Sin control y víctimas del odio

Sin control de las autoridades de la capital de Coahuila, ha aumentado de manera considerable el número de sexoservidoras. Aquellas personas dedicadas al trabajar en el oficio más antiguo del mundo en donde participan tanto mujeres como hombres, no están sometidos a ningún control sanitario y víctimas del peor enemigo más que el sufrimiento de la discriminación: El asesinato.

Cada vez es mayor la incidencia de muerte de sexoservidoras victimas del odio de quienes contratan sus servicios y que abandonan sus cuerpos en lugares despoblados dejando lo que una vez lució como bellas mariposas negras, el ataque inhumano que descargaron sobre ellas toda su abominación interna y para después ser olvidadas por las autoridades para darle continuidad a las investigaciones.

La historia se repite no solo en Coahuila, sino en cada ciudad, en cada comunidad en nuestro país y aunque en ésta administración municipal después de muchas del pasado que pasaron sin hacer nada al respecto de asignarles presupuesto a la zona roja de Saltillo, se le invirtió alumbrado y pavimento, pero sin embargo, continua en agoniza

Al sector pecaminoso, zona de tolerancia o como se le quiera llamar y ante la crítica escasez de clientes, las cabareteras que se han diseminado por las más de 450 nuevas colonias de Saltillo, van extendiendo un mensaje de muerte porque fuera del control sanitario seguramente son portadoras del enemigo número uno de la humanidad por trasmisión sexual, el SIDA.

La juventud prefiere divertirse viernes, sábados y domingos en los modernos y perfumados antros. Ahora bien cuando buscan otro tipo de diversión para adultos, buscan los table dance de Monterrey o en su defecto aquellas casas de citas clandestinas escondidas entre las calles angostas de Saltillo desplazando a las tradicionales zonas rojas que fuera de mostrar un show erótico, las chicas terminan prostituyéndose durante o al final de la noche.

Tanto en los antros o centros nocturnos para caballeros, la ambientación es totalmente diferente más acorde a la modernidad, comodidad, variedad de bebidas y en su música, es decir, nadie hace agrios comentarios.

En cambio el sector pecaminoso tiene tugurios de mala muerte, en donde las mariposas negras se esconden del nuevo alumbrado y buscan ser alumbradas con los focos de las cantinas y cabaret que alumbran lánguidamente sus cuerpos.

Desde hace décadas, el sector del vicio y prostitución, es una sombra siniestra por el tráfico de cocaína, grapas, marihuana, morfina permitida por los pocos policías que vigilan el sector convirtiéndose en un elemento que no podía faltar en la zona roja que es el soborno para quienes buscan el placer del sexo y quienes trafican todo tipo de drogas y las familias que habitan por lo menos diez colonias están en grave riesgo de infecciones mortales.

Las colonias que se ubican a escasos diez metros del “sector púrpura” son: Vicente Guerrero, Miguel Hidalgo, María de Jesús Cabello y otras zonas habitacionales asentadas por el rumbo del Bulevar los Fundadores, que en lugar de honrar algunos de los nombres patrios es ofendido estando cerca de la cloaca de la ciudad, aunque algunos lo consideren un mal necesario.

Están invadidas de expendios de licor y cerveza y son paso obligado de los niños de las escuelas primarias.

Para exterminar ese cinturón de vicio y perdición que se está saliendo de control por falta de clientes, una gran cantidad de las “mariposillas de noche” se está concentrando en distintos sectores de la ciudad para practicar el más antiguo de los oficios fijando sus “centros de trabajo” en los moteles de paso cercanos a los puentes de la gente en el cruce del boulevard Valdez Sánchez y su desnivel entre otros lugares estratégicos donde saben que serán buscadas para prestar sus servicios.

Es inminente el cambio a otro lugar para acabar ese nido de explotadores caterva de malvivientes y trata de blancas o cerrarlo definitivamente donde también se cometen asaltos, desmantelamientos de autos y sangrientas riñas de las cuales muchos de los protagonistas quedan inválidos.

Ahí viven mujeres que sirvieron de inspiración para algunos compositores como Manuel Pomián con letras como: “…escoria humana de mujer perdida de qué te sirve tu elegancia y hermosura, si naciste destinada a ser basura.. ” y otros compositores y poetas más, ya que muchas canciones dedicadas a ellas, sirvieron de inspiración precisamente dichos lugares porque no salían de ellos.

La realidad es cruel porque la sociedad las llama: Flores Negras que el destino la aparta sin piedad porque fueron arrojadas a la calle cuando sus familias se enteraron que abandonaron el dulce hogar para caer en el mundo de la perdición.

No siempre estuvo la Zona Roja ubicado en las colonias antes mencionadas porque aunque usted no lo crea, antes se ubicaban a unas cuadras de Palacio de Gobierno, Catedral, Iglesia San Francisco y del centro comercial, estando ahí por décadas conocida allá por los años 50´s, Terán y Leza.

Pero para acabar con Terán y Leza se ordenó un operativo jamás visto en Saltillo. Vinieron policías de Parras, Torreón, Arteaga, San Pedro y el ejército Mexicano jugando la parte más vital.

Esto porque se cerraron las calles aledañas a Terán y Leza, se utilizaron camiones de la basura que antiguamente eran de redilas y fue como a las dos de la mañana cuando con lujo de violencia se declaró la guerra a la prostitución y vicio dentro del entonces primer cuadro de la ciudad.

Barras de cantinas, sillas, camastros de las pupilas, mesalinas o sean las cabareteras y sus mantenidos amantes, entre gritos y una histeria colectiva y con los ojos bañados en lágrimas, fueron los testigos que ahí quedaban enterrados para siempre y los tráficos de influencias que creían tener los dueños de los centros nocturnos.

Los dueños de los salones de baile y cantinas ya habían recurrido a los amparos federales para no ser removidos del lugar. Por esto se les dio el clásico sabadazo y no hallaron jueces de distrito que le recibiera el amparo. Dando fe de los hechos el licenciado Julio Armando Camacho Hernández, y en Saltillo, todavía no había juzgados de Distrito, estos estaban en Torreón y Piedras Negras.

Son muchas las historias que tiene la Zona de Tolerancia pero la que se vive en la actualidad se encuentra en agonía siendo indispensable renovarse o morir porque la zona roja que conoce los saltillenses está por llevarse al sepulcro, siendo urgente que se cambie de lugar donde un posible espacio pudiera ser el denominado “Padres Santos”, a unos 10 kilómetros y si los dueños de las patentes de cerveza y licores, además de los propietarios de los centros nocturnos y las mujeres que están en ese lugar se deciden a pedirle su traslado a ese lugar a las autoridades municipales, podrá haber una buena respuesta por el simple hecho de estar lejos de las casas habitacionales y escuelas de su alrededor.

El problema de la Zona Roja, no es exclusivo de Saltillo, sino en todo el país que conforme van creciendo la urbanización y la falta del Departamento de Planeación y Urbanización, de hacer un verdadero cerco sanitario van permitiendo la construcción de viviendas en su alrededor, pero por lo pronto a éstas mariposas negras saltillenses ya les toca migrar a otro lado más lejos o el cierre definitivo para dedicarse a trabajar a otra cosa. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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