Asumen las dificultades ajenas

Por Guillermo Robles Ramírez

Antes era más fácil ir al médico de cabecera, o al menos así se le llamaba a aquel médico general que, siendo un profesionista particular, veía a todos los miembros de una familia y de otras generaciones futuras.

Por un sentido era más sencillo, pues atendía las enfermedades más comunes y aquellas de las cuales no se tenía conocimiento de su existencia; simplemente se les daba un remedio para aliviar un poco las molestias. Y la gente vivía más cómodamente en el sentido que no se tenía que angustiar por enfermedades poco usuales, cuidarse el tipo de alimento como transgénico o con gluten, etc.

Pero el desarrollo en las investigaciones científicas, genéticas, bioquímicas, epidemiológicas, entre otros, que se encuentran dentro del rubro de la salud ha permitido conocer cuán enfermos estamos como sociedad. Ahora sabemos, ¿qué es el cáncer?, ¿qué es el Covid-19?, ¿cuántos tipos de cáncer hay?, y  algunas de sus causas; cómo es que se genera, así como sus diferentes tipos de enfermedades o variantes cancerígenas. Así como sus tratamientos, preventivos o terapias psicológicas para enfermedades terminales dirigidas tanto para el paciente y familiares.

Estos avances de la ciencia, obligó a que surgieran nuevas ramas dentro de la medicina, creando nuevas profesiones en las que cada doctor se fue preparando para ser asignado a una especialidad. Acorde a la enfermedad, cada doctor se encuentra no solamente preparado sino actualizado, ya que así como evolucionan los padecimientos, también lo hace la medicina. Sin embargo, para los mexicanos cada vez les cuesta más trabajo entender toda esta evolución que mucha gente los empiezan a conceptualizar como castigos divinos o producto de la hechicería, encontrándole la lógica a todas las nuevas enfermedades inexplicables para el paciente y ante el rechazo de entender se le considera como: brujería hecha por un envidioso o envidiosa.

Pero contrario a lo que muchos mexicanos piensan o crean, la ciencia ha fincado no solo este conocimiento, sino que nos ha permitido verlo de muy distinta manera. Los médicos informan ahora sobre enfermedades que antes, ni siquiera, el gremio médico pudiera imaginarse que surgiría.

Aunque con un mejor nivel de vida sustentado en su poderosa economía y los efectos dentro de la vida cotidiana, Estados Unidos; se preocupa, más que México, por el estado de salud de sus ciudadanos.

Temas que se han considerado ya un problema de salud pública que se dejaron crecer en nuestro país, como es el de la obesidad tanto en menores de edad y adultos, la desnutrición, el cáncer, el sida, la artritis, la infertilidad, el estrés y el autismo, que por cierto éste último se acaba de conmemorar el día 2 de abril Día Mundial de Concientización sobre el Autismo; siendo un trastorno que se continúa estudiando por su misma complejidad.

En México, la cultura de la prevención no está en punto de comparación con Estados Unidos, o bien, en países como Suiza, Francia, Portugal, entre otros más, sin embargo; no podemos desconocer que los conocimientos de los médicos mexicanos rinden frutos y los especialistas en México, han logrado hacer de la salud de los mexicanos un tema que muchos envidiarían.

Aquí podemos vivir con estrés y un nivel de vida inferior al de los estadounidenses, o bien otros países desarrollados o potencias mundiales; pero vaya que somos más felices. Al menos dentro del ranking mundial de felicidad, basado en promedio de la evaluación entre los años 2022 al 2024; subimos 15 posiciones, encontrándonos en el décimo lugar como el país más feliz del mundo.

Nuestras costumbres y tradiciones hacen de los mexicanos entregados a la experiencia de las emociones y sentimientos, algo mucho más apegado al espíritu del ser humano y creemos que esta puede ser una de las mejores medicinas que usamos.

Al menos en nuestro país, tenemos organizaciones altruistas, muchas de ellas que viven de colectas públicas y de acciones voluntarias, que trabajan para procurar atención a niños enfermos de familias pobres. Algo que seguramente compensa la falta de interés por parte de las autoridades federales en el tema de salud pública e investigación.

El resultado de este trabajo ha dado algunos frutos que revelan historias lacrimógenas y derivan en la generación de confianza, un elemento fundamental para su permanencia.

Queremos reconocer en esta ocasión el esfuerzo de una de estas organizaciones, la de Niños con Leucemia (NICLA), que ha reafirmado las esperanzas de muchos padres humildes que han tenido que enfrentar la triste realidad de ver a un niño crecer mientras se acerca a su muerte.

La Asociación de Niños con Leucemia de Saltillo (NICLA) ha hecho un trabajo fundamental, en el que ha vivido estos frutos. Una Asociación fundada desde el año 1997. Pero más allá de eso, lo verdaderamente importante, es saber que ahí está un grupo de personas dispuestas a tomar como propios los problemas del prójimo necesitado. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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