Por Guillermo Robles Ramírez

Una situación que tiene más de 40 años aproximadamente, tiene México recibiendo, con complicidad de los antes llamados “agentes” aduanales y ahora identificados como fiscales, miles de unidades motrices que con el tiempo convirtieron al territorio mexicano en el patio trasero de chatarra contaminante de los Estados Unidos.

            Este sucio negocio fue creciendo a través de múltiples organizaciones que se hacen llamar protectoras del patrimonio familia que no son otra cosa que organismos utilizados por sus dirigentes para introducir de contrabando cuanto vehículo sea posible.

            Los grupos “protectores” del patrimonio familia fue creciendo y de uno se han reproducido no menos de una docena que con el apoyo y el clásico “moche” pasan las unidades motrices indocumentadas con la complacencia de los aduanales encargados de los puentes internacionales.

            Estas unidades han servido para cometer no solo incalificables delitos, sino toda clase de irregularidad por su informal existencia porque no existe un padrón oficial, pues las organizaciones que les dieron vida otorgan una calca o placa metálica y es más que suficiente para evadir las leyes aduaneras.

            De las Entidades que integran el País, varias de ellas como Coahuila, Nuevo León, Puebla, México, Querétaro, Irapuato y otras más, son productores de vehículos por lo que es un tanto incongruente que en esas mismas Entidades en donde circula la mayor cantidad de “chuecos o chocolates”.

            Líderes de la CTM en diferentes entidades del país, ha recalcado en múltiples ocasiones que aceptar la circulación de vehículos importados sin pagar los impuestos correspondientes, aunque sean modelos antiguos, es dar una “bofetada” a la creciente industria automotriz que se ha venido formando en esos Estados, siendo Coahuila uno de las Entidades que más factorías del ramo tiene desde hace años.

            Pero si se pensaba que la situación automotriz no podría empeorar están muy equivocados, ya que el gobierno del caudillo López Obrador, piensa legalizar los autos “chocolates y chuecos”, en el presente año en tan solo diez entidades siendo evidentemente Coahuila de Zaragoza, uno de ellos quienes serán afectados por este decreto popular afectando la economía de nuestra Entidad.

            No se trata de un golpe al sector automotriz, específicamente a las concesionarias, sino a los que hay atrás de la industria como son los miles de empleos directos y millones de indirectos que se serán afectados en el empleo y ventas de autopartes o servicios.

            El gobierno de la 4 Transformación no solamente premia a la informalidad, sino que además fomenta el incremento del contrabando de los autos “chocolates” y está invitando a los mexicanos a que compren chatarras estadounidenses, con historiales criminales, convirtiéndose oficialmente nuestro país como el patio trasero donde Estados Unidos puede tirar su basura.

            El incremento de la contaminación por estos carros “chuecos”, representa un retroceso al medio ambiente y al fomento de otras actividades ilícitas como es la falsificación de facturas, alteradas en donde Monclova es la principal cabecera municipal de Coahuila en donde circulan más vehículos de procedencia extranjera de las unidades “chocolate”, en donde se concentran más coches y camionetas pick-up robadas.

Los principales bulevares y calles de la “Capital Latinoamericana del Acero”, están saturadas de unidades motrices de procedencia irregular y concretamente de origen extranjero, además de que esas arterias están saturadas de lotes de compra-venta de vehículos usados. Algo que empezará verse en el resto de los municipios de Coahuila, ya que la 4 Transformación le encanta incentivar a la informalidad y al crimen porque siempre encontraran un nuevo nicho de negocio en México.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org