Guillermo Robles

Pueblo mugroso

Por Guillermo Robles Ramírez

No hay que buscar tanto, con un simple recorrido por cualquier camino que conduce a la sierra o ejidos pintorescos que tiene el municipio de Arteaga, Coahuila, de inmediato viene la decepción, pero sobretodo porque sus autoridades locales hacen oídos de sordo y ojos ciegos para no darse cuenta que esta comunidad de mágica se ha convertido en sucia, llena a de inmundicias, pero en especial del tiradero público de cuanta persona recorre sus comunidades.

Aunque predominan desechos de escombro de construcciones, no están ausentes las grandes cantidades de desperdicios de todo tipo y hasta tambos con alimentos echados a perder ocasionando fétidos e insoportables olores.

Los arteaguenses se cansan de exponer su malestar en las propias oficinas de la Presidencia Municipal, pero las cosas no avanzan en una solución.

El principal argumento o disculpa es que no tienen suficiente personal, sin embargo, como bien lo visualizan visitantes, todo se puede hacer queriéndolo hacer y es el caso de que la autoridad ha permitido que parajes que en el pasado eran una bonita vista, ahora dan lástima por el hacinamiento de toda clase de basura.

¿Dónde están las declaraciones de sus autoridades que repetida y persistentemente hablan de un pueblo mágico, aunque no aclaran si es porque en minutos aparecen montones de basura?, esto ante la misma indolencia de sus mandos municipales.

Y la constante pregunta es qué hacen sus Direcciones Municipales de Ecología y Turismo, porque fuera de cobrar religiosamente sus quincenas de sueldo, no se nota movilidad y el menor gesto de interés por actuar y aplicar la ley.

Se quejan esas áreas que no se les dan recursos ni siquiera para mover pocos kilómetros no los vehículos pertenecientes a esas áreas municipales, sino a las mismas unidades motrices que ofrecen sus titulares, mientras que, por otra parte, la “mano ancha en dispendio” de recursos públicos está a la orden día con canonjías que solo tienen no más de dos a tres personas que cobran en la Presidencia Municipal, porque su Edil solamente aparece cuando es requerido en algún evento donde asiste el Gobernador Riquelme Solís, en esa cabecera municipal y eso solo por la cortesía de ser pueblo anfitrión.

Hay testigos de vecinos que se queja que casi a diario en donde afirman que llegan camionetas o camiones cortos de carga que procedentes de Saltillo o Ramos Arizpe, impunemente se orillan de la carretera 57 y con toda libertad, como se diría como “Juan por su casa” descargan y dejan regados los desperdicios o escombros que acarrean.

Las llamadas y reclamos al alcalde sustituto, ya mejor conocido como el “mil usos”  el inefable Gabrielito, que la ha hecho de Presidente Municipal, Secretario Particular, Secretario de Turismo, Energía, Comunicación, etc., en pocas palabras es el chico “multitask” o “multitarea”, pero que al final como dice la expresión “el que mucho abarca, poco aprieta”, y los resultados son los hechos de un pueblo mágico se convierte en el pueblo mugroso, por tanta basura.

La prepotencia de las autoridades o la única autoridad del todólogo de funcionario “súper Gaby”, queda demostrado con hechos y su eterna negativa a los quejosos, pero más que eso, a que no interviene y menos ordena a las áreas correspondientes a cumplir con sus obligaciones.

El tiradero de desperdicios generalmente, se hace en las orillas y hasta dentro de las acequias o arroyos, lo cuando hay lluvias y corre el agua, se toponean para desbordarse e inundar casas localizadas a las orillas de esas vías hidráulicas.

Es lamentable que se deje morir a Arteaga como un centro turístico llamado “mágico”, aunque por ahora no haga honor a esa designación por contar con autoridades que solo muestran apatía. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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