Por Carlos Ramos Padilla

Cuando una persona pierde el sentido de la realidad ya las mentiras las considera como sus propias realidades. Desmerece lo que ocurre y crea sus propios eventos que los da como hechos irrefutables.

Con los dichos y seguridades de amlo parece que ya no alcanza a dimensionar ni lo que hace ni lo que dice. Confunde y trata de confundir. “Claro que me responsabilizo de los muertos” así declaró en la mañanera hablando específicamente de la pandemia, pero no de los homicidios, feminicidios y colapso del Metro, parece que hay de muertos a muertos.  

Por otra parte señaló que la violencia es parte del fruto prohibido que heredó de los gobiernos neoliberales. Y que daremos un punto de confianza, está bien! La violencia en el país ha sido una permanente ya en varios sexenios pero amlo olvida que el prometió que esto acabaría, qué tendría las mejores estrategias y soluciones y por el contrario, el número de homicidios en su gobierno ha crecido exponencialmente en relación a otras administraciones.

Incluso, la arteria, el soborno y la corrupción que son parte de la violencia no disminuyeron en su gestión como Jefe de Gobierno del DF y no era un periodo neoliberal. Es más desde Cárdenas a la fecha han sido gobiernos de izquierda y la situación en la capital del país no ha variado en su degradación.

Por eso amlo intencionalmente desvía y miente, evade y culpa a otros. Sheinbaum no ha podido siquiera dar solución en esta administración al grave problema del Metro y amlo le apoya con un “no estás sola, Claudia”.

Por otra parte, amlo minimizó la advertencia de los partidos de oposición de acudir a la OEA para presentar pruebas de que el narcotràfico participó en las recientes elecciones. Dijo que es pura propaganda y publicidad (parece el mandatario no saber la diferencia), y resaltó que son unos “cínicos”  luego de recordar que Garcia Luna está preso y era gente de Calderon.

Aquí rehuye también el aceptar que ha comido con la mamá del Chapo, que libero intencionalmente a un capo como Ovidio Guzmán, las matanzas en Tamaulipas, las agresiones en Aguililla, El fusilamiento de la familia LeBaron, el supuesto suicidio de un marino de alto rango en Baja California.

Por cierto, para México, su Estado de Derecho y las sanciones que correspondan a presuntos cómplices ningún resultado se ha obtenido del encarcelamientos de García Luna o de Emilio Lozoya. Dijo de manera irresponsable que si hubiera operado el narco se habrían colocado el 99% de las casillas y eso es manipulación.

El narco puede operar (como denuncian los presidentes del PAN, PRI y PRD) saqueando casillas, robando urnas, “levantando” a gente y arrojando cabezas humanas en los centros de votación. Curiosamente este amlo un día y al otro también trata de defender a los criminales.

Evita mencionarlos, oculta sus operaciones, lamenta las sanciones legales contra ellos, permite que humillen al Ejército Mexicano, no han detenido a ningún cabecilla o acabado con algún cartel, no avanza en el caso Ayotzynapa donde están involucrados grupos de narcotraficantes, no ha acabado con el huachicoleo, entonces? El, como presidente, debería de sumarse a las indagatorias para esclarecer la participación de los sicarios en las urnas, principalmente en los Estados conflictivos donde ganó Morena, eso le daría solvencia, credibilidad y aceptación además de cumplir con la ley.

El debería de informar al pueblo nuevo porque no se ha capturado a Ovidio y si después de su liberación se ejecutaron labores de inteligencia para dar con él y con Zambada.

La intimidación es una tarea fundamental de los criminales, asesinos, secuestrados y narcos y eso pudo bien aplicarse en las urnas. Por otro lado la seducción y el otorgar más y mejores beneficios a la comunidad en sustitución de las ausencias en servicios y seguridad por parte del gobierno es otro mecanismo de allegarse aliados.

Todo parecería indicar o que amlo es incompleto ignorante de todas las variantes o que simplemente su discurso de los gobiernos neoliberales no se va a agotar para con ello tratar de ocultar sus derrotas, ineficiencias y torpezas.

El presidente es el primer obligado a estar con la ley a cumplirla y a defenderla y amlo se ha dedicado a cuestionarla, interpretarla, intentar modificarla o anularla. Y mire no ha cambiado. 

Colaboración de relevante.mx