Se gasta mucho y avanza poco

Por Guillermo Robles Ramírez

La falta de cultura automovilística, al igual que de los peatones, es un problema grave en el que las autoridades municipales coahuilenses de cada región necesitan meterle más ganas y dinero para lograr que los conductores y transeúntes vayan cada vez más concientizándose por el bien de todos.

Los municipios gastan mucho dinero en señalamientos; al igual que en la capacitación y entrenamiento de los agentes de tránsito; en la instalación de semáforos vehiculares y peatonales; en pintura de los carriles peatonales y circulación, así como de los cajones para bajadas y subidas de los pasajeros y en contratar cada vez más personal para encargarse de la vigilancia de las vialidades, sin embargo, estos esfuerzos económicos y humanos no se reflejan en una mayor cultura y disciplina de nuestros automovilistas y peatones.

¿Qué es lo que pasa? Este es un análisis que deben ver las autoridades municipales porque de lo contrario de nada sirve se semaforicen las calles, que se pinten tantas “rayitas”, tener agentes de tránsito en los cruceros sin que hagan correctivos a los peatones y conductores, etc.

Lo que es una verdad es el hecho de que los ciudadanos vemos constantemente que el peatón, al igual que el conductor de vehículo, no respeta ni cumple con sus obligaciones, como el hecho de cruzar un crucero peatonal con el semáforo en verde para los vehículos, no utilizar las mediaciones de las calles para cruzar de una acera a otra.

Debe quedar bien claro que las mismas obligaciones que tienen los conductores de vehículos, las tienen los transeúntes y que una y otra parte deben cumplir con ellas, pues de nada sirve que se esté constantemente multando o llamando la atención al automovilista o viceversa, es decir, tampoco podemos estar encima de los transeúntes para corregir sus errores, si no se hace lo mismo con los conductores de vehículos, como de nada sirve que se hagan tantos reglamentos y leyes y se instalen tantos semáforos y se capacite tanto a los agentes de tránsito si éstos, como suele ocurrir actualmente, se paran como simples monigotes en los puntos de la ciudad que son asignados.

Se ha deteriorado tanto la imagen de los agentes de tránsito que ante los ojos de los ciudadanos solo son vistos como calidad de bulto, porque no imponen respeto a esta figura de autoridad. Y es lógico, ya que aquellos que están asignados en vialidades claves o puntos en donde se concentran las horas pico de tránsito se encuentran distraídos con sus celulares y otros dormidos dentro de las unidades municipales y puertas abiertas para no acalorarse.

Aunque también hay que decirlo que no se puede dejar toda la responsabilidad a las autoridades municipales, sino también debe de participar la ciudadanía en general, pues mucho ayudaría que en nuestros propios hogares orientemos y recomendemos a nuestros hijos, pequeños y adolescentes, que respeten las señales porque a final de cuentas es un compromiso de todos.

Ahora bien, por otra parte, mucho ayudaría que los ayuntamientos retomaran aquellos viejos programas de concientización en donde este Departamento de Tránsito y Vialidad visitaban las escuelas de educación primaria en donde los agentes de vialidad daban una pequeña orientación a los estudiantes sobre la concientización y reglamentos básicos sobre la señalización, así como la manera más segura de cruzar las calles.

Las autoridades municipales, por su parte, deben y es algo urgente e irreversible, poner todo su esfuerzo para que los servidores públicos encargados en las cuestiones viales, cumplan porque de nada sirve tanto gasto para que no se avance en la cultura de respetar los reglamentos de tránsito por parte de todos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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