Reflexiones respecto a la crisis de los aranceles
Respecto al reciente conflicto derivado de la amenaza norteamericana de imponer aranceles leoninos a los productos mexicanos, una amistad, a la que estimo mucho, me mandó un mensaje y me pidió mi opinión sobre algunas interrogantes que me hizo. Transcribo literalmente dicho mensaje:
Hola.
¿Qué te parece lo que “negoció México” ante la amenaza de Trump? Da la impresión (Tomando en cuenta que no sé gran cosa de política) que el gobierno de México aceptó el papel de perro guardián de la frontera de Estados Unidos.
¿Cómo y porqué le vamos a dar alojo a los centroamericanos que quieren seguir su sueño americano si ni siquiera tenemos capacidad para resolver los problemas de nuestros dreamers? ¿Acaso es nuestra responsabilidad el echar a andar los países del otro lado del Suchiate? ¿Y qué con los territorios y los habitantes de este lado? ¿Acaso si somos el patio trasero? ¿Dónde quedó y cómo se interpreta lo de LA PATRIA ES PRIMERO? ¿Acaso es del río Bravo a la Tierra de Fuego?
La respuesta
Dado que conozco desde décadas atrás a quien me mandó el mensaje y sé muy bien que es una persona de buena fe y amante de nuestra Patria, decidí tomarme muy en serio sus cuestionamientos y, después de reflexionarlo un buen rato, palabras más o palabras menos, le respondí:
Existe una gran diferencia entre el papel del perro guardián y el de un vecino humanitario. Turquía, por ejemplo, lanza sus tropas para reprimir a los sirios que requieren con urgencia emigrar a Europa ante la terrible violencia que sufre su país.
México, por el contrario, asume el papel de entidad respetuosa de los derechos humanos de los migrantes y les brinda apoyo humanitario.
Dejar pasar caóticamente a los centroamericanos equivaldría a exponerlos a la violencia de los gringos y a la separación de las familias, tal como ya ha venido ocurriendo.
Mientras que Turquía, en su papel de perro guardián, no hace nada por resolver la crisis en Siria, México logró la aprobación de un programa multilateral para el desarrollo de Centroamérica. Eso es atender las causas y no sólo los síntomas de la migración.
Mandar la Guardia Nacional a la frontera sur de nuestro país no es militarizarla sino ordenar el flujo migratorio.
Creer que no tenemos nada que hacer respecto al sur del río Suchiate equivale a creer que no debería importarnos si se incendia el departamento del vecino que vive abajo del nuestro. Si no hacemos nada, las llamas no tardarán en alcanzarnos.
El gobierno mexicano le dio al mundo una lección de política internacional y no, no seremos más el patio trasero de los gringos.
Esa es mi opinión.
Ampliación de la respuesta
Mi amistad me entendió el mensaje y entonces me pidió que lo compartiese para quienes “como yo, caemos en la dinámica de los memes, a favor o en contra”… Y eso es lo que estoy haciendo.
Sin embargo, una vez enviada, me percaté de que mi contestación se quedó corta en algunos aspectos, ya que no respondió a todas las interrogantes que me fueron planteadas, así que aquí me voy a permitir complementarla.
En la respuesta del gobierno mexicano ante las amenazas de Trump no sólo se atendió el asunto de la migración sino que se evitó la imposición de aranceles y se rescató el T-MEC, que muy pocos días antes estaba moribundo. Esto beneficia directamente a nuestros exportadores así como a los mexicanos que viven en nuestro país y en el otro lado de la frontera.
Además, el programa para favorecer el desarrollo de Centroamérica incluye también a los estados del sureste mexicano, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, que comparten con los centroamericanos afinidades económicas, históricas, culturales y climáticas; que se encuentran también en situaciones de atraso social producto del abandono y sobreexplotación que han sufrido durante cinco siglos. Quienes se oponen, por ejemplo, al Tren Maya y al Corredor Transístmico de Tehuantepec, tal vez quisieran que nada se moviera ahí y que las cosas siguieran igual.
Haber logrado el compromiso de liberar recursos internacionales para esa región de nuestro país es poner en el centro aquello de LA PATRIA ES PRIMERO.
Claro está que no faltan quienes se enojan porque, según ellos, debería haberse respondido más enérgicamente, confrontando con todo a Trump, pero quienes así se manifiestan son los mismos que ya festinaban anticipadamente que el gobierno de la Cuarta Transformación metería a México en un conflicto internacional asimétrico lo cual, de haberse realizado, denotaría la incapacidad política del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador… y no fue así.
Ni modo, lo siento por ellos pero lo festejo por México.
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