Presas de un “castigo” divino
Por Guillermo Robles Ramírez
De acuerdo a una nota periodística de la reportera Sonia Pérez Castillo, publicado en un diario de la cabecera municipal de Saltillo, da a conocer que durante la pandemia en la entidad; el incremento de casos de depresión va en aumento, siendo mayor en el grupo de las mujeres que en los hombres.
Resulta un tema que me interesa, puesto que ante una situación atípica y realmente preocupante este tipo de enfermedades mentales que personalmente considero, que son más que justificantes, ya que tan solo el pasado Día Mundial de la Salud, el ISSSTE, informó que tan solo en nuestro país hubo un incremento del 18% de la población; esto traducido en 25 millones de mexicanos.
En el año 2017 la Secretaría de Salud Federal, había diagnosticado en aquel entonces sobre la misma enfermedad de depresión, un catastrófico escenario demasiado difícil que se presentara en nuestro país; muy a pesar de que 4 años atrás la depresión ocupaba el segundo lugar como la causa de discapacidad y de acuerdo a proyecciones pronto llegaría a primer sitio. Aunque hay que decirlo que en ese entonces no se visualizaba o mucho menos se tenia considerado una variable como una pandemia.
Un dato interesante a comparar en el trabajo actualizado periodístico realizado por la reportera local, Sonia Pérez; es que cuatro años atrás en Coahuila; es que el ingreso hospitalario por causas mentales en nuestra entidad en el 2017 era en un promedio entre los 400 y 500 pacientes por año y al menos 80 pacientes se mantenían en carácter de permanencia en el Hospital Psiquiátrico de Parras de la Fuente.
Muy a pesar de haberse considerado un problema grave, ya que tan solo el 10 por ciento de quienes ameritaban un apoyo psiquiátrico acudían a consulta y tratamiento.
La falta de programas sociales del gobierno federal, para atender enfermedades mentales en las instituciones de salud gubernamentales, se ve en los constantes intentos de suicidio, y en otros casos, lamentablemente las personas logran privarse de la vida.
Un problema que debe estar ya presente en la agenda pública, no solo federal, sino también a las autoridades locales y estatales. Tan solo basta con revisar los periódicos y medios electrónicos para poder contabilizar los intentos de suicidio de cada cabecera municipal del país. Una decisión a la que orilla a las personas que sufren de depresión.
Tan solo para tener una idea; antes de la pandemia las edades más frecuentes en que se presentan los trastornos depresivos agudos oscilan entre los 18 y los 64 años, pero también los niños y adolescentes que no son atendido a tiempo cada vez están siendo víctimas potenciales cuyas características principales son de personalidad agresiva, falta de capacidad de atención y baja autoestima, que derivan, en la búsqueda de una personalidad y del mundo ideal que la sociedad no es capaz de proporcionarles. Ahora si le agregamos una variable más como han sido las medidas sanitarias tomadas para evitar el contagio del Covid-19, y la pérdida de miles de trabajo.
El temor de atenderse un problema de depresión, no solo se trata de un tema de mentalidad machista, sino el gran retraso social en México; adquiriendo su máxima expresión en el rechazo y la burla hacia los grupos minoritarios, y de ellos, es decir, los enfermos mentales son los preferidos por muchos a la burla. Desde considerarlos menos valor a una persona marginándolos equivocadamente e injustamente; hasta satanizarlos como entes poseídos, cosas paranormales, presas de un castigo divino que debe ser bien merecido.
La sociedad y las autoridades tienen la culpa de marginar a las personas que padecen de dicha enfermedad mental, pero sobre todo el no tener conocimiento de cómo ayudarlo, siendo la peor solución es el tratar de empatizar con las personas depresivas con palabras de aliento como: “…te comprendo…échale ganas…la vida es hermosa…”, entre otras frases más. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org
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