Solitos “se meten palo”

El sector empresarial nunca se ha opuesto a pagar impuestos en ningún momento ya que sería algo totalmente ridículo, sin embargo, lo que siempre ha pugnado es por los estímulos fiscales para poder expandirse y generar más economía, sinónimo de crecimiento laboral.

Todo es una reacción de efectos y causas, en donde injustamente ante la miopía de quienes hacen las reformas fiscales lo único que ven como crecimiento económico en nuestro país es el incremento de impuestos, doble tributación aunque este sea anticonstitucional hablando específicamente el ISR e IVA, y la reducción de la tasa gravamen hacen imposible para cualquier empresario tener el crecimiento y la expansión de la misma.

La solución para aquellas compañías grandes simplemente es el buscar su expansión en países en donde no existan éste tipo de obstáculos haciendo inversiones extranjeras para el desarrollo del comercio.

Y aunque el gobierno federal considere que no hay pérdida en el ingreso de las arcas federales tributarias, lo que no quiere reconocer, se puede ver reflejado en la calidad e insuficiente desempeño de algunas instituciones de gobierno. Nada más por mencionar un rubro, se encuentra el de la salud.

Al hacerse la deducción en los gastos personales a no mayor de un 10 por ciento de ingreso anual, muchos empresarios dejaron de contratar los servicios de seguros de gastos médicos mayores tantos para sus trabajadores de confianza, así como a sus familiares.

Todas esas personas evidentemente no tenían necesidad de acudir al IMSS, puesto que contaban con éste tipo de prestación de servicios en donde la atención médica era asistida en hospitales y consultorios privados.

De una u otra manera el sector empresarial estaba contribuyendo en el ahorro a esa institución gubernamental de salud, tanto en operatividad y gastos administrativos, así como medicamento y equipamiento.

Si anteriormente el servicio de IMSS dejaba mucho de qué hablar y no precisamente señalamientos positivos, pero lo que sí se ha visto durante todas estas décadas es que de una institución en donde sobraba el dinero, tanto así que basta con recordar que entre el segundo lustro de la década de los setenta y la primera mitad de la siguiente, fue propietario de dos clubes de futbol, concretamente del Atlante y el Oaxtepec.

Con el tiempo toda esa liquidez que tenían se fue mermando hasta el grado de que en la actualidad son insuficientes el personal médico, medicina, equipo y disponibilidad para brindar servicio a la población.

El aumento de las denuncias hechas ante Seguro Social se ve cada vez más seguido, ante las negligencias médicas que están a la orden del día. Y una amenazante quiebra total anunciada por especialistas en economía en donde los jubilados viven una constante preocupación e incertidumbre de hasta cuándo dejaran de recibir su último pago, y misma intranquilidad para quienes están próximo a jubilarse de no alcanzar un beneficio que estuvieron ahorrando durante toda su vida laboral.

Es una pena que una institución ha venido de más a menos pero es peor saber que la falta de responsabilidad de quienes administran y el manoteo que se hace en las arcas del IMSS, incluyendo al mismo gobierno federal, así como las malas decisiones de quienes creen ser conocedores y expertos en recaudaciones tributarias siguen golpeando tanto al sector empresarial y se meten palo con sus propias instituciones de gobierno. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org