Tarjetas mágicas

Por Guillermo Robles Ramírez

Los bancos de México empezaron una feroz guerra para ver quién consigue más clientes, en particular en las tarjetas de crédito, llegando esa voracidad de las instituciones bancarias a no importarles llevarse entre las patas del caballo a gente inocente y que ingenuamente o de buena fe cree en las instituciones bancarias.

De ahí que lanzamos una voz de alarma y aviso precautorio para que no se dejen sorprender y menos defraudar con promociones que se hacen vía correo como las más recientes, consistentes en enviar a domicilios particulares y dentro de un sobre, una tarjeta de crédito con la publicidad de que esa tarjeta, llevará un interés financiero mínimo.

Los bancos que llevan a cabo esas promociones, dejan pasar el tiempo y telefónicamente llaman al domicilio o empresa de la futura víctima y con un “queremos darle las gracias por su aceptación de nuestra tarjeta de crédito” cuando que esa persona ni siquiera se ha dignado a llamarles para activar la famosa tarjeta mágica de pocos o casi nada de intereses.

En respuesta al cliente o futura víctima que les indica que no le interesa activar ni contar con esa tarjeta, la representante del banco le responde que es conveniente y más vale que la use porque de todos modos se le cobrará una cantidad por la expedición de la tarjeta de plástico.

No falta quien caiga en ese juego y opta por aceptar la tarjeta que una vez que se utiliza, se da cuenta de que los dizques intereses bajos son los mismos que vienen cobrando todas las demás instituciones bancarias y como ya le dio uso al plástico, pues le resulta difícil cancelar dados los trámites que se tienen que hacer, porque para empezar tienen que hacer un escrito y le piden que acuda a las oficinas del banco, lo que representa pérdida de tiempo para muchas personas. Además, que dichas cancelaciones no se pueden hacer vía telefónica sino solamente visitando a la sucursal más cercana. Y una vez haciéndolo el banco o sucursal, simplemente se comunican a un conmutador y le pasan el teléfono a la víctima para que realice su cancelación telefónicamente, pero no antes de intentar de convencerlo con otro producto bancario.

Sería sano y conveniente que las autoridades que se encargan de vigilar y sancionar la actuación de estas instituciones se dejen más ver para que la gente o víctimas de estas engañosas y fraudulentas promociones puedan saber a dónde acudir, porque aunque se dude, el gobierno federal creó una dependencia llamada CONDUCEF que quiere decir Comisión Nacional de la Protección de los Usuarios de Servicios Financieros que es la obligada y creada precisamente para intervenir y resolver este tipo de estafas, entre otras responsabilidades y obligaciones que tiene. CONDUCEF, insistimos, aunque se dude, tiene oficinas en Saltillo y Torreón y será esa Comisión la que atienda a las víctimas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México).  www.intersip.org

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