es una garantía de respeto”, aseveró Cuellar Valdez.

Martí Batres Guadarrama, en su carácter de Subsecretario de Gobierno durante esa administración perredista, en esa noche del 26 al 27 de Julio de 2003, se negó a firmar el convenio que hubiera puesto fin al conflicto Ruta -100, por órdenes de Andrés Manuel López Obrador.

Si bien admitió que la ex Ruta 100 va por el camino correcto, porque el Gobierno de Miguel Ángel Mancera ha trazado acciones de mediación y diálogo interinstitucionales bajo un marco de mutuo respeto, este conflicto que estalló hace dos décadas y que es uno de los más longevos que se pueda descifrar en la capital mexicana en materia laboral, está por llegar a su fin, por los recientes cambios de la actual administración capitalina, entre éstos, la llegada de Patricia Mercado en la Secretaría de Gobierno del DF.

Explicó en este sentido, que Mancera tiene la gran oportunidad para responder con acciones positivas a los trabajadores y sociedad en general, con acciones de trasparencia, voluntad política y certidumbre, a fin de recobrar la confianza que el pueblo de la ciudad depositó en las urnas sobre futuros cambios políticos.

La ex Ruta 100, subrayó, adelantó desde un principio votar por la mejor opción electoral el pasado 7 de junio, porque al hacer un análisis geopolítico sobre las perspectivas de otras fuerzas, decidió apoyar a los candidatos del partido del sol azteca, no obstante dejando en el libre albedrío a sus agremiados decidir por voluntad propia.

No nos equivocamos en votar por el PRD, reiteró, a pesar que se vislumbran acres discusiones entre los amarillos y los morenos en las decisiones torales de la capital, a pesar que el PRI y el PAN, pudieran ser simples espectadores en el seno de la ALDF.

“Será como una pelea entre perros y gatos, que a final de cuentas mantendrán como rehenes a la ciudadanía en general por los arrebatos que pudieran darse en el seno del recinto de Donceles por parte de los morenos lopezobradoristas.

Cuellar Valdez hizo suyas las manifestaciones del entonces presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF, Manuel Granados Covarrubias, en el sentido que ante la apertura del Jefe de Gobierno, no podría haber bajo ninguna circunstancia, un esquema de chantaje o presiones políticas, ya que en la próxima legislatura de la Asamblea, deberá prevalecer el “diálogo franco y abierto” en favor de la ciudadanía; no puede haber frenos bajo estos esquemas ni descoordinación con el Ejecutivo Local, remarcó.

Pese a todo, el dirigente Jorge Cuellar percibe que la próxima legislatura del recinto de Donceles se caracterizará por los gritos, sombrerazos y arrebatos ya que El Peje ordenará a sus subalternos romper cualquier acuerdo institucional, crear un ambiente de zozobra e inestabilidad social, y en el peor de los escenarios, orillar a la ciudad a vivir con mayor inseguridad.

Todo este esquema se obliga porque el mismo López Obrador, el famoso “Presidente Legítimo”, confabuló sobre la división del PRD a su favor para aglutinar la nueva fuerza política que representará MORENA.

Alertó que El Peje, si fuera necesario, desaparecería al PRD de un “plumazo”,  porque no tiene contemplaciones y ni se toca el corazón, toda vez que en política no hay amigos, hay intereses políticos, económicos y financieros.

Y a pesar de los enunciados del ex diputado Manuel Granados Covarrubias (hoy titular de la Consejería Jurídica del GDF), quien al enfatizar que ante la nueva conformación de las fuerzas partidarias al interior de la ALDF, es prioritario generar un escenario de equilibrio alejado de enconos y divisiones, debe generase mayor confianza pues de lo contrario la cofradía del Peje, seguirá propiciando el retraso de la Ciudad de México.

Empero, Cuellar si bien valorizó los pronunciamientos de Granados Covarrubias, previno de antemano que la sociedad conoce a la perfección las ordenanzas dictatoriales de Andrés Manuel López Obrador, quien se convertirá en el “árbitro tirano” de su partido MORENA, que más bien obedece al arrogante catecismo católico al explotar las cualidades de la Morenita del Tepeyac.

“No puede haber frenos bajo estos esquemas, principalmente descoordinación con el Ejecutivo Local, deben privilegiarse la apertura democrática y el diálogo”, insistió a manera de “tirarle” línea a los agentes políticos que deberán integrar la VII ALDF, misma de la cual se presume que habrá un pleito abierto entre PRD y MORENA, en defensa de sus intereses fácticos.

En torno a la conformación de la VII Legislatura que entrará en funciones a partir de septiembre próximo, 22 diputados tendrá MORENA; 19 el PRD; 10 el PAN; y 7 el PRI. Es decir, 59 de los 66 que deberán conformar la próxima legislatura de la Asamblea. PRD, PAN y PRI, podrían, tras consenso obligado, remontar la mayoría de los morenistas a fin que los programas de Gobierno de Mancera no se vean obstaculizados en aras de su consolidación, y en consecuencia el robustecimiento de la democracia.

Cuellar Valdez confió finalmente que el Jefe de Gobierno ha sido muy claro, ha sido un hombre demócrata que ha salido a reconocer justamente los resultados electorales, a decir que él gobernará con todas las fuerzas políticas, mantener su convocatoria para enriquecer un diálogo permanente, sin esquemas de chantajes o presiones políticas.

A nosotros nos queda claro que le guste o no le guste a Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno de la ciudad de México seguirá bajo la batuta del PRD hasta el año 2018, y el SUTAUR-100tendrá que llegar a acuerdos de solución; “ya están sentadas las bases por conducto de la VI ALDF y estamos viendo voluntad política por parte del GDF, y sin lugar a dudas vamos avanzando aunque se enfurezca Andrés Manuel López Obrador.

blasalejo@gmail.com

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