Se frotan las manos

Por Guillermo Robles Ramírez

Aunque no en todos los casos, pero al menos en Coahuila y de manera especial y particular en Saltillo y Arteaga, está comprobado y reconfirmado que el manejo y administración por autoridades de bienes propiedad de toda la comunidad, jamás ha funcionado y solo ha servido de botín para unos cuantos.

Me refiero concretamente al asunto de la agua potable, ramo que en muchas ciudades de diferentes partes del país, no se han tenido los mejores resultados cuando son operados por los ayuntamientos.

Saltillo, lo hemos repetido y comentado en infinidad de ocasiones, vivió años tormentosos por cuanto hace al abasto del agua, pues el robo del líquido estuvo a la orden del día y en beneficio de los “caciques” del pueblo, lo mismo que ha sucedido en Arteaga, en donde después de muchísimos años, su exalcalde José de Jesús Durán Flores, dio a conocer en su tiempo, “la sorpresa y noticias” de que grandes cantidades de agua eran hurtadas a través de tomas clandestinas.

Eso mismo sucedió por años y años en la ciudad capital coahuilense, al menos hasta hace 23 años atrás, pero mientras tuvieron que pasar generaciones completas en que el agua pertenecía indebidamente a pocas familias, las que además de que regaban sus huertas, quintas y llenaban sus albercas, no pagaban ni el consumo mínimo haciéndose ésto una ley no escrita y una tradición que cuando Aguas de Saltillo le puso fin, brincaron, gritaron y “protestaron” esos pocos que aprovechaban su relación directa o indirecta con las autoridades de aquel entonces para contar con la impunidad y disimulo.

Desde que el exedil arteaguense, hizo público los cientos de tomas de agua que eran clandestinas desde hace muchos años, algo que no fue un secreto porque los arteaguenses conocen a esas personas que tienen nombre y apellido; sin embargo, prefieren guardar silencio por miedo, pero se le reconoce el valor que tuvo el exalcalde de haberlo mencionado. Aunque para muchos lo más justo era que se hiciera justicia para quienes robaron el agua y que seguramente si estuviera la administración del vital líquido en manos de una empresa como en la de Saltillo, lo más seguro es que encontrarían miles de tomas clandestinas poniendo orden a todos esos abusadores así como también no tendrían ese rezago o cartera vencida que actualmente tiene Arteaga por el servicio del agua potable.

Lo ha dicho la misma historia del pasado que cuando este servicio del agua está en manos de las mismas autoridades locales, solo ha servido para que existan funcionarios que se frotan las manos y que no es otra cosa más que el de recibir agua para uso doméstico, es decir en sus casas, departamentos y edificios de su propiedad, así como en sus mismos negocios.

La ciudad capital de Coahuila, es el mejor ejemplo que cuando el agua es manejada por una empresa privada además de hacerse llegar agua suficiente y a tiempo, le deja utilidades al mismo municipio, pero sobre todo, quedando en el pasado los recuerdos de aquellos bloqueos de tinas, niños y amas de casa que se realizaban con regularidad en las calles saltillenses como manifestación pública por el desabasto que se tenía del agua. Algo que las nuevas generaciones ni siquiera tienen recuerdo alguno porque eso fue 23 años atrás. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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