Por Arturo Ríos Ruiz 

* Sólo dinero, no dijo cuánto 

* No es confiable, es soñador 

El domingo, el diputado Gerardo Fernández Noroña denunció en sus redes sociales que asaltaron su casa, ubicada en Leandro Valle 14-19, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Estuve en ese lugar para una entrevista televisa al hoy diputado y no me pareció su casa, más bien un despacho, pero cada quien vive como quiere. 

Señaló que dejaron “patas para arriba la recámara, que fue donde revisaron”, además que solo se llevaron dinero. “Fueron profesionales los que robaron. Sabían por lo que venían y sólo eso se llevaron. Usaron guantes y una llave maestra para entrar”, describió el aspirante presidencial para 2024. 

La vida política de Fernández Noroña ha sido de escándalos a los que es proclive, rijoso, misógino, bueno para el pleito verbal y la ofensa, ágil mental y altanero y audaz para auto publicitarse, siempre en acciones controversiales. 

Es sociólogo egresado de la Universidad Metropolitana que inició su vida pública representando a unos 50 taxistas y se exhibía con ataques a Fernando Peña Garavito, cuando fungió como titular de las Dirección General de Autotransporte en el entones Distrito Federal. 

Después llamó la atención cuando sufría falta de recursos y seguidores se sacaba sangre de las venas en calles del Centro Histórico buscando los medios que eran ignoradas. Le fallaban los invitados para sus manifestaciones.  

Sin desmayar en una ocasión se aventó a los pies del presidente de la República Ernesto Zedillo, se tiraba al suelo, sin que nadie más hiciera lo mismo. Su complexión y altura, no impedía al Estado Mayor Presidencial dominarlo. Lo cargaban y afuera. 

Le llegó la buena al fundarse el PRD, que lo dejó al pasarse al Partido del Trabajo; protestó las elecciones federales de México de 2006 e ingresó a las redes sociales con fuertes críticas a Felipe Calderón Hinojosa y de Enrique Peña Nieto. Fue diputado federal y repitió por el PT en la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión. Ya se apunta para la del 2024. 

 Referente al robo en lo que afirma es su hogar, muchos creen que es otra de sus patrañas publicitarias y debemos esperar el peritaje de los especialistas a ver que se nos informa y se comprobará hasta que aparezcan los supuestos ladrones. Afirma el diputado que sólo se llevaron dinero, debió ser mucho para conformarse únicamente con ese botín. 

Noroña no es confiable, su comportamiento público lo descalifica, al igual que sus acciones de escándalo, su lenguaje irrespetuoso hacia las mujeres y a todo el que enfrenta y hasta a los golpes lo han invitado otros legisladores y él, evade. Su fuerte es la ofensa y hace bien no arriesgarse a un nocaut. 

Noroña es inteligente, mente ágil, preparado y culto, pero le acomoda mejor como energúmeno de la política, sin darse cuenta que es su mayor en su defecto. Los rijosos siempre han sido y son despreciables. 

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