Cuidado con la hoguera que enciendes contra tu enemigo;

no sea que te chamusques a ti mismo

William Shakespeare

Por Julian Santiesteban

No importa la perspectiva -del centro a las entidades o viceversa-, la “congelada” reforma a la Ley del ISSSTE, que generó, al inicio, sólo protestas magisteriales, está creciendo en repudio y ya se cuenta casi una decena de instancias gubernamentales unidas en su contra, lo que en número de trabajadores se traduce en decenas de miles. Lo grave no está sólo ahí, sino en la indolencia con que se ha asumido la problemática, haciendo como que se “entierra” el problema, dejando intocadas las causas originarias del descontento; pareciera pues que alguien está generando las condiciones perfectas para que el conflicto real estalle.

El 14 de enero pasado, el director nacional del ISSSTE, Martí Batres Guadarrama, presentó, en la conferencia matutina presidencial, la reforma integral a la instancia que dirige, en la que se contemplan 25 puntos que incluyen beneficios en materia de créditos y viviendas, condonación de adeudos de los mismos, eliminación del intermediarismo al transformar al Fovivissste en una instancia que construya casas; además del ajuste en los montos de salarios de personal médico y revisión de pensiones, tanto para elevar los montos más bajos, como para eliminar las que se consideran abusivas (algunas, dijo, que superan los 300 mil pesos mensuales). Pero la polémica se desató con el punto número 25: “el impulso a la reforma a la Ley del ISSSTE, en el caso de los seguros de salud, para que las cuotas de los servidores públicos con mayores ingresos, y las aportaciones correspondientes de entidades y dependencias, se calculen sobre el salario integrado.”

Luego del anuncio, las dirigencias sindicales guardaron silencio… y como consecuencia las protestas, las marchas, los paros escalonados y luego totales de labores. Primero, los maestros de educación básica; de preescolar a secundarias. Y de ahí, en Quintana Roo, se sumaron los docentes de Conalep, del Colegio de Bachilleres y, en la semana que inicia, están por confirmar los de los Cecytes. En redes sociales, además, circulan ya diversas fotografías de rechazo a la reforma a la Ley del ISSSTE, por parte de personal de Conafor, Semarnat, Conagua, Profepa y Conanp; es decir, el repudio va en incremento.

En contraparte, en la semana que concluyó, actores políticos locales emitieron diversas declaraciones desestimando las protestas, insistiendo en que no tienen “razón de ser”, otros tantos difunden la idea de que los maestros han ampliado sus demandas, que pretenden constituir un nuevo sindicato local y que, además, “el movimiento está politizado.” Si el caso fuera -que tampoco puede negarse la posibilidad-, la politización la comenzó el régimen, cuando aceptó que la dirigencia nacional del SNTE le ofreciera cinco millones de afiliados a Morena y, el que se realicen reuniones para “escuchar” planteamientos o se “congelen” las iniciativas, para nada resuelven el fondo de las protestas. En todo caso, pareciera que se apuesta a que todo quede igual al escenario previo al anuncio de reforma de enero de 2025, pero ese escenario. Por cierto, el escribiente no pretende legitimar todo en las protestas, pero la generalización está en otra parte; es decir, el ofrecimiento de reforma fue de la 4T, la propuesta de “pensiones dignas”, “créditos justos”, para luego presentar una propuesta que no modifica -no para bien- las condiciones de retiro laboral, ni una ruta clara para el mejoramiento del sistema de salud (en los 25 puntos, los planteamientos son marginales).

Se propone pues, descontar más, para obtener lo mismo. Cuando las protestas arreciaron, la versión oficial regresó al planteamiento hecho desde 2022, en el sentido de que los descuentos se harían a aquellos que ganasen más, pero no se plasmó así en la iniciativa. Y al final, el “congelamiento”, el ofrecimiento de integrar las demandas de los agremiados al ISSSTE, pero sin fechas concretas, dejando las protestas como “un respeto a la manifestación” y un paro laboral que tiende a juntarse con el periodo vacacional próximo. Otro año perdido, tanto en las demandas añejas, como en los ciclos de aprendizaje.

Por último y considerando que los paros laborales continuarán y que faltan cuatro meses para que concluya el ciclo escolar, ¿ya comenzaron todos a preguntarse si será otro ciclo perdido? ¿ya están previendo las medidas que mitiguen la afectación? ¿tendremos acaso otra generación perdida, con el aprendizaje a medias y todo para nada? Todos los regímenes incuban el “huevo” de su derrota en sus entrañas. Las protestas que muchos de los “aliados” de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo están dejando crecer, para verla caer; en realidad están cavando la propia tumba, pensando que no les afectará lo que ahora dicen atender, pero que alientan “por lo bajito”. Al tiempo.

COMENTARIO MORBOSO

 No se trata únicamente de que, en el Poder Legislativo federal, las iniciativas de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se aprueban “a medias”, ni de los “desaires” públicos en eventos masivos, con sentidas disculpas en redes sociales; ni mucho menos solamente el dejar crecer la versión de una presidencia acotada, y un ex presidente que no termina de irse y a cuya defensa acude momento a momento la mandataria federal, como parte de sostener su propia popularidad. No. No se trata de estudiar los fenómenos por separado, sino todo junto. Y, entonces, resulta que justamente a esos supuestos aliados es a los que más conviene el estado de cosas actual.

Si no fuera así, ¿por qué no se le ha puesto fecha de atención al conflicto magisterial? ¿por qué se aprueba lo que la presidenta dice, pero con beneficios para los grandes caciques? ¿por qué le propinan públicas derrotas en sus propuestas, dejando sentir que, “el señor de Macuspana”, sigue más que vigente y operante, tanto en el partido como el los poderes del Estado?

Ojo, falta la constitución de nuevos partidos, las elecciones intermedias, la elección judicial, los presupuestos restantes de la actual administración, la modificación obligada que tendrá que hacerse a los programas sociales y, en suma, la administración del poder en “el segundo piso de la 4T”, y la “cosa pública” no va bien, ni en el centro, ni en la periferia…las entidades federativas pues; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.