Se reproducen como conejos

Por Guillermo Robles Ramírez

Crece el número de los comerciantes ambulantes que invaden las calles y paseos públicos como plazas, bosques, alamedas, etc., de las diferentes ciudades de Coahuila, pues de ambulantes no tienen ni el nombre, ya que llegan a un sitio determinado, preferentemente el que ellos escogen a su muy comercial criterio y ahí se quedan para siempre sin que haya poder de autoridad que los quite.

De esa manera, han invadido los frentes y salidas de infinidad de escuelas, lo mismo de kínder, primarias, secundarias, preparatorias, Institutos Tecnológicos y de Universidades.

Tampoco puede faltar en las afueras de los hospitales públicos, y tienen pocos años que hacen lo mismo cada fin de semana que se cierran algunas avenidas o calles principales de aquellas cabeceras municipales cuya área la determinan como paseo en domingos. Y en las tardes se colocan en áreas verdes que sirven para ejercitarse o bien para descansar de un día duro de trabajo.

La amenaza o protección que echan para adelante los comerciantes ambulantes invasores, es que su “organización” que es la que los defiende, ahí los “puso y llevó”  sin haber quién ni quiénes los quiten. Sin embargo, sin saber con exactitud la verdad de quién los organiza, lo seguro es que cada vez se suman más en esas áreas siendo mayor el espacio que ocupan reduciendo el espacio público para lo que realmente fue destinado a la ciudadanía, es decir, un espacio de diversión, descanso, deporte, salud, lectura o relajación.

Estos problemas son comunes en Torreón, como en Saltillo, San Pedro, Francisco Madero, Piedras Negras, Ciudad Acuña, Ramos Arizpe, Monclova y otras ciudades más.

En diferentes ocasiones, algunos alcaldes, contados con los dedos de una mano, han hecho lo suyo por intentar retirarlos y reubicarlos a todos esos comerciantes ambulantes que se han posesionado por largo tiempo y hasta durante años de las banquetas frente a escuelas y paseos públicos.

Muchos coahuilenses han esperado y confiado en que se logre organizar de tal manera que deje de dar un mal aspecto. Además de que se dejen de convertir en basureros públicos, ya que tanto los dueños de comerciantes ambulantes, así como sus mismos clientes o consumidores, arrojan a cualquier lugar, los sobrantes o desechos de los alimentos, envolturas, etc. Así como no falta alguna alma caritativa que compra una porción extra para dejarlo cercano a un perro callejero para que se alimente, y no se diga aquellos accidentes que, por cualquier motivo, se les cayó al suelo, dejándolo ahí como si se fuera a limpiar solo.

Otro problema y peligro que representan y causan estos comerciantes que nada tienen de ambulantes, pues como bien dice el anuncio comercial, “…llegan para quedarse…”, es el uso de parrillas de gas que instalan con tanques improvisados, convirtiéndose en una amenaza, ya que generalmente se colocan cerca de vehículos estacionados en esos lugares públicos.

No falta municipio grande que en su momento hayan alzado la voz al respecto, pero nada sucede, como cosa parecida y similar hay en las principales cabeceras municipales de Coahuila; en donde los jefes de los departamentos municipales se escudan para actuar con un “…casi no podemos hacer nada, pues ya tienen muchos años…”, que si así es porque la misma autoridad los dejó que sentaran sus reales, algo que todos sabemos.

No es posible que haya autoridades que, sobre la ley y reglamentos para lograr tener ciudades mejores, antepongan los tiempos, pero más que eso, su temor y miedo a las “organizaciones” que protegen a esos comerciantes fijos y definitivos porque de ambulantes nada tienen.

Aquellos municipios coahuilenses que tienen Centro Histórico, se han convertido en el espacio oportuno para que estos comerciantes “ambulantes”, aprovechan las enormes inversiones realizadas por las autoridades municipales y en ocasiones hasta del Gobierno del Estado de Coahuila; siendo los primeros en instalarse y los últimos en irse dejando todo el mugrero y cambiando el concepto de lo que realmente es considerado como Centro Histórico de una ciudad.

Se ha visto en el pasado esos intentos de reubicación a los comerciantes ambulantes, algo que en lo personal nunca he entendido que terminan reasignándoles frente a edificios emblemáticos dando nuevamente una pésima imagen, así como también un nuevo lugar para ensuciar fomentando el consumo de comida chatarra que tanto se ha estado intentando erradicar o al menos eso es lo que dicen muchos políticos en sus discursos.

Las alamedas de los principales municipios de Coahuila, son los lugares favoritos en donde los vendedores ambulantes, quienes consideran que les pertenece por la ley de la vida, hábitos y costumbres. Sin embargo, conforme crecen las ciudades, ellos también lo hacen robando cada vez más espacio para el paseante y aportando a la desnutrición de los ciudadanos, siendo una tentación muy fuerte para niñas, niños y adolescentes.

Bajo la bandera del trabajo honesto, como manera de chantaje para que nadie los quite o les diga nada, lo cierto es que muchos de ellos son hasta los mismos familiares, saturando el espacio público, y la vista. Así ni lucen y tampoco se pueden presumir las obras. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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