Y sigue creciendo

Por Guillermo Robles Ramírez
Transportistas de carga ligera y pesada de diferentes regiones del país, se han ido sumando de una situación que no menos de dos décadas los ha afectado económicamente.

Existe un registro de ello en donde transportistas de San Luis Potosí, en octubre del 2008, denunciaron ser objeto de extorsiones por agentes de tránsito de diferentes cabeceras municipales de Nuevo León, les pedían dinero para continuar su tránsito de mercancías.

En ese año, en una entrevista al que fue gobernador de Nuevo León, durante el 2008, José Natividad González Parás, se le cuestionó sobre las corruptelas, respondiendo muy digno el exgobernador: “pues a mí, nunca me han detenido ni chantajeado, será que sí respeto las reglas de tránsito”.

Las críticas no se dejaron esperar sobre la respuesta ocurrente y tan divertida para José Natividad, ya que en todo su periodo como gobernador de Nuevo León, ni siquiera manejaba porque tenía chofer, además de traer su escolta y, a sabiendas de que nunca lo iban a detener.

Un problema que nunca se ha atendido de raíz, y fue creciendo explotando nuevamente una protesta con mayor fuerza en la carretera Monterrey-Saltillo el año pasado, en donde se sumaron transportistas de San Luis Potosí, Puebla, Morelos, Guerrero y Jalisco.

Ahí denunciaron nuevamente que semanalmente y en determinadas temporadas viajan a distintos municipios de Nuevo León, a diario o cada tercer día, sufren de las extorsiones cada vez más seguidas y pesadas de que son objeto por policías de tránsito, en particular de los llamados motociclistas.

Independientemente de que la queja es toda una verdad, se trata de un vicio que ha alcanzado proporciones insostenibles, sin que las autoridades municipales y estatales de Nuevo León, hagan algo y si es así, es que van en la “polla” o sea que son partícipes de las jugosas bolsas de “mordidas” que logran diariamente.

Los municipios en donde es más grave esta corruptela, que se ha extendido como cáncer, son en Monterrey, Escobedo, San Nicolás, Apodaca, Santa Catarina y Guadalupe.

La cuota mínima de la extorsión es de 10 mil pesos, pero hay agentes de tránsito que llegan a pedir arriba de los 20 mil pesos, con la amenaza de que “si no te dejas caer con ese moche, le hablo a la grúa para que se lleve tu vehículo”.

Lógico es que el conductor o dueño del vehículo tiene que entrar a una “negociación” o regateo, aunque a final de cuentas, sin que se haya cometido infracción alguna, se accede a la petición de estos corruptos dizques servidores públicos.

La voz en contra de los agentes de tránsito más sinvergüenzas del país, fama que se han ganado a pulso y, por cierta bien ganada, fue levantada públicamente en diferentes ocasiones, estando como testigo las publicaciones de medios de comunicación locales y nacionales.

Este problema no es nuevo para los coahuilenses, en especial de Saltillo y Monclova, que por su cercanía a Monterrey y otros municipios de Nuevo León, a diario y más los fines de semana, son muchos quienes viajan al área metropolitana de Monterrey.

Una situación en donde se ha dejado crecer por representar un negocio muy rentable y que para cualquier funcionario público a quien se le cuestione, obviamente lo va a negar y hasta repitiendo las palabras del exgobernador Nati: “pues a mí, nunca me han detenido ni chantajeado”. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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