¿De qué sirve?
Por Guillermo Robles Ramírez
Para todos es de conocimiento que desde que la Cuarta Transformación entró al país, le apuesta a la energía fósil es algo prioritario. Y lo que fue durante el año posterior al Covid-19, la recuperación del precio del petróleo por barril, supero casi lo que a ocho años estaba su costo es decir, 80 dólares por barril.
Desde entonces ha tenido algunas variantes y aunque la mayor parte su tendencia hacia arriba, el gobierno federal nunca había tenido ingresos tan extraordinarios por concepto de la venta de petróleo como en sus últimos años.
Esto ha permitido que México mantenga altas reservas que le dan solvencia y sustento crediticio a nivel internacional e igual que la comodidad de cubrir hasta por adelantado sus compromisos mundiales respecto a préstamos y recuperación tanto en la actual Administración así como en las pasadas.
Claro que ha sido altamente benéfico, esto no se puede negar, así como tampoco poner en duda, que los altos precios en el petróleo ayudan mucho al gobierno federal.
Empero, en contrapartida, el elevado costo que actualmente están teniendo los enérgicos precisamente por este fenómeno internacional, ponen entre la espada y la pared a millones de familias mexicanas, existiendo una tremenda incongruencia en donde la pregunta que surge es, ¿de qué sirve que el gobierno federal tenga enormes ingresos por la venta del petróleo, y que dicen es de todos los mexicanos; si miles de familias mexicanas sufren la consecuencia al tener que enfrentarse a alzas en el sustento diario de la vida?.
Los altos incrementos que se han tenido en el salario mínimo, así como en la jubilación, resulta una falta de compresión para la mayoría de los mexicanos en la práctica porque en lugar de comprar o que dure más el dinero resulta todo lo contrario, es decir, rinde menos el dinero y ni pensar la capacidad de ahorrar.
Dicen que con esas entradas económicas extraordinarias por el petróleo, se hacen más obras para los que menos tienen, pero también debe de reconocerse que hay más dinero para que el gobierno federal eleve su gasto corriente, lo que a final de cuentas se presenta un empate en el que de nada sirve recibir más dinero, si se gasta más.
Este año de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la cantidad de pobreza sigue siendo alta liderado por Chiapas, y siguiendo Guerrero, Oaxaca y Puebla, y si bien ha existido un ligero respiro económico para una minoría de la población, lo cierto su contra parte fue el aumento al detrimento en la calidad de servicios públicos básicos teniendo que gastar más en buscar solucionar la situación gastando más con negocios particulares.
De qué sirve, insistimos, tener mucho dinero, si no llega o beneficia de manera directa a las clases más marginadas y necesitadas. Bien dicen la famosa frase popular que “estábamos mejor cuando estábamos peor”.
Y, esta situación de descenso en el crecimiento e incremento en el costo de la vida, va para uno o dos años más a partir de esta Administración y la continuidad de la Cuarta Transformación, lo que la pobreza extrema de miles de familias mexicanas, será más extrema, valga la redundancia, aunque las arcas económicas federales estén rebosantes y se tenga más dinero para que nuestros mandatarios sigan regalando el dinero a países como Venezuela, Colombia y Ecuador. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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