DE NEZAYORK A NUEVA YORK
Bajo la atinada conducción de Víctor M. Navarro en…
María Ángeles Juárez Téllez
A propósito de prístinas voces escriturales, el día de hoy, nos viene a la magín que en 1937, Juan de la Cabada, (citado, entre otros, en el prólogo de la referida antología, por el compilador Roberto Mendoza Ayala), recibe la invitación de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), para asistir a un Congreso de Escritores Americanos en New York, ciudad concurrente, desenfrenada en el caminar de un mundo moderno, cosmopolita, que llevaba demasiada prisa en la invención de una tecnología de punta que motivó a Germán List Arzubide y a Arqueles Vela a estructurar el movimiento del estridentísimo, allí, en aquella ocasión, discernían asuntos políticos y culturales en compañía de José Mancisidor, y Miguel Rubio. Sus bahías de Manhatan convocaron desde entonces encuentros con David Alfaro Siqueiros y muchos personajes controvertidos.
De la Cabada, experimentaba una completa e infinita soledad y deshumanización entre los edificios portentosos o “Catedral del dinero” de la Wall Stree, y bajo sus crepúsculos violeta de New York, nuestro cuentista vivió el amor y escribió los cuentos: BLANCHE, EL BOTÓN ROJO, MISS FIELDS, y LA CONJURA, los cuatro, fueron, en 1983, una publicación del Fondo de Cultura Económica. En el 2008, el gobierno de Campeche y la Universidad Veracruzana, publicaron las obras póstumas; La máscara y otros relatos, en una edición a cargo de una servidora. Me tocó el feliz hallazgo de descubrir cinco capítulos, que Juanito tenía en un rincón del tiempo pensado y acordado de facturar una novela, a los que les busqué un acomodo y los llamé: El quinto deletrear de una ficción (Capítulos sueltos de una novela inconclusa), y son: LA NOCHE DE DIOS, LA RAMA MATERNA, LA SEÑORA KRAMER, LA ENSEÑANZA DEL MIEDO y DOMINGOS, éstos, antecedentes vienen de los cuatro cuentos nacidos en City New York, mencionados renglones anteriores, y en los que se reconoce el personaje central o protagónico que es una niña revestida de luz, y responde al nombre Mabel.
La narrativa de la Cabada es en todo momento de su escritura un lente cinematográfico.
Recapitulando en la poética: De Nezayork a Nueva York, hoy, leeré el poema de mi autoría, sustentado en Concha Urquiza:
BÁLSAMO DE MAR
“¡Oh, Dios geraseno,
oh, cómo tu historia parece la mía…!”
Concha Urquiza
Gracias, amado mío,
por poner en mis labios
el bocado de un pan amable
aderezado con granos de sal
acarreados desde la marea antigua del mar de Galilea
en aquellas horas en que tu aliento
arrojó al mar la demencia del geraseno,
y los peces recobraron su nombre en nuestro plato.
De mi mansión partiste en temprano anochecer,
dejando una tormenta tendida en la calle.
Entró la noche umbría
de aroma a toronjil llovido,
urgí cerrar las puertas,
rasgar mis vestidos
a la espera de tu luz derramada en mi vientre.
Con prontitud desde sus sepulcros el poseso-Dios
de enrarecido olfato, falto de irradiación,
transido en la locura abierta a la vida,
buscó en mí el amor sin mácula de pecado.
Con el fantasma de su niña amada
en la tibieza de mi piel, alimentó mis sueños
para matar el recuerdo de sus amores muertos.
“¡Oh Dios Geraseno…!” Nazareno, dulce y bello,
que convine me acariciara
con el albo reflejo de sus dedos,
lirios melancólicos,
desterrados de un monasterio
de predicadores franciscanos.
¡Oh Dios Geraseno, tan parecido a mí…!
No quiero más que los granos de sal,
bálsamo de mar que untas a mis ataduras,
y se tornan placer
cuando recorres con tus labios mis heridas.
María Ángeles Juárez Téllez
Ciudad de México D F.,
Queremos que esta antología De Nezayork a Nueva York, que ya emprendió las andanzas por el mundo siga, y ese propósito lo inicia el poeta Leopoldo González, quien encontró lectores en París, Madrid, Barcelona y Toledo, gracias Leopoldo por los tours en la Unión Europea.
Leeré un poema de mi autoría, con un epígrafe de la poeta Michoacán Concha Urquiza y como un sencillo homenaje a ella.
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