Sí aceptas, sufrirás
Por Guillermo Robles Ramírez
¿Quién no ha recibido una tarjeta de crédito sin haberla solicitado? Somos muchos los mexicanos que hemos tenido esa suerte, para algunos y mala estrella para otros, pues para los primeros en muchas de las ocasiones resulta una bendición porque en otras instituciones no han sido aceptados y para los segundos, ahí empieza su problema, ya que para cancelar algo que no fue solicitado y ni interesa, hay que sufrir las de Caín.
Tengo amigos y parientes que se la pasan con un grito en el cielo por su impotencia de conseguir la cancelación de la tarjeta tan pronto como la reciben, pues son llevados a conmutadores que tienen múltiples opciones para hacer la cancelación, pero cuando por fin te atiende una persona después de la media hora suceden dos cosas. La primera argumentan que se equivocó de opción y tiene que marcar nuevamente y escoger la opción correcta pero para ello te hacen un cuestionamiento de seguridad cada vez que te transfieren a tres o más operadores. El segundo escenario es que una vez que logras comunicarte con el operario correcto, por alguna razón se corta la llamada teniendo que repetir el proceso nuevamente, es decir, se le tiene que invertir no menos de una hora y media vía telefónica para poder hacer cualquier tipo de tramite con las tarjetas de crédito.
Se da por hecho que siendo una práctica llevada por la mayor parte de los bancos desde hace años, se han enviados miles y miles de tarjetas en esas condiciones, es decir, sin haber sido solicitadas.
El problema mayor es cuando uno de los “supuestos clientes”, por decidía, flojera o decisión propia, no avisa o hace la cancelación del plástico recibido sin pedirlo y al no pagar la apertura de cuenta y “demás gastos”, aun cuando no se utilice, es reportado y forma parte del famoso y temible, pero injusto y arbitrario Buró de Crédito, que luego para salir de éste, igualmente hay que sufrir las de Caín.
Y, como otras medidas tardías que aplica y da a conocer el Banco de México, este caso no es la excepción pero al igual que cualquier reglamentación tomada por la institución mencionada, no hay quién vigile para que se cumpla, ya que desde hace años, Banco de México, había emitido la prohibición de la entrega de tarjetas de crédito no solicitadas, sin embargo, las instituciones bancarias siguen haciendo lo mismo, y cuando son cuestionados simplemente lo niegan argumentando que eso no lo maneja directamente el banco.
Pretende el Banco de México y se preguntan los ciudadanos “para qué sirves si no se cumplen las normativas o reglamentación”, ya que esto es como en la lucha libre, es decir, para cada llave existe una contra llave. Es así que los bancos siguen inundando el país con plásticos no solicitados.
Es lamentable que generalmente nuestras máximas autoridades bancarias, tienen que esperar a que los problemas de los actuales y futuros cuenta habientes, crezcan a tal grado, que cualquier intervención no solo es tardía, sino innecesaria e inútil, y para luego no sufrir, es mejor no aceptar la tarjeta.
Pero es aún más lamentable que las instituciones bancarias encuentran la manera de sacarle la vuelta a las medidas tomadas por el Banco de México, para no caer en una falta, siendo más eficiente y rápido las artimañas “legales”, para negar que son ellos los que directamente incumplen con cualquier medida que tome a favor de los cuentahabientes bancarios o ciudadanos que ni siquiera tienen cuentas bancarias pero bien que se las inventan.
Lo mismo sucede al incumplimiento de la protección de datos, cada vez que entregan información de sus clientes a departamentos externos de los bancos, cada vez que anticipadamente hablan telefónicamente para preguntar si vas a pagar la tarjeta de crédito, o para dar aviso que está a punto de vencer la fecha límite de pago, y peor cuando llaman cuando no se paga exactamente el día de la fecha de vencimiento, como si contestando la llamada fueran a eliminar los recargos, pero el acoso telefónico llega hasta de siete veces la insistencia desde temprana hora antes de laborar así como todavía después de las diez de la noche a sabiendas que las instituciones bancarias cierran entre las 4 o 5 de la tarde. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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