No es novedad

Por Guillermo Robles Ramírez

A consecuencia de un percance ocurrido en una construcción y en el que seis resultaron lesionados de gravedad, el Instituto Mexicano del Seguro Social, se enteró y supo que esos siete albañiles no estaban dados de alta en el IMSS.

En verdad, esto no es ninguna novedad, ni en Coahuila, como tampoco en el resto del país, un secreto a gritos al menos por parte del gremio de la cuchara y el cemento de cientos de coahuilenses que trabajan en obras de particulares así como de constructoras chicas, medianas y grandes, en donde solo unos pocos están inscritos solo para disimular o cumplir con la normativa, pero la mayoría de ellos no son incorporados al Seguro Social por la empresa a quien le prestan sus servicios, registrándose el mayor índice de esta anomalía entre las empresas constructoras.

Esta evasión de obligaciones obrero-patronales se ha ido haciendo costumbre por la falta de supervisión lo mismo de las autoridades que protegen a los trabajadores, es decir, el mismo Seguro Social que no acostumbran hacer revisiones físicas para garantizar los derechos que por ley tienen estos trabajadores.

En el caso que nos ocupa, por fortuna la irresponsabilidad de la empresa constructora que contrató a los siete albañiles accidentados, se pudo detectar, pero en la mayoría de los casos la no inscripción de trabajadores al padrón del Seguro Social, pasa desapercibida.

Son muchos los miles de millones de pesos que deja de percibir desde las entidades estatales, y nacionalmente el Instituto Mexicano del Seguro Social, por concepto de cuota de estos evasores a quienes hay que poner un hasta aquí.

Es verdad que la supervisión de obra por obra representaría una fuerte erogación para esta Institución; si es que desea y decide hacerla, pero no puede negarse que serían más los dineros que ingresarían al visitarse las obras de construcción de todo tipo que lo pagado a quien haga las supervisiones.

Si se lograra reducir el número de trabajadores de la construcción y también de otros ramos laborales que no son registrados en el Seguro Social, no habría necesidad que el gobierno federal de los impuestos de todos, destine millonarias cantidades para que el IMSS pueda cumplir con las vastas prestaciones económicas que tiene con el Sindicato Nacional de Trabajadores de ese ramo, así como tener que desembolsar más dinero para regularizar el fondo de jubilación de este monstro sindical.

El declive económico del IMSS mucho tiene que ver, además de irregularidades internas, en que crece día con día el número de evasores, pues de diferentes formas las empresas de todo tipo realizan maniobras para no cumplir con las obligaciones y responsabilidad que involucra contratar trabajadores. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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