Variedades

por Víctor M. Navarro

 

Lamentablemente concuerdo con las voces discordantes, escuchar el tercer informe del primer mandatario me dejo de a seis; expectante, incrédulo, pensando que vivo en otro país. En la vida cotidiana, en el quehacer de todos los días, en el trato diario con gente de diferentes niveles que me rodea, lo que habló el presidente no tiene nada que ver, o visto de otra manera: los mexicanos comunes y corrientes vivimos en una realidad aparte de la que figura en los discursos de nuestra clase política.

Salí a la calle, abordé un taxi y le pregunté al conductor qué opinaba del Informe, me contesto: “por lo que oí parece que todo está muy bien, la violencia va a la baja, la economía se recupera, la educación va a prosperar…que salga el presidente a la calle y vea la realidad”.

Ya caminando en pleno centro de la ciudad pensé, en mi larga vida por lo menos sé que en los últimos cinco sexenios se habla de crisis en el país y de que siempre estamos a punto de superarla, sin embargo el bache ya no es bache… es boquete.

Acudí a un clásico de los últimos tiempos, a un espíritu crítico y lúdico, cual biblia contemporánea escogí los mejores florilegios para subrayar que: nos pasa todo en este país y no pasa nada. A continuación los aforismos del gran maestro Nikito Nipongo.

 

La democracia es un jueguito de la aristocracia que no está al alcance de la plebe.

La política exige una acrisolada falta de honradez.

Si se suprimen las mentiras y las sandeces de los discursos políticos quedan sólo comas, puntos y etcéteras.

Antes que hacer obra, los políticos hacen una frase.

Multipliquen el Año de Hidalgo por seis y tendrán un sexenio.

No se consiguió con la reforma política que los políticos se reformen.

En política las palabras no corresponden a sus significados.

Por democracia se entiende ahora la política popular que la burguesía maneja.

Algún día, en vez de ganar los partidos políticos, ¿ganará el pueblo?

¿Cuántos delincuentes bien fichados ocupan puestos de autoridad en México?

Debería haber más barrenderos y menos diputados.

El tren gubernamental arrastra un coche dormitorio llamado Palacio Legislativo.

Los legisladores estudian los problemas nacionales y hacen leyes sobre los problemas nacionales para originar así nuevos problemas nacionales.

Dirían menos tonterías los políticos si tuvieran más tiempo cerrada la boca.

La democracia oficial consiste en imponer gobernantes del pueblo contra el pueblo.

Hay más derechos políticos que políticos derechos.

Construido con la cáscara de la demagogia, el castillo de la propaganda oficial tiene por cimiento la corrupción.

La demagogia política mexicana es un amontonamiento de mentiras refriteadas, dichas y redichas y vueltas a decir desde hace siglos.

Para remediar un fracaso político se emprende otro.

El ideal de los chaparros es ser altos funcionarios.

En la cámara baja los legisladores se arrastran.

 

Nota:” Perlas Japonesas” es una columna que se publicaba hace treinta y cinco años, leerla ahora nos habla del rotundo estancamiento de nuestra política nacional…amén.

Deja un comentario