Limpiaron el trochil

Por Guillermo Robles Ramírez

En Torreón, Coahuila, durante los últimos años cuando estuvo el PAN al frente de ese municipio, se mantuvo como vil marranera o trochil por lo sucio, sus calles y bulevares abarcando su entrada que es a través de la carretera más importante que converge a la región, es decir, la de Saltillo a Torreón, y Matamoros a Torreón.

La administración municipal que abarcó el anterior y que encabezó Jorge Zermeño Infante, nunca se preocupó por mantener limpias esas arterias. Ni siquiera cuando después de que el gobierno del Estado dotó de camellón central, palmeras y macetones, la carretera que es la entrada principal. Su imagen fue mala y fea al grado de que la gente calificaba ese descuido e indiferencia a la limpieza como la marranera o trochil.

Pues bien, Román Alberto Cepeda González, nuevo alcalde de Torreón, más tardó en tomar posesión que en ponerle mano y acabar con la marranera y trochil.

En la primera semana de inicio de su gobierno municipal, los ciudadanos torreonenses y todos aquellos viajeros quienes utilizan esa carretera o que por trabajo, negocios o paseo acuden a Torreón, vieron con agrado que múltiples cuadrillas de personal del Municipio recorrían el tramo de la carretera recogiendo envases de refrescos, cerveza, envolturas de frituras, etc., así como los bulevares, calles y plazas, así como barriendo.

La limpieza retornó a su curso normal y ahora Torreón, empieza a cambiar y aunque falta mucho por hacer, se nota el cambio.

Es inexplicable que en cosas y detalles tan pequeñas e insignificantes como es la limpieza de una ciudad, hay autoridades municipales como la que representó Jorge Zermeño Infante; no dispongan que se cumpla con esa obligación.

Para esos trabajos existe una nómina, hay presupuesto y lo único que falta es voluntad política, ganas de trabajar y querer cumplir con la responsabilidad que les dio quienes votaron a su favor para dirigir un municipio.

Existen dentro de una administración pública, proyectos, demandas y necesidades que, por su elevado costo, las arcas no dan para ello, pero no en el caso de limpieza y buena presentación de las calles y paseos públicos. A eso en cualquier país tiene un nombre y bien puede ser flojera, indolencia, dejadez, pendej… o falta de creatividad e ingenio, que sería esto último lo peor que pudo haberle pasado a don Jorge Zermeño Infante, a cuyo equipo de trabajo le sobró ingenio y creatividad para saquear las arcas municipales y arrastrar con lo que no.

Román Alberto Cepeda González, no necesitó mucho tiempo ni inteligencia, creatividad e ingenio para ordenar porque para eso hay que tener pantalones y en un santiamén se recogieron toneladas de basura acumuladas durante más de tres años, es decir, las dos últimas administraciones municipales. Enhorabuena por los torreonenses, que anhelan tener una ciudad ordenada y limpia. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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