A tiro de piedra: El mando único y la guardia nacional
No existe una mejor prueba del progreso de una civilización
que la del progreso de la cooperación
John Stuart Mill
Por Julian Santiesteban
La principal razón para establecer el mando único estatal, es la realización conjunta de acciones entre los diferentes cuerpos de seguridad, y aunque aún hay resistencias por parte de algunos ayuntamientos, parece que el objetivo se cumplirá en breve; sin embargo, surge ahora la incógnita con respecto a la coordinación que deberá establecerse con la llamada Guardia Nacional, pues aunque aspiracionalmente se tiende a la operación armónica, muchos son los ejemplos nacionales de enfrentamientos entre corporaciones que responden a mandos diferentes.
De acuerdo al discurso oficial, la semana anterior debió quedar instituido el mando único policial en Quintana Roo, lo cual no se logró, pero además, a finales de la misma el mandatario estatal, Carlos Joaquín González, declaró –con respecto a la Guardia Nacional- que en el estado habrá coordinación, pero no subordinación; mientras que el coordinador estatal de Programas Sociales, Arturo Abreu Marín, afirmó que la entidad tendrá “doble blindaje” con la operación de la señalada guardia y las corporaciones locales agrupadas en el mando único.
Sin embargo, si en el análisis se incluyen las posturas de los municipios y la opinión hasta ahora conocida del gobierno federal con respecto al mando único policial, el “tablero de actores” está completo y sus acciones permiten entender que en el entorno puede haber voluntad de coordinación, pero las resistencias también están presentes, tanto de los municipios hacia el estado como de este hacia la federación y entonces el “doble blindaje” aducido por el delegado del gobierno federal puede derivar en acciones desvinculadas y ahí surge el riesgo siempre presente entre corporaciones, la desconfianza entre ellas, los señalamientos de corrupción entre unas y otras; y por supuesto de manera institucional la dificultad para acabar con actitudes y acciones ilegales entre algunos de sus elementos.
Lo que debiera ocurrir entonces, en las siguientes semanas, es que las posturas se clarifiquen y las acciones se concreten, que los ayuntamientos acordes con el mando único se reúnan y establezcan protocolos iniciales, que la guardia nacional, su representante estatal y el delgado, en su caso, marquen públicamente la línea de coordinación estatal, pues hasta en lo discursivo hay desvinculación; pero todos juntos públicamente, de cara a la población, pueden mandar un mensaje alentador…por cierto ¿y en qué rol quedan los dos mil 500 elementos de la Policía Militar que ya patrullan en la entidad? ¿Entrarán al mando único estatal? ¿Son ya parte de la Guardia Nacional? Dudas que deben despejarse en los días siguientes.
Sin duda, el tema de seguridad ha marcado la actual administración estatal –como lo han hecho la arribazón de sargazo y la estabilización de las finanzas-, pero no solamente por el disparo en la incidencia delictiva, sino porque sus causas y consecuencias han merecido el diseño e instrumentación de acciones; obviamente, la permisibilidad que hubo en los últimos once años, generó el crecimiento exponencial de los grupos delictivos y su reacción ha sido proporcional a la fuerza de combate; por ello es que el actual momento es importante, si tantas voluntades ya confluyen para combatir la ilegalidad, falta entonces la coordinación, ¿de plano es tan difícil? ¿Otra vez la política por encima de las necesidades?
COMENTARIO MORBOSO
Este sábado, las Redes Sociales Progresistas (RSP), integradas fundamentalmente por maestros, anunciaron la creación de un nuevo partido político. Si será secuela de lo que fue Nueva Alianza está por verse, pues las circunstancias en las que surge son muy diferentes, el partido “turquesa” se originó de una disidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y la nueva institución será producto de la cercanía con el actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador; eso sí, la cabeza es la misma: Elba Esther Gordillo, ahora apoyada por su yerno, Fernando González y su nieto, René Fujiwara.
Según publica el periódico El Universal, las RSP cuenta con 260 mil afiliados de las 32 entidades del país, “y a partir de febrero arrancarán con sus asambleas y de afiliaciones a través de una aplicación, además tienen presencia en 184 ciudades del país, de las cuales 166 son las más pobladas”, participarían en los procesos a partir de 2020; y recuérdese que en 2021 Quintana Roo renovará sus alcaldías.
En el evento, llamó la atención, la intervención del ex diputado local y ex dirigente magisterial, Florentino Balam Xiu, quien a nivel nacional señaló que, a pesar que en Quintana Roo Morena obtuvo los tres principales municipios (Benito Juárez, Solidaridad y Othón P. Blanco), el mismo partido, sus integrantes y los intereses de grupo, han sido los principales obstáculos para dar los resultados prometidos a la población.
Recalcó que, en la entidad, las RSP fueron un apoyo fundamental para el triunfo de López Obrador, por ello es que la postura autocrítica resulta tan llamativa y, si se asume racionalmente, tan útil. Si con esa capacidad autocrítica nace el nuevo partido, terminará por arrebatar un importante sector electoral a Morena, y a la postre pudiera generar gobiernos más estables, porque hasta ahora la cuarta transformación republicana en Quintana Roo, se ha caracterizado sólo por guerras intestinas y desatinos administrativos que parecen no tener fin; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.