A costa de impuestos

Por Guillermo Robles Ramírez

En un pasado hubo una fuerte fiebre por construir casetas policiacas, en las 38 cabeceras municipales de Coahuila. Al poco tiempo, todas ellas y la falta de continuidad de sus ediles, le restaron importancia para hacer otros proyectos, dejando en claro que solo sirvieron como “elefantes blancos”, pero lo que es peor, en guaridas de maleantes, vagos, pandilleros, malvivientes, etc.

Esto lógico, es una consecuencia de la falta de planeación en los proyectos de crecimiento de nuestras ciudades, pero sobre todo, en acciones que tengan un beneficio directo para la comunidad, siendo un hecho que siguen fallando las autoridades municipales

Para los vecinos de las colonias y demás sectores donde se construyeron estas casetas, no hay dudas de que se convirtieron en verdaderas guaridas de pillos, sirviendo el abandonado en que se encontraron muchas de ellas y otras que sirvieron para lo mismo aunque hayan sido vandalizadas, no dejando de ser el lugar perfecto para muchos delincuentes, reunión de pandilleros para tomar y/o drogarse.

Un lugar perfecto para que cualquier ladrón se oculte y en la primera oportunidad en que tienen cerca de una víctima, asaltarla y despojarla de cualesquier bien que traiga encima, pero como si fuese poco en muchas de las ocasiones y tratándose de mujeres, son violadas y vejadas.

La pregunta que no encuentra contestación es la de para qué siguen sirviendo estas casetas policiacas que ningún bien reportan y, por lo contrario, causan un mal a toda aquella persona que se aventura a pasar por su cercanía.

En su tiempo y según las autoridades que gastaron en su construcción, sirvieron de punto de guía para la policía, es decir, se supuso en ese entonces que las casetas tendrían uno o dos policías que protegerían y darían tranquilidad y seguridad en cada colonia donde se instalaron.

En teoría el proyecto fue bien recibido, pero en la práctica las mismas administraciones locales que gastaron en ese malogrado proyecto, aceptaron en su tiempo o época, que no se contaba con los suficientes policías como para asignar no dos, sino tan solo un elemento en cada lugar donde se construyó una caseta, además de cubrirse otras muchas necesidades que tienen las comunidades.

Esto es tan solo una migaja del serio problema que tienen los ayuntamientos coahuilenses por la falta de planeación, originando despilfarro de impuestos que bien se pudo haberse destinado a acciones que en realidad sean de beneficio colectivo.

Después del fracaso que significaron estas casetas dizque policiacas, se pretendió convertirlas en  farmacias en donde se pudiera surtir las recetas de medicamentos a las familias de esas colonias como oficinas recaudadoras de impuestos municipales, pero tampoco tuvieron éxito en esa nueva intentona, pero lo que sí quedó demostrado que sirvieron para a costa de los contribuyentes despilfarrar y malgastar impuestos.

Y ahora solo son nidos de malvivientes, y espacios que no aportan nada más que una mala imagen para aquellas colonias en donde se llegaron a construir, pero actualmente, además de lucir abandonadas, representan inseguridad para esos sectores. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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