Por Guillermo Robles Ramírez

Soy una persona de la segunda edad, es decir, todavía productiva hablando laboralmente. El rango de edad que comprende esta etapa de mi vida es entre los 40 y 60 años de edad. Para muchas empresas buscar trabajo iniciando los cuarentas representa una pérdida de tiempo para ellos, e incluso excluyéndonos de una oportunidad y demostrar que aun se es capaz de hacer cualquier trabajo.

Así que para quienes tienen actualmente una fuente de ingreso de manera laboral cambiar de trabajo sería una locura, porque desafortunadamente en nuestro país se contrata a personas extremadamente jóvenes que no demanden un sueldo para sostener a una familia, o al menos ese es el criterio para muchas empresas.

Tuve la fortuna de ser testigo e inclusive protagonista de diferentes etapas de generaciones del pasado, incluyendo la actual, por lo que me autodenomino orgullosamente un afortunado de la vida por infinidad de cosas, en particular por mi profesión que tanto quiero porque me permite conocer muchos ángulos de lo que acontece la vida cotidiana y el mundo de las noticias.

Empero, sigo viviendo y atestiguando cosas novedosas de nuestro mundo actual que no entiendo y menos sé qué significan, aunque eso no me agobia, entre éstas la tecnología computacional que es toda una maravilla. Y como dijo el escritor y filósofo Eric Hoffer; “en tiempos de cabio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados por un mucho que ya no existe”.

Mi niñez como la de millones de seres, no fue conflictiva y por el contrario se desenvolvió sencilla y de enorme aprendizaje, pero eso si de harta obediencia a los padres y abuelos y en general a las personas muy adultas de las que aprendí mucho.

En esos años, la mamá, principalmente, pero también en ocasiones los papás nos “manejaban” con simples miradas de los ojos, en ocasiones para corregirnos los malos comportamientos o para declinar el ofrecimiento de la abuela de repetir aquellos deliciosos platillos de antaño.

Una gran cantidad de palabras cotidianas, aún no nacían hace 52 años que es mi edad, como tampoco hubo esa actual rebeldía de los hijos pequeños y adolescentes.

Siempre he dicho que los mejores tiempos son los que nosotros mismos vivimos, sin rechazar la convicción de personas de edad que afirman que sus tiempos fueron mejores que los actuales.

En últimas fechas me ha surgido la inquietud e interés de saber que quienes son o porque se les conoce e identificada con la palabra “millennials” y por lo leído, son quienes nacieron entre los años 1981 y1995, es decir, se trata de personas que en la actualidad rondan entre los 26 y 40 años de edad.

Una característica muy particular de la generación de los ahora millennials son entre otras cosas los bajos salarios que perciben y el insuficiente ahorro que alcanzan, más no se sabe si es por el reducido salario o porque se paga poco a esa generación, muy diferente a las de años anteriores a 1981 y 1995.

Así mismo se ignora si los bajos salarios son porque está saturada la contratación de profesionistas de la especialidad de estas personas que entre otras muchas de sus cualidades y ventajas es que están entregado a estudiar más y tener mayores conocimientos que el resto de las anteriores generaciones.

Conforme un estudio realizado por una institución bancaria bajo el título “Más allá de los ladrillos”; consistente en préstamos para la adquisición de una vivienda, asegura que el 65 por ciento de los jóvenes de esta generación y concretamente de los llamados millennials consideran que por los bajos salarios que perciben, solo llegan a alcanzan un préstamo de INFONAVIT para una vivienda con un costo no mayor a los 600 mil pesos.

Por sus convicciones, los millennials son chavalos y adultos no mayores de 35 años que son tercos, obcecados, empecinados y pragmáticos, esto además de no estar “casados” con lo económico; hacer lo que más les gusta y en concreto se califican distintos y diferentes a las generaciones del pasado.

Para mí, en lo personal, es novedad eso de los millennials, y no se diga para los quejosos y/o sensibles de la generación de cristal, pero bienvenidos al planeta para unirse y enfrentarse a los retos y encrucijadas en que los pondrá el futuro. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org